Romina Gilardi tenía 34 años, era madre de tres nenas y fue brutalmente asesinada por la espalda en el kiosco que atendía su hermana en la ciudad de Mar del Plata por negarse a fiarle el pago de una gaseosa a un hombre. “No hay consuelo para una madre. Dios me mandó cinco hijos y hoy me falta uno, me falta un pedazo de mi corazón, no voy a poder resistir sin ella”, dijo Elvira, la madre de Romina, entre lágrimas.
Todo ocurrió durante la madrugada del sábado, cuando un hombre se acercó al kiosco que funciona las 24 horas en la calle 71 al 4100 del barrio Nuevo Golf a comprar una gaseosa. Como le faltaban 50 pesos, el agresor le pidió a Romina si le podía fiar y ante la negativa de la víctima, se produjo una fuerte discusión entre ambos. “La vida de un humano no vale 50 pesos", reclamó Elvira.
Si bien el hombre se retiro del local muy enojado,a los pocos minutos pasaron dos autos a alta velocidad y acribillaron el kiosco. Uno de esos disparos dio en la espalda de la joven, quien llegó por sus propios medios al hospital Interzonal General de Agudos (Higa) Oscar Allende. "Qué puede saber esta gente si cuando te vienen a disparar traen a una criatura de un año en el auto, que inconsciencia. No pueden haber hecho eso”, manifestó la mamá de la víctima.
De acuerdo con la mujer, los atacantes son del barrio Juramento. "A los 15 minutos pasó el mismo hombre en un auto con otra persona y le disparó al frente del kiosco. Romina estaba en la puerta y uno de los tiros le pegó a ella. La mataron por 50 pesos. Fue violencia extrema. Una vida para ellos vale 50 pesos. Ahora sus hijas y mi nieta de un año quedarán bajo mi responsabilidad”, contó.
Romina murió en el hospital Interzonal General de Agudos (Higa) Oscar Allende por la gravedad de las heridas que recibió. La causa quedó en manos de la fiscal Florencia Salas, quien la caratuló como "homicidio agravado por el uso de arma de fuego" y ya ordenó la búsqueda de testigos y el relevamiento de cámaras públicas y privadas para tratar de avanzar con la captura de los agresores, que por estas horas permanecen prófugos.
Romina tenía 3 hijas de 9, 14 y 17 años y una nieta de 1 año que estaba criando. Trabajaba de envasadora de pescado y era el único sostén de toda la familia. "Todo esto nos indigna y nos entristece, no podemos encontrar las palabras. No queremos que Romina sea un número más de la violencia. Confiamos en la justicia divina pero también queremos que haya una justicia terrenal y se encuentre a los culpables”, detalló Silvia, la tía de Romina.
La mujer explicó que su sobrina vivía enfrente, en diagonal al negocio y se cruzó porque escuchó la discusión y la pelea que tuvo su hermana con el hombre. "Ella no atendía el local. Y se quedó ahí, hasta que vinieron estas personas y comenzaron a disparar”, contó Silvia y si bien reconoció que se trata de una zona “peligrosa” de la ciudad, advirtió que "nunca" sucedió un hecho de extrema violencia. “Por ahí había alguna discusión como en cualquier negocio pero nunca así, de pelearse con armas. El negocio por ahí puede fiar a gente del barrio pero no a todos. No entendemos porque hicieron algo así. Somos gente laburadora”, concluyó..