Otra vez, José María A. fue encontrado frente a la Quinta de Olivos por el personal de la división de la Policía Federal que custodia la residencia presidencial. Se trata del hombre de 48 años que el pasado 9 de septiembre había sido detenido por arrojar una bomba molotov contra la quinta donde residen el presidente Alberto Fernández y su familia, y que el 28 de octubre quiso atentar contra su propia vida.
Esta vez, el conductor de taxis y remises, con domicilio en Olivos, se acercó a la esquina de Maipú y Villate, y con un cuchillo en sus manos amenazó con quitarse la vida cortándose las venas. Afortunadamente, fue reducido y detenido antes de que ocurriera una tragedia. José María entregó voluntariamente el cuchillo a personal de la PFA y una ambulancia del SAME lo trasladó al Hospital Houssay en Vicente López.
Luego de detener a José María, la zona fue asegurada con personal de la dependencia de Policía Federal en la quinta, así como personal de la Sección Bomberos también destinado a la residencia y se pidió apoyo a la Policía Bonaerense, así como una ambulancia del SAME. Fuentes policiales aseguraron que el hombre podría sufrir problemas psiquiátricos: su situación está supervisada por un juzgado de familia.
El pasado 9 de septiembre, en medio de la tensión por el reclamo de la Policía Bonaerense, el hombre de 48 años había provocado una explosión a las 6.30 de la mañana. El hecho fue controlado al instante por la propia custodia de la Residencia de Olivos, que lo detuvo en el lugar de la explosión. Cuando fue arrestado por efectivos de la Policía Federal, aseguró que no pertenecía a ninguna organización política.
De acuerdo al testimonio de testigos, José María llevaba una bolsa con cuatro botellas plásticas y una de vidrio repleta de nafta. La explosión se produjo sobre el paredón de la calle Malaver al 1300, a metros de la esquina con Lisandro De la Torre. Fue la propia Federal la que notó el impacto, la explosión y rápidamente se movilizó hacia el lugar, con efectivos de una brigada táctica especializada en explosivos.
Un mes y medio más tarde, el hombre regresó a la Quinta presidencial de Olivos alrededor de las 8.30 de la mañana: en la esquina de Villate y Salta, a 50 metros del portón de ingreso, llevaba consigo un cuchillo y amenazó con suicidare. En aquella oportunidad también fue reducido