20 Abril de 2020 16:02
El domingo se dio a conocer el caso del primer preso en contraer coronavirus. Se trata de Julián Arakaki, de 49 años, alojado en la Unidad 23 de Florencio Varela. A raíz de esto, fueron aislados otros cinco detenidos y diez guardia cárceles que tuvieron contacto con él.
Arakaki quedó internado en Interzonal General de Agudos Presidente Perón de Avellaneda. Además de padecer COVID-19, sufre una enfermedad renal crónica y necesita tres diálisis semanales, las cuales se le aplican los lunes, miércoles y viernes en el mismo hospital.
Cuando el detenido fue llevado desde el penal de Florencio Varela al centro asistencial el viernes último para realizarse una diálisis, los médicos advirtieron que el paciente tenía fiebre, por lo que le practicaron los estudios correspondientes que arrojaron que estaba infectado de coronavirus.
Fue entonces que quedó internado con custodia penitenciaria. Ante esta situación, el SPB decidió, a modo preventivo, aislar a cuatro detenidos que compartían la sala en el sector de Sanidad de la Unidad 42 con el interno infectado y a otro preso que realizaba el mantenimiento en esa área.
¿Pero quién es Julián Arakaki? Se trata de un condenado a perpetua por matar a su hija Milagros, de 8 años, en venganza contra su ex pareja: el Tribunal Penal 4 de San Martín lo condenó en 2015 por resultar autor penalmente responsable del delito de "homicidio calificado por el vínculo".
Según detalla la causa, Arakaki asfixió y asesinó a su hija de 8 años en 2012 como parte de una venganza contra su ex pareja, Elizabeth Alejandra Farías, de quien se acababa de separar. Arakaki había pasado a buscar a su hija por la casa de su ex mujer y luego se la entregó horas más tarde sin vida.
Según el fallo del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 de San, el hecho ocurrió el 19 de agosto de 2012 en el domicilio del imputado en la localidad bonaerense de Martínez, partido de San Isidro, donde asfixió a su hija por sofocación y luego se subió a un remís y le entregó el cadáver a su ex mujer y madre de la víctima, de quien estaba separado.
El tintorero, argentino pero de origen japonés, le había advertido a su ex esposa luego de la separación: "Un día a Milagros te la voy a matar", según surge de la sentencia.
El eje del debate estuvo centrado en determinar si la muerte de Milagros había sido producto de una asfixia mecánica -como probó la fiscalía-, o producto de una infección generalizada relacionada con una gastroenterocolitis que la niña tenía desde unos días previos, como sostenía la defensa.
La clave estuvo en la declaración del médico forense que practicó la autopsia, quien declaró en el juicio que no tenía ninguna duda de que la niña había fallecido productor de “una asfixia por sofocación” y que prueba de ello “la compresión a nivel de la boca” y “la lesión en nariz” que encontró, además de la congestión pulmonar.
Además, declaró la médica que recibió muerta a la niña en la guardia del hospital y contó que llevaba varias horas de fallecida y le vio las lesiones internas en los labios y la nariz producto de un posible sofocación. Otro testimonio importante fue el de Elizabeth Alejandra Farías, la ex pareja de Arakaki y madre de la víctima, quien contó que desde que se habían separado, el tintorero la amenazaba.
No sólo le dijo que un día la iba a matar a Milagros sino que después de que se separaran, durante una semana la estuvo llamando diciéndole: “Me la vas a pagar". La mujer contó en el debate que su otra hija de 6 años, hermana menor de la víctima, le dijo que “el padre entró a bañar a Milagros cuando se hizo caca, y cuando la sacó tenía los labios violetas. Y que arrastró a Milagros a los gritos de la pieza al baño".
En el fallo, los jueces del TOC 4, Federico Ecke, Osvaldo Rossi y Hernán San Martín, sostuvieron que el tintorero “se supo manejar con 'frialdad' para mantener más de tres horas sin vida el cuerpo de su hija en el domicilio hasta que se la entregó a la madre”.
Actualmente en el penal de Florencio Varela cumplía tareas de mozo: les llevaba el café y la comida a los guardias y a algunos jefes. De acuerdo a los voceros, ninguno de los 15 aislados presenta hasta el momento síntomas compatibles con el coronavirus.
Como Arakaki se ocupaba del mantenimiento y la higiene del sector de sanidad, las autoridades analizaron a los otros 56 internos de su mismo pabellón y ninguno presentó fiebre. La Justicia rechazó el habeas corpus que había presentado la defensa de Arakaki.
La Justicia rechazó este lunes un habeas corpus que había presentado la defensa de Arakaki: La jueza de Ejecución Penal 2 de San Isidro, Victoria Elías García Maañon, rechazó el planteo por considerarlo “abstracto” y le ordenó al Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) que informe “cada 48 horas la evolución y pronóstico” del condenado.
En su resolución, la jueza García Maañón consideró el planteo era “abstracto” porque el defensor solicitaba que se confirme si Arakaki tenía Covid-19, cuando el test ya había dado resultado positivo. Arakaki fue condenado el 25 de junio de 2014 a prisión perpetua por el “homicidio agravado por el vínculo” de su hija Milagros Arakaki, de 8 años.