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Reincidencia feroz: 16.000 criminales quedan libres y no paran de cometer delitos

Según testimonios del ministerio de Justicia bonaerense, la mitad de las personas que estuvo presa en un penal vuelve a delinquir luego de su condena. El gran culpable del flagelo es el mismo sistema carcelario, que está colapsado y no reeduca a los presos: "La prisión es una escuela de delincuentes".

14 Septiembre de 2016 13:52
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“Esta vez no pienso volver”, se despidió Luis "El Gordo Valor de sus compañeros, en mayo de 2014, cuando recuperó la libertad. Pero no cumplió con su palabra. Dos meses después volvió a ser detenido por andar en un auto que llevaba armas. Para el ex líder de la superbanda que en los años noventa robaba bancos y blindados, el delito y la cárcel son como drogas que no puede dejar de consumir.

Luis "El Gordo" Valor, hace cinco años

El caso de Luis Alberto Valor simboliza una cifra alarmante: el 50% de los más de 33 mil presos detenidos en las 56 cárceles y alcaidías bonaerenses reingresó a las celdas del Servicio Penitenciario Bonaerense por rescindir en la delincuencia, ya sea robar o matar.

Es decir: son 16.500 ladrones y asesinos que volvieron a ser detenido tras salir en libertad, y el número de internos reincidentes es mayor porque muchos de ellos aún no fueron recapturados. 

Ni siquiera hay un colchón para cada preso en Argentina

“Es dramático, pero casi el 50 % de las personas que salen de las cárceles bonaerenses vuelven a ingresar. Vuelven a delinquir y a ser detenidos”, dijo a BigBang el ministro de Justicia bonaerense, Gustavo Ferrari.  

 

La estadística se conoce en medio del caso en el que un ladrón fue atropellado por un carnicero en Zárate y un remisero mató a un delincuente que quería asaltarlo; ambos sucedidos a pocos días de que el médico de Loma Hermosa matara a balazos a un ladrón que quiso entrar a su casa.

Un error social

"Es muy alto el índice de reingresos. Es un error pensar que los internos son personas depositadas en las cárceles de las que no hay que ocuparse. O decir: 'que se pudran'", amplía Ferrari y enseguida señala responsabilidades: "En los últimos diez años el Estados no se ha ocupado de readaptarlos a la sociedad". 

"Hay que ocuparse de revincular a los liberados en la sociedad", suplica inmediatamente antes de reconocer con resignación la mayor problemática de las cárceles: "Hoy lamentablemente no hay un colchón por preso. Además hay que restablecer la asistencia de salud, el agua potable y mejorar las condiciones de detención. En cambio, la cárcel perfecciona a muchos delincuentes", define

Gustavo Ferrari.

La educación y el trabajo en las cárceles son dos formas de bajar las tasas de reincidencia: "Al hacinamiento no lo vamos a poder resolver, atenuarlo. Es algo que nos va a llevar más de 10 o 12 años", señala: "De los 33 mil detenidos, 1300 están con sistema prisión domiciliaria  y 2500 en comisarías, mientras que el ingreso carcelario anual es de 2.200 nuevos presos.  Y salen 600 o 700. Es decir: por año hay 1500 nuevos detenidos", advierte.

 

¿Qué hay en las cárceles y qué funciona de todo eso?

En el Servicio Penitenciario hay 51 talleres de chapa y pintura y mecánica. Sólo funcionan 14.

Hay 23 carpinterías, y de las cuales sólo funcionan 6

También hay 24 herrerías, pero de las cuales sólos funcionan 3

Existen 18 talleres textiles, ninguno está operativo

También se incorporó al Sistema penitenciario la fabrica bloque de cemento cerrada

La fábrica de fideos, también cerrada

Uno de los pocos talleres carcelarios que aún funcionan

"La solución es comprar nueva maquinaria y equipamiento para activer los talleres", señala el ministro de Justicia bonaerense??????, quien ve en el reequipamiento el comienzo de una solución a largo plazo.

Uno de los ejemplos es que la localidad de Mercedes compra en la panadería del penal todo el alimento a base de agua y harina. "Los internos deben salir de la mejor manera posible, no peor", argumenta el funcionario designado por la gobernadora María Eugenia Vidal.