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Salvatore, el abogado que busca el récord de contrabando de cocaína

Ya fue condenado por el envío de una tonelada de cocaína. Se lo procesó por el contrabando de otros 1500 kilos y lo indagarán por otro cargamento de 762 kilos. Su fatídica historia.

21 Septiembre de 2016 15:32

El abogado Carlos Salvatore va camino a convertirse en el narcotraficante récord de la Argentina: ya tiene una condena por el envío de una tonelada de cocaína a Europa y ahora suma dos acusaciones más. En una causa fue procesado semanas atrás por el envío de 1500 kilos de cocaína y en otro expediente se lo acusó del contrabando 762 kilos de la misma sustancia al continente europeo.

Salvatore es un narco de temer no sólo por las cantidades que exportaba a Europa. También está procesado por el juez Ariel Lijo por haber amenazado de muerte a la jueza federal de Resistencia, Zunilda Niremperger, quien llevó adelante la investigación por la que recibió la primera condena.

El abogado fue condenado el año pasado en lo que se consideró el caso más importante del narcotráfico, la causa Carbón Blanco. El Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Resistencia le impuso una pena de 21 años de prisión y a los otros cuatro acusados a penas de entre 19 y 12 años, por los delitos de asociación ilícita en concurso real con contrabando de estupefacientes agravado por el envío de más de una tonelada de cocaína Europa.

Según se probó durante el juicio oral, que duró tres meses, y durante el cual hubo amenazas de muerte para los fiscales del caso, la organización encabezada por Salvatore envió tres cargamentos a Europa entre marzo y abril de 2012. La droga fue camuflada en contenedores con carbón vegetal que salían desde la planta de la empresa Carbón Vegetal del Litoral S.R.L., con sede en Quitilipi, Chaco. Dos de los cargamentos llegaron a destino a Lisboa, Portugal, mientras que el restante fue interceptado en el puerto de Buenos Aires.

Pero según las causas que hay en trámite esa operación de contrabando de cocaína en gran escala a Europa no fue la única que llevó adelante Salvatore.

En junio, el juez federal de Campana, Adrián González Charvay, procesó con prisión preventiva Salvatore, al considerar que mantuvo un rol preponderante -como organizador y financista- en la logística e instrumentación de dos operaciones de tráfico internacional de estupefacientes.

En el procesamiento el juez consideró que Salvatore habría sido el responsable de coordinar, financiar y ejecutar la salida de un cargamento de pulpa de pera que contenía los 1.235 kilogramos de cocaína, con destino a Portugal. También le adjudicó otro papel similar en la frustrada exportación de 236 kilos de cocaína, que fueron incautadas en la localidad de Lima, en una causa en la que ya hubo un condenado en un juicio abreviado.

Ahora Salvatore sumó una nueva acusación. Los fiscales Mario Gambacorta y Diego Iglesias, a cargo respectivamente de la Fiscalía Federal N°2 de Rosario y la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), solicitaron que el abogado sea indagado por otra causa en la que se investiga el contrabando de un cargamento de 762 kilos de cocaína desde esa ciudad hacia España, que fue interceptado en el puerto de Bilbao el 2 de agosto de 2010.

La causa se inició en agosto del 2010, con una denuncia realizada por la Aduana de Rosario, luego de ser informado por el Departamento Narcotráfico del Servicio de Vigilancia Aduanero del Reino de España del secuestro de 762 kilogramos de clorhidrato de cocaína en el puerto de Bilbao. Habían sido transportados en un contenedor, perteneciente a la firma argentina “Agroforestal del Litoral SRL”, acondicionados en bolsas de carbón vegetal. En ese país se realizó la entrega controlada del cargamento, lo que llevó a la detención de sus destinatarios y al importador.

“Los integrantes de la organización delictiva habrían realizado “todas las conductas necesarias para llevar adelante la empresa criminal” bajo la dirección de

Salvatore: según el dictamen de los fiscales federales, sus integrantes consiguieron el carbón vegetal, acondicionaron las bolsas para disimular la cocaína, contrataron la empresa de transporte marítimo y contactaron a las personas en el Viejo Continente para que reciban la droga y la comercialicen posteriormente”, según informó el sitio de la Procuración General.