"Son tan culpables los que mataron a mi hijo, como los que los dejaron salir", dijo, con un enorme dolor en el pecho, el papá de Alan Bopp, el joven de 21 años que el sábado a la madrugada fue asesinado en la puerta de su casa, en Chubut, por dos delincuentes que tenían antecedentes penales, y que además, cumplían una prisión domiciliaria.
Según relató a BigBang Christian Bopp, sus hijos menores viven desde hace algunos años junto a su ex esposa en Puerto Madryn, y el sábado a la noche, mientras cumplían la cuarentena junto a un amigo que vive en la casa familiar desde hace un tiempo, decidieron sentarse en el patio delantero de su casa para que la perra, una Pitbull, saliera a pasear por la calle.
"Mi ex mujer estaba haciendo una rosca de pascua porque al otro día no iba a estar por trabajo, y ellos estaban en el patio sentados, y decidieron abrirle a la perra para que salga, porque la sacan de noche para que no se pelee con otros perros. La perra se fue hasta la casa de la esquina, serán 20 metros y ahí es cuando el amigo de mi hijo, la va a buscar y aparecen estos dos chicos, y le empiezan a pegar. Entonces mi hijo se metió y lo mataron", explicó angustiado el papá de Alan.
Según contó el hermano de la víctima, quien estaba también presente en el momento del ataque, los dos agresores, identificados como Juan Colemil Navarro y Nicolás “Ruso” Hammond, vieron que ellos estaban sentados afuera, y cruzaron la calle para molestarlos. Les decían, entre otras cosas, que se hacían los machos por estar con la perra y que "no se la bancaban".
"A mi hijo le cortaron la carótida. Caminó unos metros hasta la casa, y cayó desplomado. Su mamá estaba con ellos, vio cuando lo increparon al amigo, y fue a buscar el teléfono para llamar a la policía. Cuando salió a la calle se encontró con mi hijo herido", contó el papá del chico fallecido.
En base a la información que pudo juntar hasta ahora, cree que sus hijos no conocían a los delincuentes, ni tenían trato con ellos, aunque sí estaban al tanto de que eran vecinos del barrio y que tenían problemas con la policía.
Tras el hecho, los dos sospechosos huyeron del lugar, y a pesar de que estuvieron prófugos unas horas, finalmente tras varios allanamientos la policía los encontró y los detuvo.
"Los oficiales los interrogaron y le preguntaron si conocían a mis hijos, si tenían algún trato, si era un ajuste de cuentas o si tenían algún problema y dijeron que no. Cuando les preguntaron por qué habían hecho una cosa así, no respondieron", aseguró el papá de Alan.
Aunque el joven de 21 años perdió la vida, su amigo afortunadamente logró sobrevivir a las agresiones, y a pesar de que se encuentra internado, está fuera de peligro. Él, como también el hermano de Alan, ya declararon ante los investigadores, y contaron que las cosas sucedieron en solo unos pocos segundos.
Ante esta situación, y mediante una videoconferencia, en las últimas horas el fiscal de la causa, Jorge Bugueño, realizó una audiencia donde imputó a los acusados de “homicidio en concurso real con intento de homicidio”, y en la cual además se decidió que ambos permanezcan con prisión preventiva por tres meses.
Los dos sospechosos tienen graves antecedentes penales, debido a que uno espera una condena y el otro estuvo preso en cárcel de Trelew por haber cometido un asesinato, e incluso dentro de la prisión también fue acusado de haber matado a un interno. A pesar de eso, y de haber tenido otras causas por robo, tanto él como su compañero gozaban desde hacia algunas semanas de prisión domiciliaria, y por eso el domingo pudieron escaparse de sus casas, más allá de la cuarentena que rige en todo el país.
"Un tipo así no puede estar libre, no puede ser común que gente así esté en la casa. Hacer una cosa con tanta saña como lo hicieron, clavándole un cuchillo como si fuera un animal. Este chico, ya con un intento de homicidio en la cárcel, y con un asesinato a cuestas, ¿qué hace en la casa?", preguntó el papá de Alan sin poder entender aún cómo sucedió una cosa así.
Lee más. Violó la cuarentena, atropelló a una mujer y la mató: "Según nos contaron los testigos, estaba alcoholizado"
Según contó a este portal, luego de la muerte de su hijo, los representantes de una asociación que piden justicia por otros crímenes ocurridos en la ciudad, le dijeron que "más del 50% de los asesinatos cometidos es de gente que debería haber estado presa y no lo estaba", y que ahora se dio cuenta que muchas personas que deberían estar en la cárcel en realidad no lo están.
"Para mí fue tan culpable el juez que los soltó a los delincuentes como el asesino, así que vamos a poner la fuerza en eso, yo quiero que paguen todos los responsables. Acá tiene que haber un corte, cualquiera sabe qué hacen los delincuentes, pero no por qué salen. Ya no nos podemos quedar callados", sostuvo emocionado.
A raíz de lo ocurrido, el intendente de Puerto Madryn, Gustavo Sastre, se comunicó con la familia Bopp, por lo que, además de mostrarle su apoyo, les prometió que en los próximos días se reunirán.
A pesar de la cuarentena, los vecinos de la ciudad de mostraron indignados, y este domingo se autoconvocaron en distintos putos para pedir justicia por Alan. "A mi hijo lo quería mucha gente, era muy buena persona. Todos los comentarios son buenos y eso te ayuda a seguir", cerró.