Era un domingo normal, como cualquier otro. Gastón Gonzalo Gómez, de 48 años, había hecho un asado para "agasajar" a su pareja, una mujer de 55, en la casa que ambos compartían en el barrio Jardín Avellaneda, en Guaymallén, provincia de Mendoza. Luego de comer, ambos decidieron que era la hora de tomar una siesta y cuando ella descansaba, él tomó un hierro y la atacó de manera brutal en la cara y la cabeza hasta dejarla "bañada en sangre" por su supuesto "ataque de celos".
Con las pocas fuerzas que le quedaban, la víctima tomó su teléfono, se comunicó con el 911 y pidió asistencia inmediata. Rápidamente, personal de la Comisaría 57ª de El Bermejo acudió al lugar y al tocar la puerta fueron recibidos por Góméz, quien a simple vista tenía "manchas de sangre" en su vestimenta. Ante las autoridades, el agresor aseguró que su esposa había tenido un accidente doméstico, según detalló el medio local MDZ.
Pero como el hombre de 48 años había dejado semiabierto el portón del domicilio para atender el reclamo de la policía, uno de los agentes logró ver a la víctima casi inconsciente, cubierta de sangre y tirada en el piso dentro del domicilio. Por esta razón, los efectivos ingresaron a la casa, le tomaron el pulso a la mujer e intentaron socorrerla. Ella, en su delicado estado, alcanzó a decir que su marido la había agredido a "golpes de puño" mientras se encontraba acostada en su cama.
A partir de la revelación de la víctima, el agresor quedó detenido y se ordenó una ambulancia del Servicio de Emergencias Coordinado (SEC) para que fuese trasladada de urgencia al Hospital Central, donde quedó internada en una sala común. "Está fuera de peligro", señalaron las fuentes. Además, advirtieron que el feroz ataque de su marido le provocó "politraumatismos por golpiza y herida cortante en el cuero cabelludo".
Desde el nocosomio la mujer contó que luego de comer asado y de haber tomado vino con Góméz, ambos habían decidido recostarse y tomar una siesta. Una vez que despertaron, él arrancó una discusión "por celos" que terminó de la peor manera: "Tomó un hierro que tenía al lado de la cama y comenzó a golpearme en la cabeza", reveló la víctima, quien además destacó que en un momento de distracción de él, logró agarrar su teléfono y llamar al 911.
El caso quedó en manos de la Oficina Fiscal Nº9, la cual luego de varios relevamientos determinó que la mujer fue efectivamente golpeada con un "hierro que se hallaba en el lugar" y catalogó el caso como un hecho de violencia de género.