La investigación de la trágica muerte de la joven marplatense Malena Acosta parece haber sido hasta ahora, por lo menos, desprolija.
La familia de la víctima está disconforme porque la policía no incautó en ningún momento ninguno de los tres celulares: ni el de la víctima, ni el de Tiqui, el único imputado por el hecho, ni el de B.O., la única persona que estaba en la casa (no diremos "la única testigo", ya que declaró que en el momento en que ocurrió todo estaba en el baño).
Malena Acosta: no tocó el .38 y tampoco se sacó una sola foto el día de su muerte.
El celular de Malena está en manos de su familia y hasta ahora jamás les fue requerido por la Justicia. Verónica Acosta, hermana de Malena, informó a BigBang que no había en él ni una sola foto que haya sido tomada el viernes 19, día en que ocurrieron los hechos, ni sola ni con sus amigos.
Si es cierto que B.O. estaba en el baño, el único que sabe lo que ocurrió y puede contarlo es Tiqui (recordamos: no se consignan ni su nombre ni el de B.O. porque son menores de edad).
Como saben los lectores de BigBang, Tiqui dijo que Malena le pidió el arma prestada para sacarse una "selfie" con ella, que él la autorizó a hacerlo, pero que antes de dársela intentó descargarla y entonces, fatalmente, el arma se disparó y terminó matándola. No hay nadie que pueda corroborar los dichos de Tiqui, pero además no hay indicios que lo ayuden a demostrarlos.
Malena junto a su hermana mayor, Verónica Acosta.
Tiqui dijo que en el momento en que ocurrieron los hechos, estaban los tres juntos. O sea que, según Tiqui, B.O. no estaba en el baño y sí fue testigo de los hechos. Como ni B.O. ni nadie puede estar en dos lugares al mismo tiempo, uno de los dos miente.
La ausencia de fotos en el celular de Malena no prueba, por sí sola, que ella no haya tenido la voluntad posterior de sacarse una selfie. Pero deja en claro que, al menos hasta el momento de los hechos, no había expresado ninguna voluntad de guardar un recuerdo de aquella velada entre amigos.
Verónica (camisa a cuadros) y Malena, en familia.
Su aversión por las armas -según indican sus parientes directos- contradice la versión de Tiqui. Tampoco hay huella alguna de Malena en el revólver .38 secuestrado. Así lo confirmó también Verónica Acosta.
Si bien la ausencia de huellas no contradice la versión de Tiqui, tampoco lo ayuda a corroborarla. Tenemos entonces a una persona que, según su familia, detestaba las armas, y el hecho concreto de que no llegó siquiera a tocar el .38 que supuestamente la fascinaba tanto como para desear sacarse una selfie. Hasta el momento, lo único seguro es que hay un menor de edad que tenía un .38 y una chica que, por haber sido su amiga, terminó muerta.