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Qué declaró el acusado de asesinar a Anahí Benítez: su versión del crimen y la reacción de la familia de la joven

El próximo lunes serán los alegatos de cierre, y ese día se comunicará la fecha en que se conocerá el veredicto.

13 Mayo de 2020 14:13
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El juicio por el crimen de Anahí Benítez, la joven de 16 años asesinada en Lomas de Zamora el 4 de agosto de 2017, está por llegar a su fin. Luego de que este miércoles el único acusado negara los hechos en su contra, y hasta haber conocido alguna vez a la víctima, los jueces del Tribunal Oral N°7 decidieron que el próximo lunes sean los alegatos de cierre.

Tanto la mamá de la adolescente, Silvia Pérez Vilor, como su abogado, Guillermo Bernard Krizan, esperaban que el acusado aportara algún nuevo dato que resultara relevante, aunque en realidad, solo se limitó a decir que era inocente y que condenarlo sería un error.

"Declaró poco, dijo que era inocente, quiso justificar alguna de las pruebas, como la tijera y otras cosas más. Fuimos pensando que iba a decir otra cosa, o que se iba a explayar más, pero estuvo un ratito nomás", explicó a BigBang Bernard Krizan.

A través de una videoconferencia desde el penal N° 9 de La Plata, donde está preso, Bazán se limitó a hacer su descargo, y aunque permitió que se le hicieran preguntas, solo la querella optó optó por hacerle una consulta por fuera de su discurso.

"No dijo más de lo que ya había dicho en su declaración en fiscalía en su momento, por lo cual no pudo incorporar nada que no haya dicho. Se despegó del hecho, dijo que no tenía nada que ver, que las pruebas de las cosas halladas en la casa no eran de él, y no mencionó a nadie más", aclaró el letrado.

Durante el proceso, se confirmó que una tijera que estaba en poder de Benítez antes de ser asesinada, apareció en un allanamiento realizado en la casa de Bazán, mientras que además, luego del hecho, Pérez Vilor encontró entre las pertenencias de su hija una llave que abría una de las puertas de la casa del imputado.

Según contó a los medios la madre de la joven este mediodía, durante su declaración el detenido solo dijo que "Anahí jamás hubiera podido estar en su casa porque hay mucha policía alrededor", al mismo tiempo que además desestimó el rastro del perro Bruno, quien fue clave para hallar el cadáver de la víctima.

"El señor Bazán habló, nos hizo ir a todos en plena pandemia con expectativas de que iba a hablar de algo que no había dicho antes, eso nos pareció a todos, y lo único que dijo es que él era inocente, que no conocía a Anahí ni a sus amigos", explicó.

Sobre la tijera, el acusado aclaró que la hallada en su vivienda no era del mismo color que la que el tenía, y de llave que tenía Benítez en su poder, comentó que se probó en una cerradura que tenía un agujero y que por eso la puerta podía abrirse con cualquier llave.

"Después dijo una cosa que me preocupa, que es que a la cárcel lo iban a visitar organizaciones de derechos humanos, la organización de las Madres de Plaza de Mayo y el colectivo de actrices, solidarizándose con él, presumiendo su inocencia, cosa que quiero saber si es verdad", manifestó.

En su descargo, Bazán también se dirigió directamente a la madre de Anahí, y le aclaró que si quedaba detenido, el crimen de la adolescente iba a quedar impune porque él no lo había cometido.

Tras estas palabras, el tribunal, compuesto por los jueces Roberto Conti, Elisa López Moyano y Roberto Lugones, determinó que el próximo lunes se lleven a cabo los alegatos de cierre, donde la fiscalía, a cargo de Hugo Daniel Carrión, pedirá que el detenido sea acusado por los delitos de "privación ilegal de la libertad agravada, homicidio agravado por alevosía, criminis causa y por mediar violencia de género", mientras que la querella sumará además "abuso sexual agravado por acceso carnal".

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El crimen y el juicio

El 29 de julio de 2017, Anahí Benítez salió de su casa, en Lomas de Zamora, y le dijo a su madre que iba a dar unas vueltas por un parque cercano a su vivienda. Sin embargo, las horas empezaron a pasar, y la joven de 16 años no regresó, por lo que su familia radicó la denuncia.

Tras varios días de búsqueda, su cadáver fue encontrado el 4 de agosto en la Reserva Santa Catalina de Llavallol, y rápidamente la autopsia determinó que la víctima presentaba lesiones en su cuerpo y que había muerto por asfixia.

Los dos sospechosos de haber cometido el ataque fueron desde el principio Marcos Bazán y Marcelo Villalba, y por eso el juicio contra ambos comenzó en febrero pasado. Sin embargo, por un problema de salud mental, se determinó que Villalba, de quien se había encontrado ADN en las partes íntimas de la adolescente, dejara de ser juzgado, por lo que el proceso continuó con Bazán como único sospechoso.

Ante la llegada de la pandemia del coronavirus a la Argentina, el debate se vio interrumpido, y finalmente se retomó este martes con el aporte de nuevos testigos de la defensa.

Las pruebas que surgieron durante el proceso

Uno de los relatos que mayormente complicó la situación de Bazán fue el de Diego Tula, el adiestrador del perro Bruno, ya que contó que el can identificó rápidamente el olor de Benítez en el galpón ubicado detrás de la casa del detenido.

Además, el adiestrador también corroboró que el perro marcó que el acusado hizo el recorrido hacia y desde el pozo donde finalmente se encontró muerta a la víctima.

Del mismo modo, los peritos expertos en toxicología indicaron que hallaron la presencia de diazepam, un sedante del sistema nervioso que sirve para relajar los músculos, el cual también se secuestró en la vivienda del sospechoso.

Por otro lado, los médicos hablaron de la presencia de arroz con vegetales en el estómago de la adolescente, el cual podría tratarse del mismo que hallaron horas más tarde en una olla en la casa de Bazán. 

Del igual manera, la querella aportó dos pruebas muy importantes al debate, una fue la tijera hallada en la casa del acusado, y que antes había sido usada por Benítez, y una llave que la joven llevaba colgada en un collar, la cual abría una de las puertas de la casa del detenido.