A los vecinos de San Cayetano, provincia de Buenos Aires, no les importó el clima, tampoco les interesó la cuarentena obligatoria que rige en todo el país a causa de la pandemia del coronavirus.
Solo les importó que el reclamo de justicia durante la marcha que se realizó en la Plaza América esta mañana se escuchara en todo el país. Este lunes, el pueblo acompaño el dolor de la familia de Shaira Smoulenar, de tan solo 11 años, quien falleció el último viernes en el Hospital Municipal San Cayetano.
Para César Smoulenar y Soledad Torres, los padres de la pequeña, no hay dudas: Shaira fue víctima, no solo de mala praxis, sino de la inoperancia y falta de voluntad de los médicos que la atendieron. Todo comenzó el lunes 27 de abril, cuando la abuela paterna de Shaira -quien se encontraba en ese momento a su cuidado- notó que algo estaba pasando.
La menor tenía fuerte dolor muscular y volaba de fiebre: “La llevamos el lunes a las 10.45 de la mañana al hospital con mucha fiebre. Tenía 41 grados, pero igual le querían dar el alta y ellos (por los médicos) no le hicieron nada. Le dieron suero y querían que mi suegra se la trajera de vuelta. La dejaron internada porque ella reclamó”, le contó a BigBang Soledad.
En medio de la fuerte tormenta que azotó a gran parte de la Ciudad y provincia de Buenos Aires esta tarde, Soledad no pudo ocultar sus lágrimas a la hora de hablar del calvario al que sometieron a su hija de 11 años. “Le hicieron un laboratorio y dio 20 mil glóbulos blancos en sangre. Nosotros no somos médicos, pero era infección”, recordó la mujer al atender la consulta de este portal.
Shaira se sentía mal, se encontraba internada y no logró contener sus ganas de ir al baño: “La nena se hizo encima del dolor y largo muchísimo parásitos. El señor Alí Manuel Rodríguez Infante (por el médico que la atendió) le recetó un antibiótico, pero cuando mi nena larga los parásitos, rompe esa receta, dice que sufría de parasitosis y nos manda un antiparasitario. Ahí nos mandó a la casa porque solo eran parásitos para él”.
Lo cierto es que el cuadro de la nena no hizo más que empeorar durante ese martes que estuvo acostada en su casa por orden del médico. “A mi nena le dolían las piernas, la nuca y el hombro. El miércoles la volvimos a llevar porque nunca le bajó la fiebre, por más que tomara paracetamol. Me la recibió el Dr. Pacheco”, contó Soledad, quebrada aún por el dolor.
Según contó, a los 10 minutos de haber regresado al Hospital Municipal apareció una vez más el Dr. Rodríguez para reclamarle a Pacheco que se trataba de su paciente. “Le dijo que seguía él y le hicieron otro laboratorio que le salió con 12 mil glóbulos blancos que, según ambos, venían bajando por el antiparasitario”, recordó la mamá de la adolescente.
Y siguió: “Me hicieron suspender el diagnóstico y me mandaron a comprar buscapina, omeprazol y enterogermina. El jueves otra vez la nena estuvo en mi casa por orden del médico, estaba hinchada y con mucho dolor. La teníamos que ayudar a darse vuelta -se quiebra y rompe el llanto al recordar- para ir al baño porque ella no podía. Seguía con mucha fiebre”.
En ese punto, Soledad respira, mira a su marido que tiene a su lado y sigue con su relato: “El viernes a la mañana le pidió al papá que la lleve a internar porque no se sentía bien. Este chico (por Rodríguez) la volvió a internar, entramos por la guardia, mi nena se sentó y ya no se podía levantar. No nos dieron una silla de ruedas porque ella había ido caminando”.
Soledad sostuvo que fue el propio Rodríguez quien se negó a darle una silla de ruedas a su hija hasta que un enfermero que se apiadó de la nena y se la trajo para que pueda ser trasladada. “Mi nena ya no se podía parar. Le pasaron suero, le hicieron un laboratorio y en ese tiempo mi nena, que se había tomado a la noche 4 litros de agua y no había hecho pis, falleció”, sostuvo.
Durante ese viernes -contó Soledad- el Dr. Rodríguez sostuvo que la pequeña Shaira “exageraba” y le dijo a sus padres que “todo era psicológico”. “La mandó a mi nena a ver a la psicóloga del Hospital y cuando la ve, ella le dice a la señora que no estaba loca, que solo le dolía el cuerpo. Fue ahí que le dieron un antibiótico con un inyectable y la pasaron a internación”, aclaró Soledad.
Y continuó: “Para mi éste médico sabía y se hizo el boludo. Le empezaron a tomar el oxígeno en sangre, pero los aparatos no funcionaban, y le pusieron oxígeno por orden del pediatra (de apellido González)”.
En ese punto, Soledad vuelve a derramar lágrimas al recordar que su hija, antes de fallecer, le pidió a su papá que le sujetara fuerte la mano y pronunció sus últimas palabras: “¡Feliz cumple, papá”, le dijo la pequeña a César, quien se negaba a despedirse de su hija.
“La intentaron reanimar, pero la mataron. El pediatra lo retó a este Rodríguez, le dijo que cuando una paciente tiene parásitos hay que darle medicamentos. ´A mí me duele más que a ustedes´, nos dijo el cínico, pero después nadie del Hospital se volvió a comunicar con nosotros”.
Sin poder creer lo que había ocurrido, César y Soledad decidieron regresar a su casa para tomarse un baño. En ese tiempo, “le entregaron el cuerpo de mi nena al tío de mi marido sin papeles, porque el hospital no quería entregar la partida de defunción. La llevaron a la sala del velatorio y el primo de mi marido llamó a la policía para hacer la denuncia”.
Según recordó Soledad, un móvil de la policía apareció en el velorio y ahí radicaron una denuncia provisoria. “Al otro día fuimos nosotros a la Comisaría de San Cayetano. El comisario se portó de diez con nosotros. Ya le hicieron la autopsia y la Fiscalía de Necochea ya ordenó que se le secuestre al Hospital la historia clínica de los últimos ocho días”, dijo la madre de la menor.
Este lunes, antes de la marcha, los padres de Shaira se reunieron con el intendente municipal, Miguel Gargaglione, quien horas antes había expresado públicamente lo siguiente: "Acompaño en el dolor a la familia Smoulenar-Torres" y se comprometió a colaborar “en la investigación sobre las causas de tal fatal acontecimiento".
Pero para César, el Intendente no busca justicia, sino tapar el asunto. “El señor intendente me dijo que el secretario de salud había pedido una autopsia, pero que no la habían podido hacer por la cuarentena. Pero le dije que no me mintiera, que no había pedido nada. La autopsia ya se hizo después de nuestra denuncia”, le detalló el papá de Shaira a este portal.
Y sumó: “El sábado me llama el intendente diciéndome que quería justicia. Si bien los resultados de la autopsia me dijeron que los voy a tener después de la cuarentena, me dijeron que el cuerpito estaba lleno de infección. Además, el intendente me intentó bajar la marcha. Me puso ´milicos´ en toda la plaza para correr a la gente que se había hecho presente para acompañarnos”.
Para César, la única intención de Gargaglione es resolver el problema “con plata”. "Acá ya hubo casos que han sido tapados con plata y a mi nena no me la van a devolver. Para mí (por el intendente) me llamó para arreglar algo, pero yo fui con mis familiares. Quiero justicia, a la nena no me la van a devolver, en este lugar ya hubo muchos casos y queremos decir basta. ¡Son carniceros!”, sentenció.
La causa catatulada como "Averiguaciones de causales de muerte" quedó en manos del fiscal Guillermo Sabatini, a cargo de la UFI N° 3 de Necochea. Mientras que por otra parte, se dispuso la suspensión provisoria del médico Rodríguez Infante mediante el decreto N° 521/2020 y el intendente Gargaglione se presentó ante el fiscal para ponerse a su entera disposición.