En un poco más de tres horas, el destino de la joven de 16 años, Lucía Pérez, giró a lo inesperado. Lucía salió de su casa, ubicada en Nápoles al 2900, de la ciudad de Mar del Plata, el sábado por la mañana, cerca de las 10:30.
Caminó hasta la esquina, donde la esperaba Matías Farias, de 23 años, que sedujo a la adolescente mediante mensajes de WhatsApp, y la engañó hasta llevarla su casa, en Racedo al 800, en el barrio El Alfar, donde se desplegó el escenario de su muerte.
BigBang accedió al detalle de los hechos que terminaron con la vida de una adolescente de 16 años, en un marco del horror, con torturas, quita de su voluntad, vejaciones y crimen.
La joven conoció a dos sujetos por medio de una compañera del colegio.
Lucía conoció a Farías y al otro sospechoso, Juan Pablo Offidani, de 41 años, por medio de una compañera de la escuela, otra joven menor de edad, conocida por ser consumidora de cocaína. Lucía no consumía ninguna droga, ni siquiera marihuana, pero le interesaba probar esta última.
Farias le habría vendido canabis a Lucía y con la promesa de darle lo que necesitaba la convenció para ir a su casa. Lucía pensó en ir y volver. Sabía que era cerca, el día anterior había estaba con Farias y Offidani.
Pero al llegar a la casa donde Farías vivía desde hace un mes, cuando se separó de su pareja y madre de su hijo, nada era lo que parecía. Lucía fue drogada y perdió el control de la situación. Bloquearon su voluntad y la manejaron como a un objeto inanimado. Llegó a la vivienda cerca de las 11 y cerca de las 15 hs entró a la sala de auxilios de El Alfar, donde no había médico para atenderla. Ya no tenía signos vitales.
El lugar del crimen: Farías vivía hace un mes en la vivienda donde atacaron a Lucía.
Farías se presentó como el novio y mintió al asegurar que Lucía tenía 19 años. Y siguió con falacias su relato. Dijo que la joven había llegado a su casa con cocaína y que él la dejó sola. Al volver, la vió desmayada. Pero no quedaron demorados y ambos hombres se fueron.
Al día siguiente se los detuvo y se realizó un allanamiento en las casas de ambos. En la de Farías se encontraron los preservativos usados y por la cantidad, se cree que hubieron más que dos hombres que abusaron de Lucía. Se encontró un palo de escoba,
También había celulares, municiones, drogas de distintos tipos, resto de comida, botellas de alcohol y marcas del horror. A su vez, se secuestraron agendas con datos de supuestos clientes y otros narcotraficantes que le suministraban las sustancias para su reventa. Esta información abre una investigación en paralelo, sobre la ruta del narcotráfico y la delincuencia a la que pertenecerían los dos sospechosos.
Lucía no era consumidora de marihuana ni cocaína.
Dentro de una caja de una antena de televisión digital había seis celulares sin registro, pero que contenían chip a tarjeta.
En la heladera había bolsas con sustancias blancas, que se apartaron para ser analizadas y determinar si se trata de cocaína u otra droga. Asimismo, se encontraron blíster de Rivotril, Clonasepan.
También se resguardaron cucharas de metal con restos de cocaína y otros resabios que según se estima sería heroína.
La joven salió de su casa engañada por Matías Farías.
Otros elementos encontrados en la vivienda de Farías son 24 municiones de 22 y 9 milímetros.
En la casa de Juan Pablo Offidani, hijo del reconocido escribano Eduardo Offidani, también encontraron drogas y municiones .9mm. Offidani vivía junto a su pareja, su hijastro y la pareja e hijo de éste, pero ningún familiar dijo conocer demasiado sobre sus movimientos y su negocio ilegal de reventa de sustancias.
Offidani y Farias no se detuvieron luego del crimen. Incluso cuando fueron detenidos los sospechosos tenían en su poder más de medio kilo de marihuana y dosis de cocaína y se encontraban realizando una entrega de sustancias a un cliente en medio de la vía pública.
Resta conocerse más detalles de los objetos encontrados y todos serán investigados para determinar quienes y cómo participaron del cruel ataque que sufrió la joven.