08 Septiembre de 2022 14:51
El caso del matrimonio asesinado hace dos semanas en Vicente López dio un contundente giro en tan solo 24 horas. María Ninfa “Nina” Aquino Chamorro, la empleada de nacionalidad paraguaya, acusada como “partícipe necesaria” del doble homicidio agravado José Enrique Del Río y María Mercedes Alonso fue liberada luego de pasar 13 días detenida. Casi en simultáneo, fue detenido Martín Del Río, el hijo menor de las víctimas.
La empleada doméstica había sido detenida bajo la sospecha de haber “entregado” a las víctimas a un criminal. Pero fue liberada por un juez de Garantías al considerar que las nuevas pruebas presentadas en el expediente "parecen desvanecer" la hipótesis inicial respecto a la participación de la imputada en el hecho. Estas pruebas vincularían a Del Río, de 47 años, quien fue arrestado cuando llegaba a su domicilio en Nordelta.
El hombre fue detenido por detectives de la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) de San Isidro y de la Superintendencia de Seguridad Región AMBA Norte luego del análisis de los mensajes que el hombre mantuvo con las víctimas los días previos y sobre las cámaras de seguridad de la zona, las cuales lo ubicaron en el momento de los hechos. Incluso, se lo puede ver caminando con ropa abultada, barbijo y gorro.
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También tiene una bolsa en su mano que tiene impreso el logo de una marca particular. Es de la empresa de bienes raices Remax. Es que su amante es una empleada de esa inmobiliaria. Por estas horas, la Policía también peritó el celular de la mujer y el lugar donde vivía durante la semana y mantenía una doble vida. El crimen fue cometido en la casona de la calle Melo al 1100 la tarde del 24 de agosto y fue descubierto la mañana siguiente por la propia empleada Aquino, cuando encontró a los dueños de la casa dentro del Mercedes Benz E350 estacionado en la cochera.
Las víctimas estaban sentadas con los cinturones de seguridad, la mujer del lado del conductor con un tiro en la cabeza y el hombre como acompañante con tres disparos. El tirador los ejecutó con una pistola calibre 9 milímetros de atrás hacia adelante de derecha a izquierda, por lo que se cree que podía estar en el asiento trasero. La detención del hijo menor del matrimonio se dio luego de que el juez de Garantía 1 de San isidro, Ricardo Costa, ordenara la libertad de la empleada de 56 años en una resolución donde ya adelantaba que había otra línea de investigación que la desvinculaba y que no había elementos para mantenerla presa como presunta “entregadora”.
Martín trabajaba en las empresas de estacionamiento y seguridad que había creado su padre desde que terminó el secundario. Lo comprometen una serie de contradicciones sobre lo que hizo el día del hecho y especialmente los videos donde los investigadores lo detectaron caminando desde el barrio porteño de Núñez hasta la casa de sus padres en Vicente López, en el horario en el que se cree fue cometido el doble asesinato. “Montó una coartada pero descubrimos que dejó estacionada su camioneta en el barrio de Núñez, con el celular 'vivo', prendido, dentro del vehículo para despistar, y fue y volvió caminando a asesinar a sus padres”, dijo uno de los investigadores a cargo de la pesquisa.
La misma fuente explicó que “el imputado tiene una renguera particular por un problema en una de sus piernas y tenemos con cámaras de alta definición a nuestro sospechoso caminando con la misma dificultad rumbo a la escena y regresando de ella”. De acuerdo con la investigación hecha por el equipo de fiscales integrado por Martín Gómez, Alejandro Musso y Marcela Semería, “el móvil podría ser económico”, ya que se está investigando si el ahora imputado tiene deudas y si realizó algún desmanejo con el dinero, los negocios y las propiedades de sus padres. Los fiscales creen que Martin llegó aquel 24 de agosto por la tarde a la casona de la calle Melo.
Allí, convenció a sus padres -con amenazas, violencia o una simple excusa- para subirse al auto Mercedes Benz E350 estacionado en la cochera de la propiedad y desde el asiento trasero los ejecutó con una de las dos armas faltantes en la casa, una pistola calibre 9 milímetros que su papá guardaba en la mesa de luz de su cuarto. Además, los fiscales creen que el disparo que se hizo en el living del primer piso de la casa, apoyado contra un almohadón para enmudecer el estruendo, que perforó un sillón y quedó incrustado en el parquet. Fue un tiro para probar el arma antes de ir a la cochera a ejecutar a sus padres.
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Los fiscales Gómez, Musso y Semería y los detectives de la DDI de San Isidro sospechan que luego de asesinar a su madre de un tiro en la cabeza cuando estaba sentada al volante, y a su padre, que iba de acompañante, de tres en la nuca, el tórax y una pierna, el parricida montó una escena revolviendo algunos ambientes de la casa, vaciando la caja fuerte y llevándose el DVR de las cámaras de seguridad, para desviar la investigación, simular un robo. Además, según esta hipótesis, aprovechó a incriminar ante los investigadores a la empleada que sus padres tenían hace 12 años. "Toda la información recabada en las primeras horas de la investigación fue instalada por este hijo", advierten.
De acuerdo a los datos de la causa, Martín les llegó a decir a los investigadores que dentro del domicilio habían 10.000 dólares, 1.500.000 de pesos, 50 lingotes de oro de 10 gramos y diamantes en la caja, que alguien había entregado las llaves e instaló las sospechas hacia la empleada. “Llegó a decir que la billetera tipo sobre de cuero que le encontramos en su domicilio a 'Nina', cuya foto tenía la mujer borrada en su celular y que ella explicó que había sido un regalo de su patrona, era una 'reliquia familiar' de más de 40 años donde su mamá guardaba la llave de la caja fuerte, cuando es un artículo de la empresa Prüne, fundada en Argentina en 1999”, detallaron.
Si bien a semana pasada había sido aceptado como particular damnificado en la causa junto a su hermano Diego, ahora pasó a ser imputado de un “doble homicidio triplemente agravado por el vínculo, la alevosía y criminis causa” (matar para lograr la impunidad), cuya única pena es la máxima de prisión perpetua.