En el país, el Plan Estratégico de Vacunación contra el COVID-19 avanza a pasos agigantados. De hecho, este último fin de semana ya superó las 40 millones de personas con al menos una dosis de la vacuna, mientras que 35.700.019 ya completaron el esquema de vacunación (las dos dosis). Mientras tanto, 3.040.003 recibieron una dosis adicional y otras 11.981.207 se vacunaron con dosis de refuerzo.
En medio de este panorama, la vacuna -la principal arma en la lucha contra el coronavirus- también se convirtió en una herramienta eficaz contra el crimen. Resulta que un delincuente de 22 años fue detenido luego de robar un taxi y dos casas debido a que cumplió con el esquema de vacunación: en su huida, se le cayó el carnet sanitario en uno de los hogares que asaltó en San Francisco Solano.
Fue así que la policía logró identificarlo y posteriormente capturarlo. Todo ocurrió en las calles 897 y 898, donde el malechor asaltó a un taxista. La víctima denunció el hecho al 911 y describió al ladrón: un joven delgado que usaba una remera de color rojo. Tan solio una hora más tarde, las autoridades recibieron otra denuncia de robo de un ladrón con características similares.
El delincuente había ingresado a la casa de un vecino ubicada en la calle 833 y 895. Allí, robó y se escapó por el fondo del terreno. Los efectivos llegaron a la vivienda y rastrillaron la zona de los asaltos: ahí fue que cerca de una de las casas encontró el carnet de vacunación contra el coronavirus del delincuente. Minutos después, los agentes montaron un operativo cerrojo y lograron dar con el ladrón, que al ver a los policías se escondió detrás de un árbol de la zona.
Finalmente, el joven fue trasladado a la Comisaría 4° de Quilmes y puesto a disposición de la justicia en una causa que quedó caratulada como “robo simple”. Pero no es el primer delincuente que queda detenido por ser despistado o por su "conciencia social", si es que realmente tienen una. Carlos Alberto Fleita y Diego Alejandro Gómez fueron detenidos en junio del año pasado por renovar la oblea de GNC del auto que usaban para robar.
Los dos delincuentes con antecedentes, alquilaban un Fiat Siena negro a una empresa para trabajar como Uber. Con el auto, sin embargo, salían a robar. Pero luego de asaltar una panadería y escapar en el vehículo, uno de los sospechosos se acercó a un taller mecánico en Munro a realizar la renovación de la oblea de GNC con su verdadera identidad: con ese dato, los descubrieron y los detuvieron.
En aquella oportunidad, los propietarios de la panadería realizaron la denuncia, que cayó en manos del fiscal Raúl Villalba, titular de la UFI Nº7 de Moreno. Las cámaras de seguridad del local y de la zona captaron el momento que Fleita ingresó al comercio con una gorra, mientras el Fiat Siena lo espera afuera. Luego se reconstruyó el recorrido que hicieron para escapar, captando la patente del auto.
Con esa información, los investigadores hallaron en los registros que ese vehículo pertenecía a una empresa que alquilaba autos en la ciudad de Buenos Aires. Así, los fiscales emitieron una serie de oficios para obtener más datos y lograr identificar a los delincuentes. Uno de esos pedidos fue dirigido a Energas. Allí, se comprobó que Gómez había ido a renovar la oblea de gas a un taller mecánico en Munro dejando su verdadera identidad.
A un día del inicio del juicio por el crimen de Araceli Fulles, quien en 2017 fue hallada asesinada, y con signos de haber sido asfixiada, debajo de los escombros de una casa de José León Suárez, detuvieron a Carlos Cassalz, uno de los apuntados por el crimen de la joven de 22 años y acusado por “homicidio agravado por pluralidad de intervinientes y por mediar violencia de género” y por “amenazas agravadas”.
El hombre fue detenido el 12 de septiembre del año pasado por efectivos de la DDI San Martín en el colegio “Tierra de Crecimiento”, ubicado en la calle Lacroze 5665, en Villa Ballester, lugar al que había ido para cumplir con su deber cívico, es decir, a votar. La detención fue pedida por el juez Pablo Mandrilli, del TOC N°3 de San Martín, “ante la posibilidad de que no comparezca en el debate cuando se lo requiera”.
Finalmente, dos meses después el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3 de San Martín lo condenó a prisión perpetua junto a Hugo Cabañas y Marcelo Escobedo. Casalz estaba acusado de amenazar a un testigo y a la madre de Araceli, a quien le mandó un video de nueve segundos con una ametralladora diciendo "hay balas para toda la familia".