27 Agosto de 2021 09:00
Claudio Alberto E. (su identidad no fue difundida para resguardar a la adolescente), el ex policía acusado de abusar sexualmente de su hijastra durante los últimos ocho años en la casa que compartían ubicada en localidad bonaerense de General Madariaga, se presentó en la sede que la Policía Federal Argentina tiene en Pinamar junto a su abogado defensor en el marco de la causa por violación y tras haber permanecido más de una semana prófugo.
Si bien quedó detenido, se negó a declarar ante el fiscal del caso, Walter Mercuri, titular de la Unidad Funcional de Instrucción N° 8 de Madariaga. El ex policía, de 40 años, había sido denunciado hace diez días por la hijastra, actualmente de 15 años, razón por la cual fue imputado por el delito de "abuso sexual agravado por tratarse de una menor de 13 años y aprovechándose de la inmadurez de la víctima que le impidió consentir libremente el acto, gravemente ultrajante por su duración en el tiempo; agravado por ser el imputado el encargado de la educación y la guarda de la víctima; por la convivencia preexistente; y por acceso carnal".
La denuncia en su contra fue hecha el último 16 de agosto en la Comisaría de la Mujer de General Madariaga, por parte de la víctima y de la madre de ella, con quien el hombre está casado desde hace más de diez años. En su presentación, la menor relató que su padrastro había abusado sexualmente de ella desde que tenía 7 años y que, incluso, lo había hecho ese mismo día en la casa en la que convivían junto a su madre y otros dos menores.
Al enterarse de la denuncia, el hombre abandonó el domicilio, tal como se constató cuando personal policial se presentó en el lugar con una orden de exclusión del hogar hacia él. Antes de huir, el acusado "se rapó la cabeza, estrelló su celular contra una pared, dejó una nota escrita a mano en la que pedía que lo perdonaran, y le confesó todo a un vecino, que también se presentó como testigo".
En la causa consta que el hombre le confesó a su esposa y madre de la víctima que había cometido "una aberración" y que era "un monstruo": al día siguiente de haber escapado se comunicó telefónicamente con la mujer, le dijo que estaba "en el Oeste" y que había llegado "a dedo" cerca de Chivilcoy, pero de acuerdo a los investigadores, se encontraba en realidad en un locutorio de la ciudad de Mercedes.
En aquella llamada, Claudio le dijo a su esposa que no se iba a entregar y le aclaró: "Voy a estar preso como 30 años por una aberración. Soy un monstruo". A partir de una pericia médica de la víctima incorporada a la causa, el fiscal pidió que se ordenara su detención, pero el magistrado subrogante del Juzgado de Garantías 4 de Dolores, Gastón Giles, rechazó el pedido, porque consideró que no había "elementos suficientes" para avanzar en ese sentido.
De esta manera, el magistrado había solicitado una pericia psicológica de la menor. Sin embargo, el fiscal Mercuri apeló esa resolución, pero el planteo no llegó a la Cámara de Apelaciones de Mar del Plata: a partir de un pedido de licencia posterior de Giles, el juez que intervino en su lugar, Christian Gasquet, decidió hacer lugar a un nuevo pedido de detención y ordenó la captura del ex oficial.
Finalmente, el acusado se entregó en la sede policial de Pinamar junto a su abogado, Osvaldo Verdi, y tras pasar la noche alojado en un calabozo de esa dependencia, en la mañana de hoy fue trasladado a la Unidad Penal 44 de Batán. El hombre, que hasta el momento de la denuncia prestaba funciones en la comisaría 4ta de Cariló, fue desafectado de la Policía bonaerense inmediatamente tras darse a conocer la denuncia.
En el marco de la causa, el fiscal pidió que se realizaran pericias químicas sobre sábanas y prendas secuestradas, así como el análisis de las extracciones de sangre y saliva realizadas al acusado, para posteriores cotejos de ADN. De hecho, en esas prendas se detectaron rastros de flujos que serán cotejados con muestras de sangre y saliva del acusado. Mércuri también pidió que fuera peritado el celular que el hombre destruyó antes de escapar de su vivienda.