El miércoles pasado, el incendio intencional de un auto en el barrio porteño de Núñez agrietó el discurso oficial. Con seis detenidos, la Policía minimizaba el incidente y se lo adjudicaba a una banda de quemacoches, mientras que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, hablaba de un grupo de activistas con bombas Molotov que, según ella, se dirigía a Plaza de Mayo. Pero nada de esto era cierto.
Según pudo saber BigBang, las seis personas que incendiaron vehículos eran, en realidad, taxistas anti Uber, que habían identificado el auto como uno de los móviles utilizados por la cuestionada empresa de transporte alternativa.
El Renault Fluence apareció quemado esta madrugada.
Esta madrugada, una semana después del incidente de Núñez, caratulado como “tentativa de homicidio”, otro vehículo de Uber apareció quemado, ahora en el barrio porteño de Villa Urquiza.
El motor quedó destruido.
El Renault Fluence estaba estacionado en la calle Altoaguirre y fue prendido fuego pasadas la una de la mañana, según consignaron los vecinos, quienes de inmediato se acercaron y lograron apagar las llamas. ¿El método utilizado? Una bolsa de basura en llamas colocada contra una de las gomas.
El caso de Núñez
Minutos después de prenderlo fuego en el cruce de las calles O'Higgins y Arias, la banda fue detenida a bordo de un taxi Renault Mégane. Les incautaron una botella plástica de 2.25 litros (con nafta) y cuatro bulones, uno envuelto con la amenaza: “Tenemos tu patente, esto recién empieza”.
Los instrumentos secuestrados por las autoridades.
Además, la policía requisó una gomera, una manopla metálica, un bastón extensible, tres mecheros y un recipiente de gas pimienta, entre otros elementos. A pocos metros, en el auto particular de uno de los detenidos, se secuestró un bidón de plástico con cinco litros de nafta.