Hace exactamente dos años, en septiembre de 2019, había sido detenido Rodolfo Suárez, un policía retirado de 73 años, en su departamento de la calle José Bonifacio al 3000, del barrio porteño de Flores, acusado de tener una red de distribución de material pornográfico de niños e imágenes en situaciones de abuso sexual infantil de larga data: le hallaron documentación de más de 20 años de antigüedad.
Su casa estaba adornada con carteles, revistas, afiches de Patito Feo, genitales de látex, computadoras, una tablet, dos celulares, tres filmadoras, un conversor de video VHS a CD un equipo de radiofrecuencia UHF y hasta un maniquí de niño vestido con el uniforme escolar de una nena: chomba y jumper cuadrillé. La investigación estuvo a cargo de las secciones Análisis de Investigaciones Especiales, y Ciberdelitos contra la Infancia, Niñez y Adolescencia, que dependen del departamento de Cibercrimen de la policía porteña, y se inició luego de que el policía retirado llevara a arreglar una de sus computadoras. Allí le encontraron fotos y videos de menores sin ropa.
El técnico encargado de reparar su notebook halló 11.842 archivos, entre los cuales más de 2000 pertenecían a pornografía infantil. La investigación arrancó en marzo 2019, duró poco más de seis meses y el expediente estuvo a cargo del Juzgado N°33 del doctor Darío Bonnano. Suárez distribuía habitualmente fotos y videos de menores sin ropa o protagonizando escenas sexuales sumamente explícitas desde su domicilio. Pero no es fue el único involucrado en la causa.
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Por aquel entonces, la policía había realizado otros seis allanamientos en Flores, Versalles, dos casas en el partido bonaerense de Escobar, una en González Catán, y un domicilio de Carlos Casares, partido de Trenque Lauquen, vinculado a una mujer sospechada de producir pornografía infantil con su propia hija. Los otros domicilios allanados eran de personas de su entorno y con quienes se vinculaba.
El modus operandi de Suárez era el siguiente: se presentaba como productor de eventos infantiles y castings para publicidades. También se hacia pasar de chofer de grandes celebridades en el mundo espectáculo, como las hijas de Marcelo Tinelli. Todo esto lo hacía para captar a niñas, a las cuales filmaba desnudas en una bañera con la excusa de que la grabación era para elegir a las protagonistas de publicidades de shampoo y jabones.
El jueves, el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°8 lo condenó a 14 años por los delitos de “promoción a la corrupción de menores agravado por ser las víctimas menores de 13 años, cometido en cuatro oportunidades y en concurso real entre sí, cada uno de ellos en concurso ideal con los delitos de producción de material pornográfico, en concurso real con tenencia de material de pornografía infantil, agravado por tratarse de menores de 13 años cuyas imágenes se encontraron en su poder”.
Durante la sentencia, el Tribunal señaló que "se pudo establecer fehacientemente que Suárez, luego de retirarse de la PFA, manifestaba trabajar como productor de eventos infantiles y castings y como chofer de personajes reconocidos del ambiente del espectáculo, título que utilizaba para engañar a sus víctimas y así captar la atención de los padres de las menores y relacionarse con ellas”.
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Los jueces Javier Anzoátegui, Alejandro Sañudo y Luis María Rizzi también advirtieron que "Suárez captaba a las niñas y a sus familiares por medio diferentes artilugios, con la promesa de participar en alguna serie televisiva, hacer alguna propaganda que, inclusive, refería que sería para el exterior, y conocer algún famoso".
Estos actos -resaltaron los magistrados- los hacía por intermedio de una cuenta de Facebook, tarjetas de presentaciones, por WhatsApp, donde utilizaba como foto de perfil una imagen de Laura Esquivel, protagonista de Patito Feo, o por publicaciones en Internet. En muchos casos, el acusado "realizaba videoconferencias en las que participaban niños y niñas", advirtieron las fuentes del caso.
Al momento de ser detenido, Suárez -acusado como jefe de una asociación ilícita que cometía los delitos de grooming y corrupción de menores- tenía "una pistola Bersa 380 cargada con seis municiones y un revólver calibre 38 con la numeración limada". En el resto de los domicilios fueron secuestrados 43 discos rígidos, 8 notebooks, 8 computadoras de escritorio, 6 pendrives, 5 memorias microSD, 9 tablets, 11 celulares, una filmadora, 13 casettes miniDV y un módem.