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"Sáquenlos a todos, la re... que los parió": el mareo de Máximo y el indignante pedido de su mamá

A las 13:30 se conoció la sentencia contra los imputados por el crimen de Fernando Báez Sosa.

06 Febrero de 2023 12:45
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Con información de Manuela Fernández Mendy, enviada especial

En los alrededores del Tribunal Oral en lo Criminal 1 de la ciudad de Dolores, que se ubica en la calle Belgrano 141, entre Marquez y Rico, en donde se llevó a cabo el juicio y la lectura de la sentencia de los jueces María Claudia Castro, Christian Rabaia y Emiliano Lázzari por la muerte de Fernando Báez Sosa se desplegó desde temprano en la mañana del lunes, un gran operativo de seguridad. El clima era tranquilo, con carteles y muestras de apoyo para con los padres de Fernando. Para las 11 de la mañana, solo BigBang estaba presente dentro de las vallas de seguridad. 

En ese momento, las autoridades advirtieron a BigBang que esperaban, al menos, 400 personas. Algo que hasta el mediodía no ocurrió. Por su parte, en el bar "La Ley", ubicado en la esquina de los Tribunales de Dolores colocaron una pantalla gigante en la calle para ver la transmisión del veredicto en vivo. También, se empezó a acercar una multitud de personas autoconvocadas para apoyar a la familia de Fernando, como fueron los parientes de Moreno, provincia de Buenos Aires, y familiares que viajaron desde Paraguay, entre otras personas que estuvieron presentes en las 13 audiencias y en los alegatos que ocurrieron hace dos semanas con gritos en reclamo de “justicia” y “perpetua”.

 

También estuvieron presentes en las afueras del Tribunal, Ramón Dupuy y su hijo, Christian, abuelo y padre de Lucio, respectivamente, que llegaron a Dolores temprano. Cabe destacar que los fiscales, Juan Manuel Dávila y Gustavo García, y los abogados de los padres de Fernando Báez Sosa, Fernando Burlando, Fabián Améndola y su hijo, Facundo, habían entendido que los rugbiers mataron a Fernando "de manera premeditada y con alevosía" aquella madrugada de 2020 frente al boliche Le Brique. Por esta razón, todos ellos pidieron en sus alegatos finales que los acusados sean condenados a "perpetua".

“Lo asesinaron sin piedad”: el desgarrador relato de la tía de Fernando en Dolores

Por su parte, la defensa a cargo de Hugo Tomei había pedido la absolución de todos por “nulidades procesales” hasta un homicidio con dolo eventual. Mientras que los fiscales, Juan Manuel Dávila y Gustavo García, al mismo tiempo que la querella, a cargo de Fernando Burlando, Fabián Améndola y su hijo, Facundo, en los alegatos finales habían pedido perpetua para los ocho acusados.

Recién una hora después, a las 12:15 precisamente, los acusados Máximo Thomsen (23), Matías Benicelli (23), Enzo Comelli (22), Blas Cinalli (21), Ayrton Viollaz (23) y Ciro (22), Luciano (21) y Lucas Pertossi (23) fueron trasladados en camionetas del Servicio Penitenciario bonaerense hasta el Tribunal. A la espera de la sentencia, los padres de los acusados estaban en la comisaría de Dolores, a exactamente cuatro cuadras del Tribunal y luego también fueron trasladados como sus hijos en camionetas hasta la sala por el Servicio Penitenciario. Junto a los padres ingresó Emilia Pertossi, la abogada de los rugbiers de Zárate y hermana de Luciano y Ciro

 

A las 12.30 se permitió el ingreso de todos los medios acreditados. Aunque, los padres de Fernando aguardaban en un departamento ubicado a tres cuadras del lugar y fueron escoltados hasta los Tribunales. 10 minutos después, salieron a la calle e hicieron su declaración. “Estamos fuertes y confiados de que se va a hacer justicia por Fernando. Dios y Fernando desde el más allá me está acompañando en este momento", dijo Silvina Sosa.

Al rato, ingresaron los fiscales a la Sala del Tribunal y habló Hugo Tomei: "Ya estamos". Desde adentro, el abogado defensor se dispuso a saludar a los periodistas que ya se encontraban allí. Adentro de la Sala del primer piso reforzaron la seguridad interna, se instalaron efectivos del Servicio Penitenciario en el pasillo por temor a un cruce entre los padres de los rugbiers y los amigos de Fernando.

En audiencias anteriores, solo doce efectivos que rodeaban a los ocho acusados, pero esta vez, se hará un cordón más grande para separar a los familiares. Para las 12.50, Tomei era el único abogado dentro de la sala. Después, ingresó la mamá de Tomás D'Alessandro, el amigo fiel de Fernando y más tarde lo hizo su hijo. Luego comenzaron a ingresar a la sala los familiares de los acusados.

El primero en ingresar fue Eduardo, padre Matías Benicelli. Luego llegaron Érika Edith Pizzatti y Sergio, los padres de Ayrton Viollaz. Más tarde hizo lo propio Francisco, el hermano de Máximo Thomsen; María Alejandra Guillén y Marcelo Adrián, los padres de Enzo Comelli; Mauro Pertossi y María Cinalli, padres de Ciro y Luciano Pertossi; y María Paula Cinalli, la mamá de Blas Cinalli.

Por su parte, Marcos Pertossi, padre de Lucas, se quejó al ingresar porque uno de los asientos destinados para los familiares de los acusados había sido ocupado por la prensa. El hombre se paró en el medio de la sala y llamó al encargado de la coordinación, la seguridad y la distribución de la Sala. Rosalía Zárate, madre de Máximo Thomsen, fue la última en ingresar a la sala.

"¡Perpetua para los ocho!": el fuerte reclamo de los autoconvocados que acompañan a los padres de Fernando

La Seguridad del lugar corrió a los periodistas y los familiares de los acusados se sentaron en sus respectivos lugares. El padre de Comelli se ríó, mientras charlaba con la mamá de Luciano y Ciro Pertossi, María Elena Cinalli. Por su parte, el hermano de Máximo Thomsen esperaba en cuclillas, mirando para abajo. El presidente del Colegio de Magistrados de Dolores, Santiago Cremonte, dijo presente y saludó al fiscal Dávila; mientras, Emilia Pertossi hablaba con los padres de los rugbiers y les repartió chicles.

A las 13, ingresó Fernando Burlando en camisa y saco en mano. Los padres de los rugbiers lo observaron con cierto desprecio. Francisco, el hermano de Máximo, que estaba sentado en la última fila, se dispuso a mirar su celular y se comenzó a tocar nervioso la pierna. La mamá de Matías Benicelli estaba muy nerviosa y hasta ansiosa. Transpiraba y se secaba la frente con un pañuelo, pese a que el aire acondicionado está al máximo.

Pasados diez minutos de la hora pactada, ingresaron los ocho acusados. Después de ellos, lo hicieron Silvino y Graciela, los padres de Fernando. Llamó la atención que, por primera vez, ingresaron las cámaras de televisión, algo que no estuvo permitido en las instancias anteriores. Los padres de los rugbiers bajaron la cabeza y se escondieron. Buscaron evitar que les saquen fotos o los filmen directamente.

Ingresó al Tribunal Karina Mazzocco, ante la incredulidad de todos los acreditados. Después, ingresaron los tres jueces: María Claudia Castro, Christian Rabaia y Emiliano Lázzari. El papá de Ciro y Luciano miró al cielo. Tomei pidió que todos los acusados escuchen el veredicto de los magistrados de pie, mientras los padres estaban sentados, con la cabeza abajo. El juez comenzó a dar la resolución alrededor de las 13:20 y el papá de Comelli golpeó con la pierna y con mucha fuerza el piso. Los padres de Ayrton Viollaz se tomaron de la mano y el papá de Ciro y Luciano Pertossi se agarró la cabeza cuando hablaron de sus hijos. Mientras tanto, los padres de Fernando miraban fijamente a los rugbiers acusados.

 

Las condenas fueron las siguientes: Matías Benicelli, condenado a prisión perpetua. Máximo Thomsen condenado a prisión perpetua. Luciano Pertossi, condenado a prisión perpetua. Ciro Pertossi y Enzo Comelli, también condenados a prisión perpetua. Ayrton Viollaz, Blas Cinalli y Lucas Pertossi, condenados como partícipes secundarios del crimen de Fernando. De esta manera, a éstos últimos le corresponde una pena de 15 años, mientras que el resto irán a prisión 35 años.

Terminada la lectura de la sentencia, se descompuso Máximo Thomsen. Se cayó desvanecido sobre su asiento, mientras que el resto de los rugbiers rompían en llanto al ser condenados. La mamá de Máximo, Rosalía Zárate, se quebró al ver la dramática escena y su desgarrador lamento se escuchó de manera contundente en la sala. Incluso, se paró y pidió que frenen la lectura del veredicto para que venga un médico a socorrer a su hijo. "Dejenme estar con él", pidió Zárate. 

Francisco, el hermano de Máximo, también se largó a llorar desconsoladamente. "Saquen a todos los periodistas de acá. La reputa que los parió", gritó la mamá de Thomsen. "No soporto más nada", agregó. Salieron entonces todos los medios de la sala y Máximo Thomsen quedó sentado en tres asientos, rodeado por el resto de los condenados. La madre se fue gritando a los periodistas: “Todo es culpa de ustedes”.