Después de las cuatro ruedas de reconocimiento y de la incorporación a la causa de cuatro nuevos testigos, la fiscal que investiga el asesinato de Fernando Báez Sosa logró unir las piezas y adjudicarle a cada uno de los diez rugbiers un rol en la golpiza por la que murió el adolescente de 18 años al salir del boliche Le Brique de Villa Gesell.
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