10 Enero de 2025 13:55
Guillermo tiene 60 años y decidió pasar unos días en Playa Unión, en la provincia de Chubut junto a sus familiares pero nunca se imaginó que esa situación que debería traer paz y tranquilidad se convertiría en un infiero tras pelearse a las piñas con dos guardavidas.
Los videos del momento se hicieron virales rápidamente y la situación terminó con el turista internado por la presión alta y con los dos guardavidas se quedaron sin trabajo tras la determinación del gobernador Ignacio Torres. Con la situación menos tensa, pudo declarar y contar qué fue lo que pasó en medio de la acalorada discusión que terminó de la peor manera.
"Me bañé durante 30 minutos, el agua me llegaba al pecho. Había un montón de personas, entre chicos y grandes, y de repente escuché un silbato", dijo Guillermo y siguió: "De repente escuché el silbato por segunda vez y me toqué el pecho, como preguntándole si era para mí. El guardavidas asintió con la cabeza. Salí y apenas llegué a la orilla, me dijo: 'Escuchá, gordo pelotudo de mierda. Te estoy llamando, no te podés meter ahí adentro'. Le pregunté por qué no podía bañarme y me respondió que era un gordo impresentable, que si me llegaba a ahogar ahí no me sacaba nadie".
Ante la violencia con la que se dirigieron los bañeros a Guillermo, éste decidió cuestionar la decisión: "Le pregunté dónde había un cartel que dijera que estaba prohibido bañarse, cuando adentro del mar había otras 200 personas haciendo lo mismo. Y siguió con los insultos y los agravios. Y después llamó a un encargado, que me dijo que iba a llamar a la policía", dijo y siguió: "Le respondí que lo hiciera, que yo no estaba cometiendo ningún delito. Y me respondió: 'Vos tenés que salir porque sos semejante gordo y te tenemos que sacar con una grúa'".
"Que soy un viejo choto, obeso y que no tengo nada que hacer ahí adentro", dijo Guillermo al medio TN y confesó: "Hace más de 20 años que estoy peleando con la obesidad. Me hice una manga gástrica y no me dio resultados".
El turista agredido también relató: "El encargado me pegó en la cabeza. Me agarraron de los pies y me pegaron patadas en el piso. Después llegaron mi hija y mi esposa y los sacaron de encima. Ellas me llevaron todo ensangrentado al auto". Además, recordó: "A las 22 de ese día tuve que ir de vuelta al hospital de Trelew, ciudad en la que vivo, por el golpe en la rodilla. Actualmente sigo con hipertensión, tengo todo el cuerpo moreteado y con inflamaciones".
Angustiado por la situación que tuvo que atravesar, Guillermo expresó: "Vengo peleando hace tiempo con mi obesidad. Me da vergüenza salir a la calle. Yo llegué a pesar casi 170 kilos, y lugar al que voy me discriminan. No quiero salir a la calle, por eso me trastorna".
En la misma línea, contó: "Se me ríen en la cara y me da vergüenza. Mis hijas me piden que no le dé importancia, ni a los comentarios ni a los memes, pero internamente me hacen sentir mal. Fue muy feo pasar por esta situación, pero por suerte tengo el apoyo de toda mi familia".