Siete altos jefes de la Policía de la Ciudad fueron separados de sus cargos como consecuencia de una investigación administrativa que puede derivar en una denuncia penal por supuestas irregularidades en la prestación de los servicios de prevención.
En la investigación se trata de determinar si hubo un fraude, ya que se hacía figurar en planillas a personal que efectivamente no estaba prestando funciones.
"En virtud de la línea investigativa por el proceso interno abierto, entre la noche de ayer y la mañana de hoy se realizaron diferentes inspecciones en reparticiones de la policía para constatar el presentismo del personal, a fin de determinar la posible existencia de un ilícito", informó el Ministerio de Seguridad.
Ocampo ordenó separar a los siete jefes sospechados.
"Personal del Ministerio que conduce Martín Ocampo secuestró, para su posterior análisis, libros de guardia y computadoras de las distintas dependencias. Todo este material es de vital importancia para la investigación y eventual la denuncia", agregó el Ministerio en un comunicado.
"La investigación se inició por una presunta estafa relacionada al cobro de servicios policiales que no se cumplían en distintas áreas de la fuerza", dijo una fuente oficial al tanto de la pesquisa.
"El objetivo de la investigación es detectar, individualizar y separar de sus cargos a los presuntos responsables para poner fin a la corrupción y limpiar el nombre y la imagen de la institución", agregó la fuente.
Los jefes hacían figurar a efectivos que no estaban trabajando.
"Los recargos pagos son el excedente de las horas que diariamente se trabajan. La forma más común en la que se daba esta maniobra era hacer figurar servicios por más personas de las que realmente iban. De esta forma se pagaban servicios que no se brindaban", se explicó.
Las áreas que se vieron más perjudicadas con estas maniobras son la Policía de Prevención Barrial que patrulla en los barrios de emergencia y la División Operaciones Urbanas de Contención de Actividades Deportivas.