Lucas Peralta Luna tenía 21 años (hubiera cumplido los 22 este miércoles 7 de octubre) vivía junto a su novia, Luana, y trabajaba con su moto como repartidor en medio de esta pandemia que dilató su sueño de irse a vivir junto a su pareja a una casa propia.
Pero un accidente automovilístico terminó acabando con su vida el viernes 10 de julio, cerca de la medianoche. Lucas venía de realizar una entrega en su moto: iba por Av. Corrientes, cuando Sebastián Di Pietro, de 38 años, a toda velocidad lo atropelló y lo mató con su Dodge Journey.
Actualmente el magistrado dio por finalizada la etapa de investigación y ordenó que la causa sea elevada a juicio oral y público en los próximos días. La familia de Lucas se encuentra como querellante y si bien Di Pietro está imputado bajo la figura de "homicidio culposo", un delito que tiene penas previstas de entre tres a seis años de prisión, busca cambiar la misma a "doloso" para elevar los años de la pena.
Las pericias y los estudios realizados al hombre de 38 años determinaron que venía alcoholizado, drogado y que había superado por mucho los límites de velocidad establecidos. De hecho, el resultado de los análisis de sangre dieron 1.9 (para que sea un agravante penal el máximo debe superar el gramo de alcohol por litro de sangre o aire espirado) y que había consumido previamente cannabis y cocaína.
Al mismo tiempo, los peritos determinaron que venía a bordo de su Dodge Journey a más de 100 kilómetros. "Acá estoy, como se puede. Ayer hubiera sido el cumpleaños 22 de Lucas, pero lamentablemente no lo pudimos festejar con él. En su nombre mañana haremos una suelta de globos y seguiremos pidiendo justicia para que este hombre esté preso", sostuvo Sabrina, en diálogo con BigBang.
A casi tres meses del accidente que le arrebató a su hijo, a quien definió como un chico sencillo, amable y feliz, Sabrina no descansa: comenzó a acudir al lugar acompañada de familiares y amigos del joven de 21 años dos veces por mes cada vez que se cumple un nuevo aniversario de la muerte de su hijo. Allí, espera a que el semáforo indique la luz de alto para contarle a las personas que asan por allí lo que sucedió con Lucas.
Al mismo tiempo reparte algunos volantes con el deseo de dar a conocer la historia de Lucas y, de alguna manera, generar conciencia y que nada de esto le vuelva a ocurrir a otra familia. "Ya están la mayoría de las pruebas dadas en la causa. El juez dio por cerrada la investigación y nos dieron el traslado para que se eleve a juicio. Igualmente estamos pidiendo y discutiendo, tras una apelación, la figura de homicidio simple", le explicó a este sitio.
Y sumó: "Por las pruebas, nosotros consideramos que este hombre sabía que iba a matar a alguien. De hecho, lo hizo. Aparte la pena sería irrisoria si la causa sigue como homicidio culposo, porque es de 3 a 6 años. Se le darían dos años más por haber violado la cuarentena. Estamos de acuerdo con el juicio, solo falta sortear el tribunal, pero no estamos de acuerdo con la calificación. Por eso estamos en esta etapa de apelación".
Angustiada y en medio de esta lucha constante para lograr que el juez De Santo cambie la figura de homicidio culposo a "doloso", Sabrina -cuya fortaleza y amor por su hijo es de admirar- se encuentra con tratamiento psicológico a causa del dolor que le causó lo que entiende como el asesinato de Lucas. "Mis emociones están un poco cambiadas, estoy con psicólogo, con terapias de apoyo y apoyándome en mi familia. Trato de vivir el día a día", concluyó.
Todo ocurrió el viernes 10 de julio, cerca de las 23.15. Lucas venía abordo de su moto por Av. Corrientes cuando Sebastián Di Pietro lo embistió con su auto mientras venía a más de 100 kilómetros por hora y luego de violar la cuarentena obligatoria. Por el impacto, el joven de 21 años salió despedido, mientras que el hombre de 38 arrastró con su Dodge Journey la moto del repartidor varios metros hasta que se incrustó con un semáforo y un generador de luz.
Las pericias determinaron que la moto de Lucas quedó a más de 100 metros del lugar del impacto y totalmente destrozada. La familia de Lucas sostiene que Di Pietro no sólo nunca quiso asistir al chico, sino que además busco la forma de escapar del lugar, pero los vecinos no lo dejaron.
Uno de los testigos del hecho fue un taxista que se encontraba estacionado en el lugar y que vio como una de las zapatillas de Lucas, tras el impacto, salió despedida e ingresó por una de las ventanas de su vehículo.
Por el hecho, Di Pietro solamente pasó detenido unas cuantas horas y fue liberado casi de inmediato por policía de la Comisaría Vecinal 15 B de Villa Crespo. "Lo más irrisorio de todo esto es que este tipo apeló la inhabilitación por un año que le impusieron para manejar. Me dan ganas de llorar cada vez que pienso en eso y en las justificaciones que dio este hombre después de matar a mi hijo", cerró, muy angustiada, Sabrina.