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Matricidio estremecedor

Tiene 57 años, estranguló hasta la muerte a su mamá de 80 e intentó despistar a la policía: mintió tres veces

Todo ocurrió en la calle Alsina 288, ubicada en la localidad de Ramos Mejía

16 Abril de 2025 09:29
Leonardo Ariel Messina Pérez tenía 57 años y su madre, 80
Leonardo Ariel Messina Pérez tenía 57 años y su madre, 80

El departamento de la calle Alsina, en pleno centro de Ramos Mejía, parecía tranquilo desde afuera. Una cortina cerrada, un portero eléctrico sin sobresaltos y el movimiento cotidiano de vecinos que, hasta hace poco, preferían no meterse en los asuntos ajenos. Pero este martes, ese mismo edificio se convirtió en el escenario de un crimen tan atroz como íntimo: Leonardo Ariel Messina Pérez, de 57 años, fue detenido tras confesar que asesinó a su madre, Amelia Nora Pérez, de 80.

La tragedia no fue inmediata ni evidente. Fue una mentira, luego otra, y otra más hasta que finalmente el agresor confesó. El primer llamado al 911 pareció el comienzo de una historia triste pero no excepcional: un hijo que llega del trabajo y encuentra a su madre muerta en el baño. Un "accidente doméstico", dijo él. Pero los detalles no cerraban. No para los policías que lo escucharon, ni para los fiscales que empezaban a sospechar que algo, en esa escena demasiado prolija, no encajaba.

El hombre fue detenido, acusado de estrangular a su madre hasta matarla
El hombre fue detenido, acusado de estrangular a su madre hasta matarla

Los minutos pasaron y las contradicciones se multiplicaron. El testimonio de Messina Pérez tenía huecos, especialmente en los horarios. Decía haber salido, pero las cámaras no lo mostraban ni entrar ni salir. Decía que no estaba, pero los vecinos hablaban de gritos, de discusiones constantes, de una convivencia áspera. No era la primera vez que se oían gritos detrás de esa puerta, pero nadie imaginó que esa violencia cotidiana escalaría hasta convertirse en irreversible. 

Los investigadores empezaron a unir las piezas. El relato del hijo ya no sostenía el decorado. Lo llevaron a la comisaría. Y ahí, en un momento de quiebre, confesó. Dijo que había discutido con su madre. Que forcejearon. Que ella cayó. Que murió en ese instante. Pero ni siquiera entonces dijo toda la verdad. La autopsia fue tajante. Amelia Nora Pérez no había caído: había sido estrangulada. Murió por hipoxia cerebral provocada por asfixia. Fue un asesinato con las manos, un acto deliberado. Un silencio forzado. 

La escena no fue una caída; fue un crimen. Y fue cometido, nada menos, que por su propio hijo. El asesinato, según se supo después, ocurrió el sábado 12 de abril. Es decir, tres días antes de que Messina Pérez decidiera llamar al 911 y montar su precaria coartada. Durante ese tiempo, convivió con el cuerpo sin vida de su madre, en una rutina de horror disfrazada de normalidad. El fiscal Carlos Arribas, a cargo del caso, ya imputó al hombre por homicidio calificado por el vínculo.

Todo ocurrió en la calle Alsina 288, ubicada en la localidad de Ramos Mejía
Todo ocurrió en la calle Alsina 288, ubicada en la localidad de Ramos Mejía

El delito prevé la pena de prisión perpetua. La indagatoria se realizará este miércoles por la mañana, pero el expediente ya tiene una verdad demoledora: no fue un accidente, no fue una caída, no fue un malentendido. Fue un crimen premeditado y brutal, escondido bajo el disfraz de un hijo preocupado. La autopsia terminó confirmando que la víctima murió por "hipoxia cerebral devenida de una asfixia por estrangulamiento". La fachada prolija del edificio de Alsina 288 ya no es solo la de una propiedad céntrica. Es la escena de un horror que se gestó en silencio, tras puertas cerradas, y que explotó con una confesión tan inesperada como devastadora.

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