Hubo un tiempo en que el Gordo Valor fue el Enemigo Público Número 1. En su época de prófugo, en los años noventa, el célebre asaltante de bancos y blindados no dormía dos noches seguidas en un mismo lugar. Había protagonizado una fuga histórica: el 16 de septiembre de 1994 se escapó con otros cinco cómplices de la cárcel de Devoto. Valor saltó un nudo con sábanas anudadas. Su nombre resuena hoy en la cabeza del ministro de Seguridad bonaerense Cristian Ritondo: Valor, detenido en la Unidad penal Número 24 de Campana, figura en una lista de presos peligrosos con antecedentes en fugas.
Los hermanos Lanatta y Schilacchi. Habían intentado fugarse hace dos años.
A partir de la escandalosa fuga de los hermanos Martín y Cristian Lanatta, y Víctor Schillaci, condenados por el triple crimen de General Rodríguez, ocurrido en 2008, la Justicia dispuso que se refuerce la seguridad en las cárceles bonaerenses. En especial en las prisiones de máxima seguridad donde están detenidos presos peligrosos: asesinos, secuestardores, ladrones de blindados y narcotraficantes. “En algunos penales se reforzó la seguridad, en otros se les sumaron horas extras a los guardias y se convocó a personal que no estaba afectado”, dijo una fuente del gobierno bonaerense a BigBang.
En la Provincia de Buenos Aires hay 34.126 reclusos, alojados en 54 cárceles. La principal hipótesis es que los condenados por el triple crimen de Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina, huyeron gracias a la complicidad penitenciaria, por lo que Vidal echó a la cúpula del Servicio Penitenciario Bonaerense. Cerca de la gobernadora creen que estas fugas fueron en respuesta al plan de Emergencia Penitenciaria que pensaba anunciar Vidal.
En Florencio Varela también comenzaron a tomarse más medida de seguridad. Allí está detenido uno de los Doce Apóstoles, la banda que en la Semana Santa de 1996 mató a ocho presos en Sierra Chica y los cocinó en empanadas. “Se trata de Popó Brandán Juárez. También se hicieron inspecciones en las celdas, se arreglaron estructuras vulnerables y se iniciaron sumarios a los guardias sospechados de tener vínculos con delincuentes”, dijo una fuente judicial.
Luis Mario Vitette Sellanes, uno de los ladrones del banco Río de Acassuso, estuvo detenido en Alvear. En un tuit “vaticinó” que habría un descalabro en el Servicio Penitenciario Bonaerense.
Lo llamativo es que hay 800 efectivos asignados a la búsqueda de los tres delincuentes, y 9000 en el Operativo Sol, que se anuncia hoy. Es decir, casi el 10% de todos los policías que deberían cuidar a los turistas están buscando a los hermanos Lanatta y a Schilacchi. Además le pusieron custodia a la familia de Forza.
“Se reforzó la seguridad en las cárceles donde hay detenidos peligrosos: asesinos, narcos, secuestradores y ladrones de blindados
Además se libraron alertas de la Prefectura Nacional y la Policía Federal en las zonas fronterizas. La Policía Aeroportuaria y la Bonaerense también se sumaron a la búsqueda. Entre las cárceles donde se reforzó la seguridad figuran Campana, Olmos, La Unidad 9 de La Plata, Sierra Chica, General Alvear y Batán. “En Sierra Chica hay un preso que ya se fugó cinco veces en diez años. También está Carlos Robledo Puch, el mayor asesino serial, pero la última vez que se fugó fue en 1973, no es un riesgo”, dijo una fuente penitenciaria.
Otra fuga histórica
El video casero dura 48 segundos y puede verse por youtube: Valor salta con destreza uno de los muros de siete metros de la cárcel de Villa Devoto mientras dos mujeres que viven en un departamento de enfrente no pueden creer lo que están viendo desde el balcón:
-¡Mirá cómo se tiró el cana! -dice una de ellas con sorpresa.
-¡No, no es un policía. Es un chorro! ¿No ves que los de blanco son chorros y se están escapando? -le responde la otra con temor.
En 2013, de Ezeiza se fugaron 13 presos. Infografía: La Nación.
La tarde del 16 de septiembre de 1994, Valor protagonizó una fuga histórica del penal de Devoto con sus amigos La Garza Hugo Sosa Aguirre, Emilio Nielsen, Carlos Paulillo y Julio Pacheco. Se disfrazaron con los guardapolvos de los médicos del hospital penitenciario; Valor se vistió con la chaqueta gris de guardia. Cuando llegaron a la muralla externa, disparó al cielo y enfrentó a dos guardias.
-¡Entregate Valor, estás rodeado! -le gritó el guardia Luis Parada.
-Negro, entregá las llaves que está todo copado -le dijo Valor.
Garza Sosa y Gordo Valor, dos de los presos que se fugaron de Devoto.
Los cinco presos bajaron por las sábanas blancas anudadas que habían colgado horas antes y huyeron a los tiros en dos autos que los esperaban en la calle Bermúdez. La fuga les costó una condena de siete años. “Me escapé porque vi una puerta abierta. Tenía miedo de que me mataran”, dijo Valor tiempo después.
“Me escapé porque vi una puerta abierta
Valor quedó marcado por esa fuga. “Me hicieron mala fama, pero ni loco pienso escaparme. Aunque es verdad que ahora hay más seguridad. Siempre que hay una fuga, perdemos los que nos quedamos”, le dijo a Bigbang desde el penal de Campana. “No sólo tenemos que estar atentos a los guardias corruptos, sino a las cuestiones edilicias de las cárceles. En algunas sólo basta saltar una reja o mover un techo para escapar”, dijo una fuente.
El Gordo Valor se fugó varias veces de la cárcel.
También se investiga la versión según la cual el guardia de la entrada del penal de Alvear no usaba arma porque era Testigo de Jehová. Incluso, entre los datos y testimonios que recibe el ministerio de Seguridad bonaerense aparece la declaración de un pastor evangélico que dijo saber dónde estaban los fugados. Pero su testimonio no fue tenido en cuenta. Al parecer, la fuga que conmueve al país no tiene nada que ver con lo religioso.