Puñaladas en el aula: una alumna de 14 años acuchilló a una compañera en una escuela de Laferrere

Una escena de horror quebró la rutina en el Instituto Privado Santa Doménica, en la localidad bonaerense de Gregorio de Laferrere. A las 8:30 de la mañana del lunes, en el aula de sexto año B, una adolescente de 14 años desenvainó una navaja desde su mochila y atacó brutalmente a una compañera. La víctima, también de 14 años, terminó con una herida sangrante en el cuero cabelludo y cortes en la mano, producto de su intento por defenderse. El motivo: la agresora creyó que se estaban burlando de ella. Lo que siguió fue una pesadilla en cámara lenta. Gritos, sangre, desesperación. Alumnos paralizados por el shock. 

La docente, en plena clase de Artística, intentó intervenir, pero el daño ya estaba hecho. A.C., la alumna agredida, fue trasladada de urgencia al Hospital Simplemente Evita. Recibió tres puntos en la cabeza y fue atendida por heridas leves en una mano. Sobrevivió. Está fuera de peligro. Pero el trauma, ese enemigo invisible, recién comienza a instalarse. La secuencia ocurrió frente a todos los compañeros, que aún intentan procesar lo que vieron. "Todo fue un caos. La chica sangraba mucho, muchísimo. Todos estábamos asustados", relató un adolescente testigo del hecho en diálogo con el sitio La Nación.

La agresora, identificada como K.C., fue aprehendida y trasladada junto a su madre a la comisaría local. Según fuentes policiales, la joven está en tratamiento psiquiátrico en el Hospital de Niños de San Justo y será evaluada por un equipo especializado este jueves. El fiscal Marcelo Germinario la imputó por "lesiones graves". Sin embargo, su situación es delicada: por su edad y estado de salud mental, su futuro judicial está sujeto al informe psiquiátrico que se elaborará en las próximas horas. La policía aclaró que, en casos como este, no pueden derivar a hospitales privados y dependen exclusivamente del sistema público para una posible internación.

El hecho sucedió sin aviso previo. Sin señales externas. "Yo fui a llevar las listas y vi todo normal: el aula, la profesora, no había ambiente raro. Escuché los gritos después de salir, y se produjo la agresión", contó otro alumno. Según explicaron los efectivos, en los colegios no está permitido revisar mochilas ni tocar a los alumnos bajo ningún concepto. Por eso, la navaja rebatible con mango marrón, que luego fue secuestrada, ingresó sin que nadie lo notara. Por ahora, las autoridades averiguaron que todo comenzó en el patio, antes de entrar al aula. Un grupo de chicas se reía por algo trivial. K.C. creyó que era el blanco de esas risas. 

El resto, ya es parte de un expediente judicial. El Instituto Santa Doménica se encuentra en una calle tranquila de casas bajas, almacenes y verdulerías. Desde fuera, no tiene cartel visible. Nadie lo señalaría como epicentro de un hecho de violencia escolar de esta magnitud. Sin embargo, a pocas horas del ataque, el silencio del colegio contrastaba con la preocupación de padres y alumnos. El turno mañana fue evacuado, aunque la jornada continuó con normalidad en el jardín y en la primaria.

Un comunicado escueto, leído por algunos padres en la puerta, intentó llevar calma: "Se produjo un hecho imprevisible de agresión entre estudiantes (...) Se activó el protocolo de situaciones de conflicto (...) Garantizamos la jornada escolar en los tres niveles". Pero el miedo no se disipa con palabras formales. Muchos padres se preguntan ahora qué protocolos existen para prevenir -y no solo reaccionar- ante casos así.