Una situación realmente preocupante ocurrió hace un mes en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza. A través de una llamada, la Policía Aeroportuaria fue notificada de una amenaza de bomba en uno de los sectores de la terminal. De inmediato, se montó un mega operativo para dar con el supuesto paquete que contenía el aparato. No se encontró nada. Pero, un mes después, saldría a la luz que todo fue culpa de una mujer y que se trataba de una insólita maniobra.
Desde el 27 de abril, cuando una voz femenina llamó al call center de AA200 de Ezeiza y aseguró que había dejado una mochila con una bomba casera en uno de los baños de la terminal de arribos internacionales, las autoridades montaron una profunda investigación que finalizó hace días. El resultado fue inesperado. Se supo que la autora del delito era una mujer que lejos estaba de realizar un atentado terrorista.
La verdad era mucho más simple. La mujer llamó al aeropuerto de Ezeiza mientras manejaba desde Rosario a Buenos Aires. Su marido debía viajar a Santiago de Chile pero se les había hecho tarde y tenían la certeza de que perdería el vuelo. Por eso, en un intento estúpido de evitar la partida de la aeronave, llamó a Ezeiza y mintió sobre el supuesto artefacto explosivo.
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En pocos minutos, tras el aviso de los empleados del call center, Ezeiza quedó paralizado en casi todos sus espacios. Tanto el Grupo Especial de Control de Explosivos y Armas Especiales (GEDEX) de la PASA, como Sanidad y los Bomberos, montaron un operativo para dar con la supuesta bomba. No encontraron ni el artefacto, ni la mochila. En la pista, los aviones continuaron con las partidas sin problemas.
Su plan, por supuesto, no funcionó. El avión no solo partió sin demoras sino que la Policía comenzó a investigar desde dónde había salido la llamada. Finalmente, luego de un cruce de datos de la antes, se supo que el celular del cual habían realizado la amenaza de bomba estaba ubicado en la ciudad de Cañada de Gómez, en la provincia de Santa Fe.
También quedó determinado que el llamado fue realizado camino al aeropuerto. En ese momento, la mujer llevaba a su pareja en su auto. Ese dato fue brindado por la compañía telefónica que informó en qué antenas fue triangulado la llamada. Además, se estableció que el hombre tenía un pasaje a su nombre rumbo a Chile que salía en esa hora. Pese a lo que hizo la mujer, el avión salió a horario y su novio perdió el vuelo.
El viernes 20, la Policía realizó un allanamiento en la vivienda de la sospechosa tras una orden de la Justicia. En el lugar también estaba el hombre. En el lugar se secuestró el celular desde el cual había realizado la amenaza. La causa quedó a cargo del Juzgado Federal de Primera Instancia en lo Criminal y Correccional número 1 de Lomas de Zamora, a cargo de Federico Villena.
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Según explicó José Glinski, director de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, la pareja quedó imputada por intimidación pública y enfrenta una pena de entre 2 y 6 años de presión. En una entrevista, dijo: "Movilizamos en total unos 60 oficiales por un caso de este tipo. En Ezeiza solamente había 35 personas, tres móviles, dos perros. Una acción de este tipo cuesta cerca de 200 mil pesos".
Y siguió: “El accionar de esta pareja fue muy torpe. Los aeropuertos son lugares sensibles, donde cualquier tipo de amenaza dispara una serie de alertas que pudimos resolver rápido porque fue muy torpe lo que hizo esta pareja. Deberán hacerse cargo del costo del operativo", dijo.
Por último dijo: "Para el Estado es muchísima inversión, plata de impuestos, la que se hace para que podamos desplegar esta capacidad en aeropuertos, para que alguien venga a hacer una amenaza de manera tan liviana porque pierde un vuelo".