11 Mayo de 2016 09:00
Su nombre es César Gastón Liuchi. De aquí en adelante, podemos llamarlo "el terror de las estaciones de servicio". O de una en particular. Su técnica era sencilla: cargaba nafta y huía. Entregaba tarjetas de crédito truchas y cuando el empleado regresaba a reclamarle, pisaba el acelerador a fondo y si te he visto no me acuerdo. Lo hizo, al parecer, tres veces. El fiscal José María Campagnoli -sí, el mismo de la causa de lavado de dinero de Lázaro Báez, entre muchas otras- en los ratos libres que le dejan los celebrities se ocupa de causas como esta.
Estación de servicio de Figueroa Alcorta y Udaondo: una de las víctimas de Liuchi.
Campagnoli pidió a la jueza Elizabeth Paisán que Liuchi sea sometido a juicio oral y público por "estafa reiterada en tres oportunidades". El ámbito donde Liuchi desarrollaba, según el fiscal, sus tropelías, era la estación de servicio Shell de Figueroa Alcorta y Udaondo. Ahora bien: cabe preguntarse: ¿cómo hizo una misma persona para estafar tres veces a la misma estación de servicio? ¿Le cambió la patente al auto para ahorrarse un tanque de nafta? ¿Es que acaso Liuchi más que estafador era un rata?
Se lo acusa de defraudar a la Shell de Figueroa Alcorta y Udaondo por $650, en tres cargas, con su Peugeot 206, que no será una Ferrari, pero tampoco es un ciclomotor. En una de las tres ocasiones, según cuenta el sitio fiscales.gob.ar, Liuchi le entregó una tarjeta cualquiera al playero: en otras palabras, una tarjeta que no era ni de crédito ni de débito (¿La SUBE, tal vez?).
Fiscal José María Campagnoli: ocupado con el hombre que se fue tres veces sin pagar de la misma estación.
La secuencia quedó registrada en las cámaras de seguridad. Se solicitaron informes al Registro Nacional de la Propiedad Automotor (RNPA) y finalmente dieron con el terror de la estación de servicio donde los playeros aceptan que les paguen con la SUBE. Campagnoli pidió que el caso fuera elevado a juicio oral y público. Por $650. En serio.