La inseguridad atraviesa uno de sus peores momentos, y a diario, las personas son víctimas de robos que se concretan en apenas segundos. Ese fue el caso del un taxista que este lunes mientras esperaba en un semáforo, fue asaltado por un hombre que fingió ser un pasajero. A pesar de que se llevó su celular, afortunadamente el chofer resultó ileso.
El hecho ocurrió el lunes pasado por la tarde, en la zona de Pompeya, después de que Luis colocara el freno de mano mientras aguardaba que el semáforo se pusiera en verde.
Mientras estaba detenido, sin sospechar apenas lo que iba a pasar, de repente un hombre se subió al auto y sentado detrás del nylon (que divide en dos el vehiculo para evitar contagios de coronavirus), rompió la protección y de manera violenta le exigió al chofer que le entregara su celular.
"Quedate ahí porque te meto un tiro. Quedate quieto. Dame la billetera", le dijo el delincuente, a lo que Luis al principio se negó, y luego terminó por acceder. En el momento en que el ladrón intentó bajarse por la puerta más cercana, el taxista se quitó el cinturón de seguridad para también salir del auto.
Cuando el delincuente se percató de que el chofer iba a descender, abrió finalmente la puerta ubicada del mismo lado que la víctima, y salió corriendo sin mirar atrás.
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La triste y preocupante situación tuvo lugar en el barrio porteño de Nueva Pompeya, precisamente en la intersección de las calles Tilcara y Martiniano Chilavert. Enojado, Luis insultó al delincuente mientras huía y volvió a sentarse en su vehículo resignado.“Yo sabía, boludo”, se dijo para sí mismo con bronca.En diálogo con el medio Crónica, el taxista contó que finalmente le robaron el celular, pero que la plata pudo salvarla. "No les di la plata. No porque tuviera mucha, sino porque la primera reacción que tuve fue salir del auto", comentó.
"Uno termina acostumbrándose a estas cosas, a cuidar el no dejar nada a la vista, a tratar de ver qué dice el pasajero o evaluar si se hace o no el viaje, dependiendo de la zona”, agregó consternado.
Según dijo, luego del robo no pudo hacer la denuncia enseguida, ya que debió seguir trabajando, porque necesitaba el dinero para mantener a su familia.