por Gisela Nicosia
20 Septiembre de 2017 10:20
Candela Rodríguez tenía 11 cuando en 2011 fue engañada, secuestrada, violada y asesinada en Hurlingham. Luego de siete meses de juicio, el día de la sentencia llegó y los jueces Diego Bonanno, Raquel Lafourcade y Mariela Moralejo Rivera condenaron a prisión perpetua a dos de los imputados por abuso y asesinato, mientras que el tercero, acusado de realizar tareas de inteligencia, se le aplicó una pena de cuatro años.
Candela tenía 11 años al momento de ser abusada y asesinada.
Se trata de Fabián Gómez, acusado de realizar tareas de inteligencia; Leonardo Jara, quien realizó el llamado intimidatorio a la tía de la menor y Hugo Bermúdez, condenado por abusar sexualmente de la nena y matarla.
La familia de Candela pidió prisión perpetua para los tres. “A lo único que vinimos durante todo el juicio es a buscar la verdad”, sostuvo en diálogo con BigBang Carola Labrador, la mamá de la menor. Cada día que pasa, aumenta el peso de la ausencia de su hija. “Perdí las expectativas sobre el juicio, pero mi pedido de Justicia se mantiene".
Candela fue secuestrada el 22 de agosto de 2011 en la esquina de su casa en Hurlinghan y hallada muerta nueve días después, dentro de una bolsa en la colectora de la Autopista del Oeste, a tres kilómetros y medios de su domicilio.
Candela fue secuestrada y asesinada en 2011.
El cuerpo de la menor presentaba signos de asfixia y de haber sido violada. Cerca de dos mil policías participaron del operativo de búsqueda durante el tiempo que la nena estuvo en cautiverio.
Carola cree que el fiscal Marcelo Tovolaro “investigó mal” y que “por culpa de él mataron a Candela”. “Nueve días estuve esperando a que la Policía rescatara a mi hija, pero no la buscaron”, afirma.
¿Quiénes son los condenados y qué hicieron?
Cada uno tenía una tarea diferente. El primero en aparecer es Hugo Elvio Bermúdez. Es un ciudadano peruano de 53 años, domiciliado en Morón y con antecedentes por narcotráfico, está acusado de ser el autor material del homicidio de la menor.
Durante el juicio, un testigo con identidad reservada fue quien complicó a Bermúdez. “Se comenta en el barrio que Hugo fue quien la mató, que a él se le fue la mano. Que Hugo conocía a Candela y a la familia y éste tenía problemas con la familia de la nena”, declaró el testigo.
Bermúdez lo negó todo. Dijo ante el fiscal Tovalaro que no tiene nada que ver con el secuestro y posterior asesinato de la nena de once años.
Bermúdez, en una de las audiencias. Foto: Clarín.
Lo peor es que Bermúdez contó con ayuda. Por eso, Tovolaro indagó a la dueña de la casa de Kiernan 992, donde presuntamente estuvo cautiva Candela, llamada Gladys Cabrera, y al carpintero Ramón Néstor Altamirano, a quien se lo acusa de haber “cuidado” a la menor antes de ser asesinada.
Los dos reconocieron que estuvieron en la propiedad, pero aseguraron que son inocentes. Pese a sus palabras, quedaron detenidos como coautores del hecho, aunque luego fueron liberados.
A su vez, también declararon los otros tres detenidos pero por “encubrimiento agravado”: Alfredo Monteros, su hijo Alfredo Montero y Gustavo Valenzuela. Los Monteros dijeron que concurrieron a la casa donde estaba Candela para retirar unos muebles. Valenzuela es fletero y dueño de una camioneta blanca en la que pudo haberse trasladado el cuerpo de Candela para luego ser arrojado en el descampado lindero al Acceso Oeste. Todos ellos fueron excarcelados.
El seductor: Leonardo Jara
Leonardo Jara, fue el último detenido de la causa y fue juzgado por haber hecho el llamado intimidatorio a la tía de la menor.
Jara, en el juicio. Foto: Clarín.
Según se pudo probar, Jara había establecido un fuerte vínculo afectivo con Candela y la sedujo para luego capturarla y extorsionar a la familia.
“Hasta que esa conchu... no devuelva la guita, a la nena no la vas a ver nunca más. Que le pregunte al marido dónde dejó la guita”, se escuchó la voz de Jara en el llamado analizado por los peritos.
Logística y operatoria: Fabián Gómez
Fabián Gómez, encargado de la logística. Foto: Clarín.
Por último, está Fabián Gómez, sospechado de aportar la logística para el secuestro y el crimen de la nena. Gómez trabajaba en una remisería cerca de la casa donde habrían retenido a Candela y según testigos, fue visto en la zona durante los días de cautiverio de la menor.
LO QUE LE PASÓ A CANDELA
Candela fue secuestrada el 22 de agosto de 2011 cuando esperaba a unas amigas en la esquina del a casa. Los investigadores creen que se encontró con un conocido que la convenció para irse con él bajo la promesa de ver a su padre, quién estaba detenido por piratería del asfalto. Según esa teoría, la menor estuvo bien cuidada y retenida en varias viviendas, pero al noveno día fue asesinada por asfixia por razones que aún no están claras.
EL DÍA ESPERADO
Lejos de ser el final, hoy es un día donde el resultado no frena el reclamo por la muerte de Candela. “La Policía estaba metida, no tengo dudas. Están tapando a la misma fuerza. Por entonces estaba como jefe de la fuerza, Juan Carlos Paggi. Hay pruebas, y no tengo dudas. Bermúdez abusó y mató a mi hija y quiero que pague. Esto es un paso importante y voy a seguir luchando para que todos paguen por la muerte de mi ángel”, afirmó la mamá de la nena.
