El sábado 20 de mayo la periodista Griselda Blanco fue hallada sin vida en su casa de Curuzú Cuatiá, en Corrientes, con un lazo de plástico alrededor de su cuello. Al principio se habló de suicidio, pero ahora todo parece indicar que fue un femicidio. La autopsia determinó que murió por estrangulamiento y en la misma se le encontraron varias marcas de golpes y heridas de arma blanca.
Cuando al comienzo se barajaba la posibilidad de un suicidio, el hijo de la víctima, Lautaro Cesani, manifestó en sus redes sociales que a su madre la habían matado. “Nuestra madre no se suicidó, a nuestra madre la mataron. Ella decía verdades que nadie se animaba a decir. La querían ver callada y no pudieron. Justicia por Griselda Blanco”.
Días después al tener la confirmación de la autopsia. la cual afirmaba que se trató de un asesinato, la primera persona detenida fue el ex marido de la periodista, Armando Jara, que estuvo preso durante una semana aun sin constancia de pruebas. Sin embargo, sus hijos declararon que Jara no tenía relación con Griselda y tras esclarecerse los hechos, fue liberado.
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Pero luego, sus hijos sumaron al expediente el nombre del nuevo acusado: Darío Alfredo Ricardo Holzweissig. Los mismos aseguraron que su madre tenía una relación ocasional con este hombre marcada por tensiones que la llevaban a una relación “tóxica”. A raíz de esto, la División Homicidios de la Policía Federal, allanó dos veces su casa y sin embargo, el hombre permanecía libre.A pesar de esto, en uno de los allanamientos se observó un vehículo Suzuki Fun, el cual Holzweissig reconoció como propio y luego, al momento de ver e investigar las cámaras de seguridad de la zona, se reconoció el mismo auto en la escena del crimen. Tras registrar diversas pruebas, el jueves cerca de las 20:30 horas, finalmente el hombre en cuestión fue detenido e investigado por la Policía Federal en un nuevo allanamiento en su domicilio.
Las cámaras de seguridad fueron claves para tener las pruebas necesarias de que todo parece indicar que el sospechoso fue autor del femicidio. En las mismas, se lo vio dirigiéndose a un descampado cercano, que luego fue rastrillado por la PFA y se encontró un cuchillo, que probablemente sea con el que le realizó las heridas de arma blanca a Griselda y un celular roto, que era de la víctima.
Pese a estar destruido, se pudieron recuperar los datos y conversaciones que tenía y eso causó, por un lado, que se complique aún más la situación de Holzweissig y por el otro, muchas más pruebas para quienes están llevando a cabo la causa. En el móvil, se registraron conversaciones que demostraron la relación agresiva que tenía el sospechoso con la víctima, y una confesión de la periodista a uno de sus hijos en el cual afirmaba el miedo a ser asesinada en sus manos.
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Mediante un comunicado, la Policía Federal remarcó que en el celular “se extrajeron conversaciones entre el imputado y la víctima que dan cuenta de la relación laboral y sentimental que mantenían desde noviembre de 2022?. Sobre el chat que tuvo con uno de sus hijos y en el cual declaró su miedo, comentaron: “La víctima le comenta la relación extorsiva que mantenía con Holzweissig y su miedo de que el empresario la matara”.Asimismo, notificaron: “Se estableció que entre Blanco y Holzweissig existía un relación previa, que en primera instancia era carácter comercial y luego devino en encuentros sexuales, con los que Blanco comenzó a extorsionar a Holzweissig exigiéndole dinero para no dar a conocer esta circunstancia a su esposa, lo que habría desencadenado el móvil del brutal crimen”.
Ante cierta cantidad de pruebas y al ver escrito su nombre y apellido por la víctima declarándolo como una persona peligrosa para ella, el domingo fue llamado para declarar ante la fiscal de la causa, pero al negarse fue imputado por homicidio simple. Por lo tanto, el juez de Garantías de de Curuzú Cuatiá, Martín Vega, dictó la prisión preventiva del empresario de 46 años.