Una de las peritos balísticas, Leticia Pons, que participa del juicio contra el médico Lino Villar Cataldo, que asesinó a un delincuente de cuatro tiros cuando sufría un asalto, complicó la situación del acusado luego de que afirmó que la trayectoria del disparo no coincidiría con una légitima defensa a un asalto.
Pons detalló que uno de los cuatro disparos que hizo el cirujano contra Ricardo Krabler dejó un orificio en el apoyabrazos de una de las puertas traseras. Gracias a ese rastro, los expertos lograron determinar que "el posible" recorrido de las balas fue de arriba hacia abajo. Además, el informe técnico ubicó al cirujano en la escena. Según ese peritaje, gatilló muy cerca de la puerta del conductor, desmintiendo, también, la primera declaración que había realizado Cataldo.
El médico había dicho que se defendió de un feroz ataque de Krabler. Que, tras pegarle con el caño del pistolón, el delincuente lo sacó del Toyota Corolla -auto que el seguro le había entregado en reposición pocos días antes, porque el anterior se lo habían robado- y que después, al dar marcha con el coche, le arrolló las piernas; en esa situación, el médico rodó hasta el cantero de la casa, tomó su pistola Bersa Thunder calibre 9mm que "había dejado allí, como hacía siempre" y, desde ahí, desde el piso, disparó al bulto para defenderse, entendiendo que estaba "en la línea de fuego" del asaltante.
Pons incluso le remarcó al abogado de Villar Cataldo que, aunque todavía hay cuestiones de la escena del crimen que todavía faltan definir, los disparos del arma, por la trayectoria, sí o sí fueron realizados desde arriba hacia abajo.
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