Apodado como el Ángel Negro, pasó 50 años en la cárcel por matar al menos a 11 personas entre 1971 y 1972. A sus 70 años, Carlos Robledo Puch podría recuperar su libertad. O mejor dicho, comenzar a vivirla. La razón es que dos mujeres propusieron recibirlo en su asilo de ancianos y el presidiario dio su consentimiento.
Con un informe psicológico que no dejaba rastros de trastornos mentales, 15 días después de cumplir 20 años, y luego de cometer su último asesinato, en el que incluso mató a su compañero de delincuencia “Somoza”, el 4 de febrero de 1972, Robledo Puch fue detenido por la Policía Fedreal, en la Ciudad de Buenos Aires.
Los años pasaban, la sociedad pedía justicia y su declaración no colaboraba. El 27 de noviembre de 1980 el acusado de homicidio fue condenado a reclusión perpetua por tiempo indeterminado, pena máxima que existe en Argentina. Desde el 2000 Robledo Puch podía solicitar su libertad, pero pese a los comentarios que ha emitido en los juicios, fue casi nula la posibilidad de que esto sucediera. “Algún día voy a salir y los voy a matar a todos”, fue una de las frases que expresó en ese entonces.
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Cabe destacar que en el 2008, el integrante de la cárcel de Olmos, presentó un escrito donde exigía su libertad, ya que por ley podían otorgársela, pero se la negaron. Eso se debió a la falta de allegados, domicilio y pertenencias de las que el hombre carece fuera de la prisión. Si bien esto nunca llegó, 10 años más tarde, cumplió su sueño de convertirse en una estrella del cine. La productora de Sebastián Ortega llevó a la pantalla grande "El Ángel", la historia de vida del imputado.
En las últimas horas la causa dio un giro de 180 grados y Robledo Puch podría reinsertarse en la sociedad, si es que la justicia se lo permite. Dos mujeres, las cuales intercambiaron cartas con el protagonista durante hace cuatro años, declararon que están dispuestas a hacerse cargo del hombre y llevarlo a un asilo de ancianos que está ubicado a media cuadra de su vivienda. Además, ofrecieron contención espiritual por parte de un sacerdote.
La Sala 1 de Apelaciones de San Isidro, a cargo de los jueces Oscar Roberto Quintana y Ernesto García Maañón, emitirá la última palabra. Son ellos, quienes deberán resolver si Robledo Puch está o no capacitado para ser liberado. Por su parte, el hombre firmó su consentimiento y según las declaraciones de su abogado Jorge Alfonso, “está totalmente ansioso, quiere salir, quiere otro ambiente”.