Un empresario, propietario de laboratorios de estudios clínicos, su hermano de 12 años y su hijo de 2 fueron secuestrados en Adrogué y liberados cuatro horas más tarde luego de que sus familiares pagaran unos 20 mil dólares como rescate.
El hecho ocurrió el martes pasado alrededor de las 21.30, cuando Matías Rossi (29), hijo del dueño de los laboratorios Instituto Dr. Guillermo Rossi, con sedes en Adrogué, Banfield y Burzaco, circulaba en su auto Ford Mondeo acompañado de su hermano y su hijo.
"Eran policías o una banda mixta", ya que se mostraron "muy profesionales" y hasta les compraron golosinas y jugos a los niños para que permanecieran tranquilos, dijo ls víctima al Canal C5N.
Rossi (29) reveló además que en el último mes, solamente en esa localidad del sur del conurbano, se produjeron otros tres secuestros extorsivos similares y que habría actuado la misma banda.
Según relató la madre de Matías, de nombre Adriana, Matías circulaba rumbo a su casa cuando en el cruce de la avenida Amenedo y Benigno Macías, de la mencionada localidad del partido de Almirante Brown, "los agarraron cuatro tipos en dos autos".
Al menos cuatro hombres armados, que llevaban colocados guantes en sus manos e iban con la cara descubierta, le cruzaron un "Volkswagen Vento blanco, los obligaron a bajar y los sentaron en el asiento de atrás" de ese vehículo.
"No los golpearon ni los maltrataron, pero les decían que miraran al suelo todo el tiempo", para evitar que pudieran verles los rostros, dijo Adriana, y agregó que en el afán de impedir que los identificaran, uno de ellos incluso "le sacó la gorrita" a su hijo de 12 años y "se la puso con la visera bien abajo".
Algunos de los delincuentes iniciaron la marcha del Vento con los cautivos, seguidos detrás por otros en el Mondeo de Rossi y por un tercer vehículo, que las víctimas nunca alcanzaron a identificar.
Matías logró convencerlos para que no los llevaran a su vivienda, por lo que los secuestradores tomaron su teléfono celular y comenzaron a llamar a su padre con la intención de negociar el pago de un rescate.
"Lo llamaban pero mi marido no los atendía porque estaba jugando al fútbol con amigos", recordó Adriana, y añadió que hasta que consiguieron hablar con él, a las 23.30, "daban vueltas con el auto" por distintas localidades del sur del conurbano, como Temperley, Valentín Alsina o Avellaneda e incluso hasta el sur de la Ciudad de Buenos Aires.
Durante ese lapso, los secuestradores no sólo no maltrataron a sus víctimas, sino que hasta pararon en una estación de servicio para comprarle al más pequeño algunas golosinas.
El padre los secuestrados es el titular de un laboratorio médico.
"Hubo un momento tenso cuando (los captores) dijeron que querían meter a mi hijo más chico en el baúl porque estaban muy apretados en el auto, pero Matías se negó y finalmente no lo hicieron", contó Adriana.
Cuando su marido supo lo que ocurría, se comunicó con la policía y se trasladó hasta la casa familiar acompañado de varios amigos, para desde allí llevar adelante la negociación del rescate.
"Al principio pedían mucho dinero, dólares, pero por más que todos aportaban plata no llegaban", dijo Adriana, quien aseguró que mientras se desarrollaba la negociación las autoridades policiales "sabían en todo momento donde estaban (las víctimas) porque rastreaban el celular de Matías".
"Pararon en una estación de servicio para comprarle al más pequeño algunas golosinas.
Finalmente, y tras llegar a un acuerdo por el pago del rescate, Rossi padre llevó el dinero "a una cuadra de la clínica Juncal", ubicada en Almirante Brown al 2700 de Temperley, en el partido de Lomas de Zamora.
"Ahí los secuestradores fueron con el Mondeo", dijo la mujer, y relató que su marido entregó el dinero, los captores se fueron del lugar nuevamente y "quince minutos después apareció Matías en su auto, con los chicos", todos ilesos.