Hace un año, un día como hoy, Víctor Schillaci era fotografiado en el piso y esposado. A su lado, con la misma cara de derrota, aparecía Cristian Lanatta. Los dos habían sido detenidos por la Policía de Santa Fe después de dos semanas de fuga. "Aunque muchos hayan creído otra cosa, en la fuga no teníamos un Plan B: era matar o morir", le dice Schillaci a BigBang en la sala de visitas del pabellón Ingreso B del Complejo Penitenciario Federal de Ezeiza, donde está detenido.
Schillaci, hace un año, junto a Cristian Lanatta. La foto recorrió el país.
El condenado por el triple crimen de General Rodríguez, que tuvo como víctimas en 2008 a Sebastián Forza, Diego Ferrón y Leopoldo Bina, se escapó el 27 de diciembre de 2015 de la cárcel de General Alvear junto a los hermanos Martín y Cristian Lanatta.
Schillaci, en una foto de una de sus últimas vacaciones emn Pinamar.
"No había un plan específico. Nos sacaron de la cárcel porque querían boletearnos. Eso quedó demostrado. Fuimos a buscar las armas y durante 14 días estuvimos al límite. Vivimos muchas cosas que algún día van a salir al a luz. La verdad se va a saber. Fuimos víctimas de un complot. ¿Cómo puede ser que el fiscal que nos condenó fue uno de los invitados al casamiento del abogado querellante que nos acusó?", dijo Schillaci. Hizo referencia a la foto del fiscal del caso del Triple Crimen, Ignacio Bidone, en la boda de Miguel Angel Pierri, abogado de la familia Ferrón y de Solange Bellone, viuda de Forza. "Necesitaban culpables como sea", dijo Schillaci.
Bidone, primero a la izquierda, en la fiesta de casamiento de Pierri.
"A un año de la fuga, quiero pedirle perdón a la gente de Santa Fe. No quisimos lastimar a nadie. Aprovecho para solidarizarme con la gente que está sufriendo por las inundaciones", Schillaci.
Schillaci tiene 35 años.
"Cuando me fugué, justo nació mi hija Isabella. No veía la hora de conocerla. Gracias a Dios sobreviví y la pude tener en mis brazos y reencontrarme con mi esposa Mónica", dijo.
Schillaci, detenido en Ezeiza.
De la huida a la desesperación
"Estoy mal, no quiero perder la vida acá. Yo no maté a nadie. No hay pruebas. Es cierto que por esa época estaba mucho con Martín (Lanatta), pero no secuestramos ni matamos a Forza, Ferrón y Bina. Esta causa está armada. No pienso pagar por algo que no cometí", le dijo Schillaci a BigBang.
"A veces no tengo ganas de vivir
Las frases más importantes:
"No doy más. Cuando me dicen que no voy a poder salir hasta 2047 me quiero morir. Cuando pasa eso, no me dan ganas de vivir, ni de levantarme de la cama".
"Sólo vi a Forza una vez, porque hablaba con Martín (Lanatta). No hice nada. No hay ni una prueba en mi contra. ¿Me quieren condenar por ser amigo de Martín? Además él tampoco tuvo nada que ver".
"En la fuga vivimos cosas increíbles, como una película. No salimos a matar, nos defendimos, lo que es distinto".
"No tengo idea quién mató a Forza, Bina y Ferrón. Estoy ajeno a todo ese caso. No sé por qué me metieron en esto".
"Yo fui el encargado de manejar durante la fuga, que duró dos semanas. Hubo momentos en que no teníamos qué comer ni qué tomar. Nos mareábamos y no podíamos mantenernos en pie".
"Lo confieso: fui ladrón, pero nunca secuestré ni maté a nadie. No soy sicario ni narco".
"Hablan de la efedrina, y yo ni siquiera sé lo que es la efedrina. No tomo alcohol ni me drogo"
Una vida al límite
Schillaci ya no amenaza con prenderse fuego ni se queja por las condiciones de detención. Al igual que sus compañeros acusó a Aníbal Fernández de estar detrás del triple crimen de General Rodríguez. "Está metido en todo esto, en el crimen y en la fuga. Hay gente muy pesada. Soy inocente, no maté a nadie. Si me llega a pasar algo a mí o a mi familia, fue la gente de Aníbal", afirmó .
Los Lanatta y Schillaci acusan a Aníbal Fernández por el triple crimen y la triple fuga.
"¿Si lo conozco a (Ibar) Pérez Corradi? Sí, lo habré visto alguna veces porque quería poner un negocio con Martín (Lanatta), pero no era nada raro. Se va a demostrar que somos inocentes, todo esto está armado. No hay ni una sola prueba en nuestra contra", dijo Schillaci.
Schillaci sigue detenido en Ezeiza.
Triple fuga de película
El paso voraz y fugitivo de Víctor Schillaci y los hermanos Martín y Cristian Lanatta por los pueblos de Santa Fe dejó huella. Tiroteos, huidas y escondites. Dos policías bonaerenses y dos gendarmes heridos. Y una recaptura de película.Pocos días después de su caída, Schillaci escribió una carta desde el penal de Ezeiza. "Le agradezco a la gente que nos dio un vaso de agua o un plato de comida", dijo.
Esta es la carta:
"En primer lugar les quiero pedir MIL PERDONES por los daños que causamos, ya que no fue adrede si no que veníamos corriendo de unos leones hambrientos. Que lo único que buscaban eran nuestras vidas para callar muchas cosas que la justicia y la sociedad todavía no saben. Y en segundo lugar quiero dar LAS GRACIAS A LA GENTE que nos ayudo con un plato de comida, o una botella de agua fría y también quiero dar LAS GRACIAS al grupo T.O.E al que nos entregamos confiando que no estaban en complot con los leones hambrientos. Quien escribe estas líneas, Schillaci Víctor Gabriel. Desde ya, mil perdones...".
La unidad TOE (Tropa de Operaciones Especiales) es el grupo policial de Santa Fe que logró detener a los tres prófugos.
Schillaci le agradeció a los policías que lo detuvieron.
Schillaci estuvo prófugo durante dos semanas. Lo detuvieron junto a Cristian Lanatta en Cayastá, un pueblo santafesino que se hizo famoso durante la gran cacería policial impulsada por más de 800 uniformados.
Recuerdo polémico de los tres prófugos tras su paso por Cayastá.
Fuga increíble
Schillaci y los Lanatta de la cárcel de General Alvear. Estuvieron dos semanas prófugos. “Los tres” cayeron en Santa Fe después de días de escape y furia en los que hirieron a tiros a dos policías bonaerenses y a dos gendarmes.
Así fue detenido Schillaci junto a Cristian Lanatta en Santa Fe.
Los tres fueron condenados por el triple crimen de General Rodríguez, ocurrido el 13 de agosto de 2008 y cuyas víctimas fueron Sebastián Forza, Leopoldo Bina y Diego Ferrón.
Del triple crimen a la triple fuga. “Somos inocentes”, juran los condenados.
“La prensa dijo muchas cosas que no eran ciertas. Corrimos mucho peligro y estamos vivos de milagro. No hay pruebas en nuestra contra. Cada día que pasa lucho para que se sepa la verdad, pero no es fácil. En la fuga no quisimos matar a nadie, pero teníamos que escapar como sea. El plan era ese: matar o morir”. Eso dice Schillaci, a un año del fin de la triple fuga que conmocionó al país.