El último lunes una joven de 20 años fue abusada por un vecino de su barrio El Borbollón en la localidad mendocina de Las Heras, quien la privó de la libertad y la liberó a las horas, para darse a la fuga. La mujer tuvo que hacer todo acompañada de su familia, ya que la Policía local brilló por su ausencia, aunque anunciaron un falso operativo con un helicóptero, drones y hasta perros. Ahora intentan que el prófugo Víctor Aníbal Rodríguez aparezca y pague sus crímenes ante la Justicia, por más que la investigación no muestre avances significativos.
"Mi hermana lo que quiere es que esto no vuelva a pasar. Que ninguna chica, por lo menos de la zona, pase por lo mismo. Por eso quiere seguir hasta el final. Hasta que lo encuentren", aseguró Ayelén, hermana de la denunciante, ante BigBang. La familiar que pasó todo el último lunes desesperada hasta que apareció, aclaró que todavía no tienen novedades del abusador. "Llegan muchos datos, pero nada oficial", lamentó.
Además, gracias a la difusión que tuvo el caso, se supo que no era la primera vez que Rodríguez protagonizaba un ataque sexual y que tenía un pedido de captura previo por eso. En noviembre de 2024, una de sus cuñadas denunció que había abusado de dos de sus sobrinas, menores de edad. Días después, una asistente social sumó otro caso contra otra sobrina, que ya tiene 17 años, pero que tenía entre 12 y 13 cuando el abusador la atacó. También tenía antecedentes por delito a la propiedad, hurtos y un otro caso de abuso deshonesto en 1995.
Cerca de las 13 del lunes, quien lo denuncia bajó del colectivo del Grupo 300 que la traía desde su lugar de estudio. Como el barrio está desolado, venía mensajeándose con su mamá. Hasta que Rodríguez, le pidió ayuda para entrar una caja a su hogar, por lo que fingió ser rengo. Cuando ella notó que el paquete era liviano, se dio cuenta que estaba en problemas.
"Mi hermana iba con los auriculares. Obviamente, lo ve, un tipo grande, y no dudó en ayudarlo. Una vez que llegó se dio cuenta, ya la había agarrado. Hubo forcejeos, ella intentó escapar, pero el tipo tenía más fuerza. La dejó sin aire, y la logró encerrar", relató Ayelén. "No había cámaras en ningún lado, nadie escuchó nada a plena luz del día. No había más personas", añadió.
La víctima pasó hasta las 21 en el domicilio del abusador, quien la liberó por la puerta de atrás -la misma que usó para fugarse- luego de convencerse de que no iba a ser denunciado. "Mi hermana en un momento pudo entablar una conversación, dejó el miedo de lado, que es lo que nos decía a nosotras, y pudo tratarlo como persona. Ahí ella pudo calmarse, porque tenía mucho miedo. La dejó salir una vez que ella pudo generarle cierta confianza de que no iba a hablar", explicó la hermana.
Las horas en las que estuvo desaparecida, su familia no se quedó de brazos cruzados. Enseguida salieron a difundir la búsqueda y a intentar ubicarla. El resto del tiempo esperaron novedades en el cruce de la Ruta 40 y la calle San Andrés, el centro improvisado que encontraron para hallar a la víctima.
Desidia policial
"La búsqueda empezó muy tarde. Habían pasado varias horas y los que estábamos buscando a mi hermana éramos mi papá, mi mamá, el novio, el suegro de mi hermana y yo. No llegó nunca ningún móvil hasta minutos antes de que ella apareciera", cuestionó Ayelén. "Estuvimos muy desamparados por parte de la policía desde el momento que la encontramos", detalló después. En la misma tónica, fue la presión de los vecinos ante las fuerzas policiales de Las Heras que dinamizaron finalmente la búsqueda de Rodríguez.
Si bien en los medios de comunicación locales hablaron de un operativo policial desmedido, la familia negó todo eso. "Nunca hubo helicópteros ni drones. Nos dijeron que iban a traer perros, cuando no sabíamos dónde estaba mi hermana. Nunca llegaron. Muy ineficiente la policía. Los que nos movimos fuimos nosotros, los vecinos. Y obviamente mi hermana, que se logró salvar ella sola. Porque ni nosotros, ni la policía, ni nadie la salvó. Fue ella sola", afirmó Ayelén.
Ahora, las mismas fuerzas que fueron imprudentes para dar con el abusador, son las que se encargan de intentar sacarlo de las sombras y hacerlo pagar por sus crímenes. "Sabemos que lo están buscando, estamos haciendo lo posible para que salga en los medios nacionales", explicó la hermana. "Lo están buscando, pero no hay nada certero. Llegan muchos datos falsos. Nos han dicho que no respondamos ningún mensaje, ni nada más. Porque ahí dan muchos datos falsos", añadió.
"Cuando ella llega al lugar, ni la policía ni nadie la saca de ahí. Mi papá es el que la sube a la camioneta. Después mi papá obviamente se vuelve loco cuando llegamos a la casa de este hombre. Y quienes la sacamos del peligro fuimos nosotros. La policía nunca nos acompañó a la casa. Y de ahí la llevamos nosotros al hospital. Cayó tardísimo la gente que se encarga de esto. En ese momento estuvimos muy solos. Quizás cuando más lo necesitábamos, que no sabíamos para dónde ir. Ella nos dijo: 'quiero ir al hospital'. Y obviamente agarramos todo y nos fuimos. La policía no estuvo", lamentó Ayelén.
La hermana de la mujer que atravesó el abuso no se olvidó de todas las personas que la ayudaron a ella y a su familia desde el último lunes. "Estamos muy acompañados por lo que es el colectivo Ni Una Menos de Mendoza y de Argentina. Nos han asesorado muy bien, en un momento donde nosotros no sabíamos para dónde ir", remarcó. "También quiero agradecer a la Dirección de Género y Diversidad del Gobierno de Mendoza y a la Universidad Nacional de Cuyo, por los esfuerzos que están haciendo", sumó enseguida.
A su vez, insistió con la búsqueda del abusador, lo más importante para ella y su familia en este momento. "Que se pongan en nuestro lugar. Puede estar en cualquier lado este hombre. Lo podés ver en cualquier lado y cualquier dato nos sirve para encontrarlo. Para que no le pase a ninguna mujer más. Cualquier dato que tengan llamen al 911", pidió consternada.