Luego de unos días de investigación, dos trabajadores rurales fueron rescatados de un campo de la localidad de Las Parejas, en la provincia de Santa Fe, ubicado a 100 kilómetros de Rosario. El operativo fue llevado adelante por la Policía Federal. Ambas personas, adultos mayores, eran sometidos a esclavitud y explotación desde hacía cuatro años.
Durante el allanamiento, ordenado por el juez Carlos Vera Barros, también corroboraron que los dos jubilados vivían en un lugar que no era apto ya que no cumplía ninguna medida de higiene. Tampoco contaban con servicios médicos y ni siquiera tenían agua potable. Según consta en la investigación, los dueños del campo les pagaban 6.000 pesos por mes a cada uno. Pudieron ser salvados tras una denuncia anónima realizada a la línea 145 el 27 de abril.
Tras el llamado, la Policía montó diversos operativos en el campo, donde se realizaban diversas actividades vinculadas a la agricultura. También se dio a conocer que el lugar es propiedad de una de las familias más conocidas y millonarias de la zona.
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De esa forma, los investigadores pudieron dar con los dos trabajadores que vivían en condiciones precarias. Según consta en el expediente, los dos jubilados habían aceptado el trabajo ya que contarían con la chance de contar con una vivienda.
Durante cuatro años, los dos jubilados, que recibían solo 6.000 pesos por mes, no contaron con asistencia médica en ningún momento y se alimentaban con lo que les daban los dueños del campo. Por eso, se comprobó que tenían indicios de desnutrición.
Según el informe de la Policía, ambos trabajadores se ocupaban del mantenimiento de la casa principal y de custodiar parte del campo. También realizaban labores vinculadas a la jardinería. Pero, más allá de todo lo que realizaban, vivían amenazados y maltratados por la dueña del lugar, a quien apuntaron como su empleadora. También contaron que tanto para las tareas de jardín como para las de limpieza, la dueña no les daba ni las herramientas ni los productos adecuados y que ellos debían comprarlas.
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En la casa donde vivían, si así se la puede llamar, no tenían agua potable, ni un baño apropiado. El piso del lugar al igual que el techo y las paredes no tenían aislamiento. Las instalaciones de luz y de gas eran precarias. Y al parecer, habían dejado de funcionar. Los jubilados contaron que la dueña les descontaba de su sueldo de 6.000 pesos los gastos de luz.
Dentro del campo también había un vagón de carga del ferrocarril. Según contaron, era muy antiguo y en ese lugar también había vivido una familia que estaba en las mismas condiciones precarias que ellos.
El operativo de rescate estuvo a cargo de la Dirección Regional Centro del Ministerio de Trabajo de la Nación y el Registro Nacional de Trabajadores Rurales y Empleadores (Renatre) Santa Fe Sur, junto con la Dirección del Comité Ejecutivo de Lucha contra la Trata y Explotación de Personas del Comité de Trata. En el lugar hicieron actas de relevamiento y de Indicios de Explotación Laboral rural de los organismos intervinientes. Todavía no hay ningún detenido.