La resolución del crimen del trader Fernando Pérez Algaba, el empresario que el 24 de julio fue hallado descuartizado en una valija, avanza todos los días. Ahora, el comisario de la Policía de la Ciudad detenido el jueves pasado, Horacio Córdoba, brindó nuevos detalles acerca del homicidio y dejó un hilo de la investigación que vincula a "Lechuga", como conocían al difunto, con Charlotte Caniggia.
El oficial imputado, que trabajaba en la Subsecretaría de Tecnología e informática del Ministerio de Justicia y Seguridad porteño, con el monitoreo de los efectivos y móviles a su cargo, brindó una declaración judicial donde contó que "conoció una oficina que había armado, donde había muchas computadoras, con chicos haciendo trading, muy ostentosa", y que cree "por dichos de Fernando, que la oficina se la había prestado Charlotte Caniggia".
El fiscal del caso, Marcelo Domínguez, pidió la indagatoria del funcionario policial a partir de la vinculación que halló con Maximiliano Pilepich, el sospechoso más fuerte que tiene la acusación. Según la investigación, el reciente detenido le habría facilitado un teléfono celular que era de una partida que pertenecía al organismo de seguridad de la Ciudad de Buenos Aires. Con este dispositivo el sospechoso se comunicó desde el 18 -fecha en la que presumen fue asesinado Algaba- hasta el 25 de julio.
Ya en la declaración, Domínguez encontró nuevas vinculaciones en el caso, ya que el comisario reveló que el empresario descuartizado también le debía plata a él. Allí confesó que era "amigo de Fernando desde hace aproximadamente dos años, en ocasión en que el dicente quería realizar una inversión en criptomonedas", la cual fue "inicialmente de 3.000 dólares", de la cual "no hicieron ningún tipo de recibo". La transacción de palabra fue en el departamento en el cual "Lechuga" vivía en la torre SLS de Puerto Madero, donde lo obnubiló con los lujos de la costosa vida que llevaba, y con su Mercedes Benz y su motocicleta Ducati.
La acusación del fiscal se basó en que Córdoba trabajaba como un especialista en comunicaciones y tecnología, y que desde ese lugar fue que asesoró a Pilepich para despistar la investigación que lo estaba cercando. Es una conclusión a partir de los diferentes movimientos que hizo el hombre que tenía el teléfono, que lo apagó en diferentes lugares y horarios, para ensuciar los rastros.
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"Fernando era una persona muy cariñosa, entradera, y le comentó que al día siguiente se iría a Cariló con Nahuel Vargas y unas chicas a quienes no conoce", reveló el comisario en su declaración. La otra persona que nombra es la octava detenida en la causa, y el otro acusado de haber descuartizado al empresario. Lo detuvieron el jueves al igual que Córdoba, mientras estaba en la casa de su mamá en Castelar. No se resistió en ningún momento.En la declaración que según la transcripción fue recomendada por su abogado, Roberto Casorla Yalet, el comisario confirmó que "Fernando nunca cumplió con lo pactado, nunca le pagó los intereses que habían acordado y constantemente le indicaba que posteriormente le entregaría más dinero y un interés mayor al que habían acordado, ello por el incremento del valor de las criptomonedas, ya que era muy variable su valor".
Córdoba también precisó otros detalles importantes, cuando afirmó que "Lechuga" lo había invitado a ser parte como inversor del emprendimiento inmobiliario "Renacer" que está en General Rodríguez. No es cualquier lugar, allí fue que el trader se dirigió para cobrar una deuda que Pilepich, el otro acusado, tenía con él. Al mismo tiempo, también los investigadores cuentan con imágenes del Ford Mondeo negro y sin patente con el que circulaba cuando se registró actividad de su teléfono celular en las cercanías del predio, justo después de la medianoche, el 19 de julio.