06 Mayo de 2024 12:01
El futbolista Tiago Palacios de Estudiantes de La Plata, reciente campeón de la Copa de la Liga tras imponerse por penales ante Vélez Sarsfield, protagonizó un accidente automovilístico durante la mañana del lunes cuando chocó contra un surtidor de nafta en la estación de servicio de la autopista Illia y el Paseo del Bajo. Por el impacto, terminó internada en el hospital Fernández una supervisora de 27 años que, al intentar escapar del golpe, se lastimó las piernas. Tras los estudios, salió a la luz que el deportista tenía 1,84 gramos de alcohol en sangre.
A Palacios también lo atendieron desde el Sistema de Atención Médica de Emergencias (SAME) por lesiones leves, aunque pudo salir por sus propios medios de la Jeep Compass Limited con la que protagonizó el accidente. También atendieron a otro empleado, un playero de 23 años de la Shell en donde ocurrió todo, quien entró en un ataque de nervios tras el escandaloso choque.
En los primeros minutos posteriores al accidente, el titular del SAME, Alberto Crescenti, había dado una versión que aseguraba que el futbolista se había negado a realizarse los estudios de alcoholemia correspondientes, propios de una situación como la que acaba de desatarse en el accidente vial en el que estuvo.
Cabe recordar que Estudiantes de La Plata se coronó campeón este último domingo en el Estadio Madre de Ciudades de Santiago del Estero, y que, según detallaron en el diario platense El Día, el plantel arribó cerca de las dos de la madrugada al predio que tiene en City Bell, luego de volver en un avión privado.
En el periodico local, afirmaron que mientras que muchos de los campeones se fueron a encontrarse con sus familias, otros prefirieron continuar los festejos e irse "de caravana" por la noche platense. En ese sentido y de acuerdo a la hora en la que ocurrió el accidente, Palacios habría optado por continuar la fiesta más que por volverse a su hogar.
Por otro lado, para entender el nivel de borrachera con el que contaba el futbolista, el máximo permitido según la ley de tránsito porteña es de 0,50 gramos de alcohol en sangre. Esto quiere decir que lo que había tomado el mediocampista superaba por más de tres veces lo permitido por la legislación actual.