En la mañana del 4 de octubre de 2016, en Río Gallegos se conoció otro caso de femicidio. La víctima era Romina Barría, madre de una niña, hoy de 4 años. Fue encontrada sin vida, con cortes y puñaladas, en medio de un incendio que consumió casi por completo la casa donde convivían. La noticia rápidamente corrió entre los vecinos, al saber que Jorge Marcelo Huenumil, ex pareja de Romina, se había fugado con la hija de ambos. A las pocas horas fue detenido. La menor fue llevada con su familia materna y hoy es criada por su abuelo.
El jueves pasado, el mismo día en el que a nivel mundial se reclamó por los derechos de la mujer, se dio inicio al juicio oral y público que se sigue contra Huenumil. Se le imputa el delito de “homicidio doblemente agravado por el vínculo y mediado por violencia de género y daño”. Los resultados de la autopsia confirmaron que Romina fue asesinada de 12 puñaladas. Murió desangrada y poco tiempo después sufrió graves heridas por las llamas del incendio que provocó Huenumil en un intento de borrar evidencias.
Romina fue asesinada de 12 puñaladas y luego quemada.
Lo insólito es que el acusado solicitó que se desalojara la sala para dar su testimonio. "Quería brindar su declaración indagatoria de manera privada y hasta ese derecho fue concedido", expresó con indignación Sandra Viñuela, quien relató a BigBang cómo fue el incómodo momento.
"Le solicitó la palabra al Tribunal para pedir la declaración indagatoria en privado, por lo que se le consultó a las demás partes y el fiscal se opuso, mientras la querella aceptó. Los jueces deliberaron unos minutos y luego hicieron a lugar al pedido, por lo que el público presente se retiró. Recién en ese momento habló. Primero lo negó pero terminó confesando", dijo Viñuela.
El acusado pidió que desalojen la sala para confesar que cometió un femicidio.
La sala quedó desalojada en pocos minutos. El imputado se sentó ante el Tribunal y comenzó contando cómo conoció a Romina, cómo era su vínculo y su relación y los momentos en los que se separaron. Terminó asumiendo que la relación no estaba en su mejor momento e intentó presentar a Romina como una persona celosa y por momentos violenta.
"Romina gritaba e insultaba mucho y yo nunca fui violento”, explicó y siguió contando: “En esa separación me fui a vivir en el barrio Evita por cuatro meses, en ese tiempo yo salí con una mujer y ella con otro hombre y después volvimos a convivir”, siguió Huenumil.
El presidente del Tribunal, luego de escuchar el relato de Huenumil, fue directo y le preguntó por lo que sucedió el día que cometió el crimen. "Romina me dejó con la nena encerrado y se fue con la llave. A la noche discutimos de nuevo. (...) La vi mandando mensajes y riéndose (...) Cuando ella deja el celular lo tomé y vi que se estaba mensajeando con el hombre y no sé que más pasó”, manifestó.
Romina había denunciado a su pareja dos semanas antes de ser asesinada.
Pese a que el Juez le preguntó directamente si él había matado a Romina, contestó que no. "Yo no he sido", fueron las cuatro palabras que lanzó. Pero luego siguió hablando.
"Tenía mucha bronca, no recuerdo bien qué pasó". El Presidente del Tribunal, Dr. Joaquín Cabral, volvió a preguntar si él había matado a Romina, y ahora sí respondió: “Sí, señor” y luego se quedó callado.
Ante el silencio se pasó a un cuarto intermedio de 15 minutos. Pero luego no quiso brindar más detalles. Sólo contó que él se despertó y esperó que su hija se despierte. Luego asumió que el crimen lo cometió en el comedor, pero no pudo determinar con qué elemento la mató.
Huenumil agregó luego que cuando se fue de la casa notó que había una vela aromática encendida y dijo que ésta podría haber tomado contacto con la pintura o el disolvente que había en el suelo. Más allá de su esfuerzo argumental, las pericias realizadas en la propiedad dieron por demostrado que el incendio fue intencional.
Huenumil aseguró que había una vela prendida en la casa.
Por último, el acusado pidió la palabra para pedir perdón. “Pido disculpas, no quería que pase esto, no fue pensado ni planeado, lamento lo sucedido”, concluyó.
Sandra no quiere disculpas, quiere justicia. "Por más que le den prisión perpetua o 15 años a mi hija no la tendré. Quiero que que sufra y que pague por lo que hizo. Y espero que sea así", dijo la madre de Romina. El jueves se conocerá el dictamen de la condena.