10 Noviembre de 2020 12:40
No es la primera vez que ocurre. De hecho, en julio del año pasado sucedió un hecho similar en el cementerio de Miramar. Esta vez, Rogelio Antonio Ríos, un carpintero misionero de 54 años, denunció que los restos de su hijo, sepultado hace 17 años, desaparecieron del cementerio La Piedad. Conmocionado, el hombre contó que el hecho ocurrió el 2 de noviembre, Día de Muertos, y que en el lugar donde yacía su bebé solo había un "pozo vacío".
Según explicó Ríos, fue su esposa la que descubrió y le avisó aquel lunes que los restos del hijo de ambos ya no estaban en el cementerio. Ni siquiera estaba su ataúd. En diálogo con el diario Primera Edición, el hombre explicó que las autoridades del cementerio, ubicado en la ciudad de Posadas, Misiones, le dijeron en primer lugar que se había equivocado de parcela y que su bebé yacía al lado de la tumba que estaba excavada.
Indignado, Ríos insistió que la tumba profanada era la de su hijo y exigió explicaciones. Fue entonces que el personal del cementerio fue hasta la tumba, excavó la parcela que creían era la del bebé y descubrieron que tampoco había ningún cuerpo o cajón. “Cuando llegué al cementerio, los encargados decían que la tumba estaba al lado, que no habían tocado la de mi hijo", explicó el carpintero.
Y siguió: "Desde el 2003 que voy a poner una vela y rezarle a mi hijo, cómo no voy a saber cuál es su lápida si la armamos nosotros. Ninguna explicación era creíble. Es más, excavaron al lado donde decían y no hallaron nada, ni cajón, ni ropa, restos del cuerpo, nada. Ellos sacaron y tiraron al angelito en algún lado. No sé ahora dónde vamos a ir a rezarle a nuestro hijo”.
Molestos, tristes e indignados por lo ocurrido, el matrimonio decidió hacer la denuncia en la Comisaría 2ª de Posadas ante la falta de respuestas de los encargados del cementerio. La causa quedó en manos el juez de Instrucción 2, Juan Manuel Monte, quien ordenó al día siguiente la recolección de pruebas y evidencias para realizar los peritajes correspondientes. Las tareas quedaron a cargo de los efectivos de la Unidad Regional I.
El juez pidió informes sobre la degradación de los cadáveres, cofres, ataúdes, ropa y otros elementos enterrados. Además, exigirá la remoción del árbol ubicado al de la tumba con el objetivo de ver si hay algún resto del bebé en las raíces. “Espero que no haya sido un show montado ese procedimiento. Ya escuché casos de otras familias que perdieron los restos de sus seres queridos porque los exhuman de esta manera", sostuvo Ríos.
Y se lamentó: "A nosotros no nos avisaron que iban a excavar. Y ocurrió en septiembre, según me dijeron el lunes. El dolor que uno transita es fuerte, no se puede tomar con liviandad. No teníamos ninguna deuda con el cementerio y, además, los cuerpos de angelitos no se exhuman por falta de pago. Lo único claro es que hicieron un hueco nuevo y más profundo y tiraron a mi hijito, para dejar lugar para enterrar a otro cuerpo”, manifestó el papá.
El 17 de julio del año pasado, la Justicia de Mar del Plata inició una investigación por el robo del cadáver de Ciro Lescano, bebé de cuatro meses que había sido sepultado el 4 de julio de 2019 en el cementerio de Miramar. La denuncia la había hecho la madre del menor fallecido al ver que la tumba estaba removida, por lo que la policía exhumó el féretro y verificó que estaba completamente vacío, sin rastros de los restos de la criatura.
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A raíz de esta investigación, las autoridades descubrieron que el cuerpo de Liam Rodríguez, de sólo dos años de edad, también fue robado el mismo mes y en el mismo lugar. Cabe destacar que la profanación de una tumba no constituye un delito en sí mismo, salvo que haya otras circunstancias involucradas como el reclamo de dinero o la venta de los restos del cuerpo como sus huesos para distintos fines comerciales.