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Primos asesinos: el escalofriante homicidio múltiple que dejó en shock a Estados Unidos

Cosmo DiNardo, hijo de una familia acaudalada, mató a cuatro jóvenes en el marco de una pequeña operación de venta de marihuana.

16 Julio de 2017 14:00
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La desaparición de cuatro jóvenes en los suburbios de la ciudad norteamericana de Filadelfia fue el punto de partida de un escalofriante caso de asesinato múltiple que sacude a Estados Unidos. 

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Cosmo DiNardo confesó el cuádruple crimen para evitar la pena de muerte. 

El hallazgo de restos humanos pertenecientes a los desaparecidos en una granja llevó eventualmente a la confesión de Cosmo DiNardo, el hijo de 20 años de los dueños de la finca. 

El acusado, que decidió contar la verdad para evitar ser condenado a la pena de muerte, tenía antecedentes en crímenes menores, como venta de drogas y robo. 

Violento y sin sentido

Sin embargo, todo saltó a otro nivel cuando Jimi Patrick concurrió a la granja para comprar marihuana. Allí, DiNardo le disparó con un fusil calibre 22 para luego enterrarlo con una retroexcavadora. 

Su sed criminal no terminó allí: luego de cerrar un trato con Dean Finocchiaro, Mark Sturgis y Tom Meo para venderles cannabis, el asesino reclutó la complicidad de su primo Sean Kratz con la idea de robarles. 

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Sean Kratz, primo y cómplice de DiNardo.

Pero el plan terminó violentamente cuando DiNardo les disparó a los tres y atropelló a Meo con la misma retroexcavadora que usó para cavar la tumba de Patrick. Luego, colocó a los tres cadáveres dentro de un tanque de nafta vacío para prenderles fuego.

Problemas mentales

De acuerdo a los fiscales del caso, a sus abogados y a la policía, DiNardo presenta síntomas de esquizofrenia y el año pasado fue internado contra su voluntad en una institución mental. 

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Las cuatro víctimas de DiNardo. 

El joven proviene de una familia adinerada que hizo su fortuna con negocios inmobiliarios y de transporte. Y, aunque asistió brevemente a la universidad, su vida pronto se volcó a la venta de drogas y armas. 

"Hizo varias insinuaciones terroríficas en las semanas previas a esto", declaró Eric Beitz, quien conocía tanto a las víctimas como al asesino. "Hablaba sobre matar gente o sobre mandarla a matar". 

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