Eliana Gonzalez tenía 21 años, era oriunda de la localidad de Azul, salía con sus amigos, hacía Zumba y se encontraba radicada en Tandil por sus estudios: cursaba el segundo año de contabilidad cuando la desidia, el abandono y la desatención de un médico del Hospital Municipal "Ramón Santamarina" de Tandil le costaron la vida. Pero es necesario contar esta dramática y triste historia como se debe, desde el principio.
Durante su niñez, a Eliana le diagnosticaron una falla congénita en el corazón: una válvula aórtica bicúspide (VAB). Para entenderlo, es una válvula aórtica (regula el flujo de sangre del corazón a la aorta) que solo tiene dos valvas, en lugar de tres, y puede causar problemas cardíacos tales como que el corazón trabaje de forma deficiente y en exceso para bombear sangre a todo el cuerpo, causando una hipertrofia del ventrículo izquierdo.
Esa afección, a corto plazo, provoca el desgaste de la válvula mitral que divide a las aurículas. Si bien esta enfermedad le fue diagnosticada en 2003, como tan solo era una niña su cardiólogo propuso someterla a una cirugía cuando haya alcanzado la etapa final de maduración. "A los siete años le descubrimos que tenía válvula bicúspide. Cuando terminará su crecimiento, entre los 20 y 21 años, debía ser operada sino se esforzaba a lo largo de su adolescencia", le cuenta Beatriz Fernández, su mamá, a BigBang. "Era cinturón negro en Taekwondo y tuvo que dejar de practicar. Tuvo una vida acotada y cuando alcanzó los 19 años, ya se agitaba al caminar y se notaba que debía operarse", agregó.
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Así fue como Eliana fue internada y operada en 2017: la intervención finalizó con la inserción de una válvula tricúspide en lugar de la bicúspide que tenía. Se trató de una intervención muy delicada y que requería de ciertos cuidados específicos posteriores, sobre todo, dependiendo del tipo de válvula por la cual se intercambió. "Después de los 45 días de reposo, Eliana comenzó otra vida: bailaba, cantaba y hacía zumba", recordó su mamá. Según explicó, su hija prefirió que le insertaran una válvula biológica (vacuna, porcina o humana) en vez de la mecánica, ya que ésta solo requería tomar anticoagulantes por cierto tiempo (y no de por vida) y ver su evolución con los estudios correspondientes.
De esta manera, la joven estudiante de contabilidad iba a tener que someterse a otra operación cuando cumpliera los 35 años. la vida de Eliana era completamente normal: iba en segundo año de la facultad y luego de recuperarse de la operación, presentó los certificados correspondientes por el tiempo que no concurrió, normalizó sus estudios, compartía departamento con una compañera y viajó en enero de 2018 a Mar del Plata de vacaciones con sus amigas.
En marzo de aquel año se hizo unos análisis con el cardiólogo que le dieron que se encontraba "normal", pero todo cambió el 11 de junio del 2018. "El fin de semana anterior a ese lunes estuvo lo más bien. Había salido con el novio, sus amigas y estuvo de su abuela. Pero ese lunes me llama, me cuenta que sintió un zumbido y que se mareó", relata Beatriz, quien al terminar de escuchar a su hija y visiblemente preocupada, se contactó con el cardiólogo de Eliana pasa saber si estaba ocurriendo algo malo con su hija. "Me dijo que se trataba de baja presión, algo que era normal en ella. Confiaba en los médicos porque la fueron mejorando y no tuve un sexto sentido que me encendiera las alarmas", remarca.
En aquel momento, Eliana fue atendida en el campus de la facultad, primero por una enfermera que la estabilizó, y luego por la médica que la encontró en "perfecto estado". "Al día siguiente ya no se pudo bajar del transporte que la llevaba al campus por el zumbido en sus oídos, que era insoportable. Volvió a su departamento, se recostó y la doctora del campus la fue a ver. Se comprometieron a hacerle análisis. Eliana me decía que no sentía nada, que solo era un zumbido que no la dejaba en paz", recuerda Beatriz, cuya voz de a poco se va quebrando por las lágrimas que afloran al recordar lo que ocurrió después. Ese mismo martes, su hija salió a comprar unas galletitas y se desvaneció en la vía pública cerca de las 15 horas.
Afortunadamente, por el lugar pasaban unos jóvenes que no dudaron en socorrerla: la llevaron hasta la entrada del complejo donde vivía, llegó la ambulancia y la acompañó la amiga con la que convivía. Eliana fue trasladada hasta el Hospital Municipal "Ramón Santamarina" de Tandil, donde ingresó con presión baja, taquicardia y fue atendida por el Jefe de Guardia, el Dr. Guillermo González. Ante el cuadro de hipotensión y lipotimia, de acuerdo con la denuncia, el profesional médico ordena un electrocardiograma que señala que "no había signos de lesión isquémica". La querella sostiene: "El electrocardiograma no es un estudio suficiente".
Una paciente cardíaca como Eliana, con una delicada operación en su corazón, que yacía reflejada en su historia clínica, debía haber sido sometida a "un estudio complementario como el ecocardiograma Doppler transtorácico que posee una sensibilidad 73-90% y una especificidad 90-95%", estudio que no se realizó y simplemente le hicieron un electrocardiograma, el cual "no permite determinar el funcionamiento hemodinámico de la válvula y el corazón en general". "Le hicieron solamente un electrocardiograma que, según me contó Eliana riéndose, tuvieron que desenchufar dos o tres veces y tener apretado con la mano el enchufe porque no funcionaba muy bien", contó Beatriz.
Y agregó: "No le pusieron ni siquiera oxígeno y la dejaron irse después de que no tuviera noticias del médico por casi una hora. Estuvo acostada y después de 40 minutos que nadie fue a hacerle nada, les preguntó a los médicos si se podía ir y ¡le dijeron que si! La dejaron irse sin saber lo que tenía. Cuando llego a Tandil, hablo con la doctora de la facultad y se comprometieron a hacerle análisis. Ese mismo martes, alrededor de las 18 horas tomamos unos mates y fuimos a dar una vuelta manzana. Cuando llegamos casi al mismo lugar de la última vez, Eliana hizo un gesto, tiró las manos para atrás y cayó fulminada".
De acuerdo con el testimonio de Beatriz, estaban a unos 20 metros estaba el kiosco y le compró unos caramelos a su hija todavía convencida de que se trataba de un problema de presión. "La propia empleada del kiosco se sorprendió al ver a Eliana otra vez, porque horas antes ya se había desmayado en ese lugar y desde el hospital le había dado el alta. Íbamos conversando de cualquier cosa y, de repente, se hizo para atrás y cae desplomada. Para mí se fue en ese momento", reveló, muy angustiada, Beatriz. "Vi que se orinó, que tenía mojado el pantalón y ya no pude reaccionar, me quedé helada. En ese momento, salieron unos vecinos y la señora, que era enfermera, llamó al 911", explicó.
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Beatriz trataba de hablarle a Eliana, pero no reaccionaba. En tan solo 10 minutos llegó un patrullero y uno de los oficiales comenzó con las maniobras de RCP, mientras que su compañera insistía por el handy que enviarán cuanto antes una ambulancia, la cual llegó 20 minutos después del desmayo. "Pusieorn como excusa que había solo dos ambulancias en todo Tandil . A los 10 minutos de llegar al hospital, el Dr. Guillermo González nos vuelve a recibir y nos dijo que la estaban intentando resucitar a mi hija. Yo estaba en shock y su hermana les reprochaba no haberla atendido como correspondía durante su primera compensación", detalló la mamá de la víctima.
La respuesta del médico fue tan fría como preocupante y desoladora: "Nos dijo: 'No lo consideramos necesario, la vimos bien y no nos pareció oportuno hacerle más exámenes´. Tan solo 15 minutos después, mi hija, que ya tenía antecedentes cardíacos y a la que solo le hicieron un electrocardiograma por tiempo o comodidad, falleció. Yo estaba en shock, lo único que hacía era llorar y no me esperaba esto. Comenzamos a avisarle a los familiares que Eliana había fallecido, pero rápidamente nos preguntan si queríamos pasar a verla. Pasamos con su hermana y después me quedé sola con ella, luego llegaron las amigas, el padre, su otra hermana y el novio".
Fue tanta la angustia y el dolor por la muerte de Eliana, que ninguno de sus familiares en el hospital notó que los enfermeros habían bajado las luces de la habitación y que el Dr. González había "desaparecido". "Nunca hicimos problema, nunca gritamos, estábamos todos tranquilos, pero nos dimos cuenta que no estaban atendiendo en el hospital. Cuando llegamos, había un chico con la rodilla rota y cuando nos fuimos, aún seguía ahí. ¡Una hora y media sin atender a nadie! Cuando llegó el padre, no la pudo ver porque ya se la habían llevado a la morgue. La dejaron morir sola y la cochería se la llevó de una. Eliana sola en todo momento", resaltó Beatriz, entre lágrimas.
Luego llegó el momento del velatorio y, por esas horas, el médico que la había atendido salió a defenderse en las redes sociales. "Ya estaba preparada en la sala, en su cajón y durante la madrugada los amigos de ella encontraron una carta que el médico había publicado en Facebook hablando del caso de Eliana, diciendo que no había sido mala praxis ni abandono de persona y aclarando que si bien desconocían los motivos, ella había fallecido. El mismo doctor González luego salió en una nota periodística en donde afirmaba que no había sido mala praxis porque habían considerado que no tenía nada, pero todo parecía muy raro. Como que intentaba limpiar su imagen y nosotros, hasta ese momento, no habíamos hecho ningún reclamo", explicó.
De acuerdo con la autopsia, Eliana Gonzalez falleció de un "derrame pleural" el 12 de junio del 2018. Como su muerte fue reflejada por algunos diarios de la ciudad de Tandil y a raíz de la llamativa carta que escribió González en las redes sociales, el fiscal Marcos Egusquiza, a cargo de por entonces la UFI N°16 de Tandil, inició una investigación de oficio hasta que la querella presentó el informe de la consultora pericial Virginia Creimer de La Plata, quien dio las especificaciones del fallecimiento de Eliana y resaltó la falta de observación médica cuando la atienden por primera vez. "Ahora nos encontramos que la fiscalía quiere archivar la causa sin interpretar los escritos de la forense de parte", denunció Beatriz.
En su última internación, los análisis de laboratorio -los cuales no fueron hechos durante su primera visita al hospital- determinaron que Eliana tenía las plaquetas muy por debajo de lo normal y develó que la paciente "padecía una trombocitopenia severa, causal de un derrame bilateral de carácter hemorrágico con la consiguiente disnea y dificultad respiratoria" a la cual la joven hizo referencia. "La falta del primer laboratorio es clara muestra de una responsabilidad profesional médica, ya que se podría haber realizado una transfusión de plaquetas y lograr así que Eliana coagule", resalta la denuncia contra el médico.
Para Beatriz, la fiscalía de la noche a la mañana está haciendo todo lo posible por archivar la causa y afirma que jamás notificó al médico sobre el procedimiento en su contra. "La fiscalía estuvo año y medio moviendo la causa con un empeño y cuando puse a la perito, quieren archivar todo. La forense dio la interpretación y el fiscal, que tanto me había ayudado, le dice que no, envió la causa a la fiscalía general y pidió que se archive. Nos tiene que dar otra interpretación de otro forense, no que un abogado diga que es insuficiente. Entonces, el fiscal le pidió a la forense que le amplíe ciertos puntos y cuando se los contestó, le devolvió la causa a la fiscalía general para su archivo", contó Beatriz.
Y sentenció: "Otra vez se la devolvieron para que nos notifique. El médico no presentó abogados ni nada, lo que nos pareció raro. Cuando arrancó la investigación, desde la fiscalía mandaron a secuestrar la historia clínica y la misma estaba incompleta porque no le hicieron nada a Eliana, no la trataron como correspondía. En 2015 pasó un caso muy similar con el mismo médico. A una muer con hijos la atendieron, la dejaron ir y se infartó en su casa".
Cabe remarcar que el Dr. González dialogó con el Eco de Tandil en aquel momento, explicó que a Eliana se le efectuó un electrocardiograma que arrojó resultados normales, se realizaron consultas con otros médicos y le dieron el alta alrededor de las 16 horas con la "indicación de que siguiera el control con su médico" porque tenía el antecedente de una cirugía cardiovascular con reemplazo de válvulas, algo que la familia de la víctima aclara que nunca ocurrió.
El mismo profesional señaló que cerca de las 20 horas de ese mismo día, la ambulancia arribó nuevamente al hospital con la misma paciente. En ese sentido, explicó que hay pacientes en observación en la guardia permanentemente y que frente a la menor duda se los mantiene ahí. En este caso, la decisión del equipo médico, tanto de guardia como de terapia intensiva, fue "dar las pautas de alarma y seguir el control con el cardiólogo correspondiente".