A dos semanas del asesinato de Claudia Schaefer, se conocieron detalles de la complicada convivencia que mantenía con su marido Fernando Farré, el empresario que en el momento de discutir la división de bienes la asesinó de doce puñaladas en su casa del country Martindale de Pilar.
Los investigadores sospechan que comenzó a planear el crimen de su ex esposa hace un año. “Por amenazas de muerte, maltratos y extraños movimientos que hizo y por ahora no podemos contar. Se había obsesionado con matarla”, dijo una fuente del caso a BigBang.
Las empleadas domésticas revelaron que el matrimonio no dormía en la misma habitación.
Según se desprende de la declaración de las empleadas domésticas, publicada en el diario La Nación, la pareja dormía en cuartos separados, tanto en el departamento de Libertador 1750 como en su casa en el country Martindale. Como si fuera poco, las testigos contaron que los propios hijos le reclamaban a su padre que no sea agresivo con su madre.
“Basta papá. No le pegues más a mamá”, fue la súplica de uno de los hijos del matrimonio. Esa frase la escuchó María, la empleada de 18 años, que cuidaba a los menores.
La hija del matrimonio también estuvo presente en los momentos de violencia entre ambos.
El pedido del niño lo provocó la misma situación que denunció Schaefer ante la Oficina de Violencia de Género de la Corte Suprema de Justicia (OVD). Luego de una pelea por dinero, Farré agredió a la mujer y le apoyó una rodilla en la base del cuello mientras la insultaba.
Esa fue la última de las más grandes agresiones frente a los niños, 18 días antes del asesinato. Sobre ese episodio, una de las empleadas detalló que la propia víctima al día siguiente, antes de ir a trabajar, le pidió que le revisara el cuello por si tenía alguna marca.
Farré asesinó a su esposa de doce puñaladas.
Según las dos empleadas que se presentaron en la fiscalía de Pilar, María y Mónica, Farré era una persona violenta, que siempre las trataba mal. Ambas contaron que presenciaron varias discusiones y que cuando intervenían para que no agreda a Schaefer, él les decía que no se metan porque “era su vida”.
“Basta papá. No le pegues más a mamá.
Pese a que el abogado defensor del empresario, Adrián Tenca, sostiene que intentarán evitar que los niños declaren en una cámara Gesell, los investigadores judiciales no descartan la posibilidad de que los menores sean convocados.
Gracias a la descripción de la convivencia de la pareja la Justicia podrá sostener que Schaefer era una mujer golpeada. De todas maneras, aún los investigadores no pueden determinar el móvil del asesinato.
La hipótesis que se mantiene sobre el móvil del crimen es por la división de bienes. La pareja estaba en proceso de separación y Farré no quería repartir las ganancias del matrimonio. Schaefer había sido alertada de que su esposo habría cobrado una indemnización de $ 5.900.000 cuando lo despidieron de la empresa de cosmética en la que trabajó hasta diciembre pasado. Y en su pedido de divorcio le reclamó lo que le correspondía para mantener a sus hijos, dentro del estilo de vida que llevaban. Esto podría haber sido una de las causas que lo desestabilizaron, pero aún no fue comprobado.