02 Diciembre de 2018 13:00
La Justicia fue clara y habló en 2013, cinco años después del asesinato de Rosana Galliano. Según la sentencia, la mujer fue asesinada por un grupo de sicarios contratado por su ex marido, José Arce; y por su suegra, Elsa Aguilar. Ambos fueron condenados a prisión perpetua, aunque recibieron el beneficio de la domiciliaria en la misma casa en la que Rosana fue asesinada. Y, para indignación de la familia Galliano, los dos hijos que Rosana tuvo con su femicida (Gerónimo, hoy de 14 años, y Nehuén, de 13) vivieron con su papá hasta el día en el que su padre falleció.
Rosana tenía 29 años cuando su ex, Arce, la mandó a matar.
La muerte de Arce dio por culminada la lucha que los Galliano mantuvieron desde el asesinato: los chicos vivirán con su familia materna. “Recién ahora se dan las cosas como debían ser, pero diez años más tarde”, lamenta Oscar, hermano de Rosana, en diálogo con el diario Perfil. En efecto, hacía pocos meses que la Justicia les había otorgado un régimen de visitas para todos los fines de semana.
Ellos creen en su papá y tienen dudas"
Los hijos: Gerónimo, hoy de 14 años, y Nehuén, de 13.
Después de la muerte de Arce, quien falleció a los 68 años en el Hospital Sanguinetti de Pilar, los chicos se instalaron en la casa de su tía materna. “Todavía no se firmó la guarda, pero entendemos que es cuestión de días. Ahora el papá no está y se tienen que quedar con nosotros. Así que estamos esperando la guarda definitiva”, sumó, al tiempo que detalló: “Somos la familia que tienen en el país; Arce tiene una hermana en Estados Unidos con la que no tenía relación, y con su abuela paterna no se pueden quedar porque es una persona que está cumpliendo una condena”.
Oscar, hermano de Rosana, con sus dos sobrinos.
“Ahora empieza una vida diferente, pero nos estamos acomodando porque por primera vez empezamos a conocer lo que ellos piensan de lo que pasó”, reconoció Oscar, quien se sorprendió por el pedido de sus sobrinos, quienes le prohibieron “hablar mal de Arce”, porque creen en la inocencia de su papá, pese a la condena. “Me dijeron que no hable mal de su papá porque les dolía y que si no lo hacía no me hablaban más. Fue chocante escucharon. Por primera vez hablaron, se liberaron y creo que es porque él ya no está”.
José Arce y su mamá, Elsa Aguilar, ambos condenados a perpetua por el femicidio.
Oscar fue la voz cantante de la familia durante los años posteriores al crimen y previos a la sentencia. “Siempre luché por ellos, pensé que en realidad ellos pensaban otra cosa, que les parecía bien lo que hacía. Si me lo hubiesen dicho antes no hubiese hecho nada y hubiese esperado que la Justicia hable sola, como lo hizo. Es todo muy reciente, pero es importante que empiecen a hablar, a preguntar y escuchar. Hay que tener en cuenta que siempre vivieron con su papá y que más allá de lo que hizo era su papá”.