Un relato tan minucioso y escalofriante como el horror que presenció. Carlos Quirno, abogado y testigo del crimen de su clienta Claudia Schaefer en el country Martindale de Pilar, declaró ante la Justicia e incriminó a Fernando Farré, detenido por el asesinato de su mujer: “La de Farré era una cara como de 'hice lo que tenía que hacer', como tranquilo”.
El testigo dijo que Farré continuó acuchillando a su mujer adelante de su madre y de todos los testigos.
“Claudia me habló de acoso psicológico y desgaste de años. Ella había tomado la decisión de separarse y él no la podía aceptar. La volvía loca y ella le tenía miedo
Según su declaración testimonial, el letrado vio a Farré “tranquilo” mientras asesinaba a su esposa y aseguró que continuó apuñalándola, pese a que se dio cuenta de que era observado por su madre y por él desde una ventana. El relato de 15 carillas, ahora parte del expediente caratulado como “homicidio calificado”, fue brindado ante la fiscal de Pilar a cargo de la causa, Carolina Carballido Calatayud.
“Ella le tenía miedo”, aseguró el letrado de la víctima al describir los conflicto en la pareja.
Quirno, quien asesoraba a Schaefer en su juicio de divorcio, habló también de la relación que su clienta mantenía con su todavía marido y la calificó de “conflictiva”. “Claudia me habló de acoso psicológico y desgaste de años. Ella había tomado la decisión de separarse y él no la podía aceptar. La volvía loca y ella le tenía miedo”, denunció.
TESTIGOS EN LA ESCENA
El abogado precisó que llegó a las once de la mañana al country junto a la víctima y que fueron recibidos por el propio Farré, quien se encontraba dentro de la casa junto a su madre, Nenina Castro, y su abogada, Andrea Frencia. “La señora estaba con cara de pocos amigos. Pensé: 'Para qué había ido'. A Farré lo vi tranquilo. En ningún momento lo vi desubicado, ni ido, ni nada de eso. Estaba normal”, describió.
“Cuando saludé a la señora -recordó Quirno-, me di vuelta y la vi a Claudia avanzar con la valija hacia adentro de la casa. Fue la última vez que la vi viva". Luego, el letrado se retiró de la casa unos instantes con su colega Frencia para pedirle que la diligencia sea más corta que la del departamento de la Capital Federal, porque él debía estar de regreso a la una de la tarde.
“Cuando saludé a la señora -recordó Quirno-, me di vuelta y la vi a Claudia avanzar con la valija hacia adentro de la casa. Fue la última vez que la vi viva
“Habremos hablado 30 segundos y ahí empezamos a oír gritos muy difíciles de identificar. Nos pareció que venían de otra casa”, recordó. Luego, se dieron cuenta de que se trataba de la voz de la madre del detenido, quien habría dicho: “Así no vas a lograr nada”.
Según el testimonio, Quirno y su colega entraron de inmediato a la propiedad y vieron a la señora golpeando una puerta en el fondo del pasillo. "¡Fernando, no! ¡Hacelo por mí! ¡Abrí por favor!", fueron las palabras para con su hijo, quien en ese momento apuñalaba en el vestidor a su mujer. "Me agarró desesperación tratando de golpear la puerta. Agarré el picaporte y lo rompí de la fuerza que hice, pero no pude entrar. Escuché como quejidos de Claudia. No oí nada de Farré", sumó el abogado.
"Me agarró desesperación tratando de golpear la puerta. Agarré el picaporte y lo rompí de la fuerza que hice pero no pude entrar. Escuché como quejidos de Claudia. No oí nada de Farré
FRENAR AL ASESINO
Según el relato, los tres testigos salieron al jardín y fue la madre de Farré quien identificó la ventana del vestidor en el que se encontraba la pareja. Al principio no pudieron ver nada, hasta que Castro rompió el vidrio y corrió la ventana.
La sangrienta imagen de la escena del crimen, segundos después de que los testigos frenaran a Farré.
"Vi a Farré como de rodillas, medio de costado a la ventana, con el cuerpo de Claudia debajo de él, en el piso. Ella estaba como hecha un ovillo. El cuerpo se movía, pero no sé si eran movimientos de ella defendiéndose o si eran por los golpes de Farré", describió el letrado. "Amplié mi visión y vi sangre por todos lados. Ahí había ocurrido un desastre. Me di cuenta de que la estaba matando", afirmó.
La víctima lo había denunciado por otro episodio de violencia, en el que la agredió adelante de sus hijos.
Pese a que nunca vio los cuchillos, Quirno señaló que presumía que los tenía y que salió corriendo porque pensó que Farré "capaz que seguía matando a alguien o a sí mismo". Lejos de la propiedad, le advirtió a la abogada Frencia y a unas vecinas lo que había pasado y realizó dos llamadas: a su socio a las 11.23 y al 911 a las 11.24.
"Le dije a los vecinos que no se acerquen. Alguien dijo que se estaba escapando. Llegaron dos móviles de la seguridad privada y oí que la madre (de Farré) no los dejaba entrar. Alguien decía que la madre estaba limpiando un cuchillo.
Fuentes judiciales indicaron que en realidad Castro fue vista lavándose las manos porque se había cortado rompiendo la ventana.
"Nunca creí que esto iba a terminar así", fue el cierre del testimonio y aclaró que entre Schaefer y Farré "no hubo ninguna discusión" previa al momento del asesinato y que el homicidio se desencadenó en no más de "un minuto y medio".
Todavía se aguardan las pericias psicológicas y psiquiátricas al acusado, que estiman se realizarán apartir de la última semana de octubre.