24 Mayo de 2016 10:44
En el marco de la causa que investiga la tragedia de la fiesta Time Warp, en la que cinco jóvenes murieron luego de consumir drogas, el juez Sebastián Casanello ordenó el procesamiento de Víctor Stinfale y Adrián Conci. Además, al primero se les fijó un embargo de 50 millones de pesos.
Stinfale está procesado por comercialización de drogas y abandono de persona.
Los delitos de los cuales se los acusa son comercialización de estupefacientes y abandono de persona. Para el fiscal Federico Delgado, quien pidió el procesamiento, la responsabilidad "operó en forma de cadena y el eslabón madre tiene la marca registrada del negocio, pues el dinero fruto del mismo, financia los eslabones que ligan: un mercado para narcos y consumidores, un mercado para vender los productos de Energy Group (que tiene como dueño al prófugo Walter Santángelo y a Stinfale como apoderado), una zona gris donde se produce la (tóxica) metamorfosis del interés público y el privado habitada por las fuerzas de seguridad".
Stinfale habría intentado quemar varios documentos incriminatorios.
En el expediente, el fiscal consideró que la empresa Energy Group "tuvo una presencia material en la reunión y una participación activa en la producción de los hechos" y que "la organización de la Time Warp no fue obra de una empresa asociada a otras. Fue obra de un conglomerado empresario que tiene múltiples rostros. Algunos de ellos visibles, como por ejemplo del de Adrián Leonardo Conci y otros no tanto, como el de Víctor Stinfale y Walter Santángelo".
10 razones para procesar a Stinfale
Más allá de lo ya expuesto, los puntos que describió el fiscal Delgado en relación a la responsabilidad de Víctor Stinfale en la tragedia son amplios.
Entradas, música electrónica, drogas y bebidas, la Time Warp era un combo, sus organizadores conocían bien cómo fabricar el deseo de consumir. Ese concepto enlaza las complicidades que hicieron posible el desenlace fatal y demarca el horizonte de comprensión que permite identificar las responsabilidades.
Más allá del evento musical o a propósito de él, se montó todo un dispositivo de libre venta de drogas como puente para el consumo de agua, que tomó un cariz dramático pero real, en la medida que dentro de ese mercado que fue la Time Warp, se suscitaron diversas situaciones que agravaron el curso del evento, como ser, entre otras, baños colapsados, nula ventilación, ambiente sin ventanas y sin ventiladores, altísimas temperaturas, grandes colas de personas para acceder a la compra de botellas de agua (más de una hora de tiempo) las cuales se vendían a $40 pesos e incluso se llegaban a pagar $100 si en la caja no tenían cambio, robos de botellas de agua y avalanchas en el ingreso y en horario pico producto de la excesiva cantidad de gente que había -sobreventa de entradas-.
La investigación reveló que Energy Group fue más que un proveedor o un sponsor.
?Energy no brindó un servicio de barras de Dell Producciones. Juntos organizaron el hecho que terminó en una tragedia. La quema de documentos del 7 de mayo constituye una suerte de elemento que, a casi un mes de la tragedia, permitió comprenderla.
?Es evidente que la ausencia de Stinfale en las actas societarias se asemeja a una decisión táctica, más que a un reflejo de la realidad. Eligió estar presente a través de otros. Hablar y decidir a través de otros. Esa decisión no lo aleja de estos hechos. Lo acerca y explica porque nunca está y está siempre.
La fiesta Time Warp dejó cinco muertos y varios intoxicados.
Como vimos, a Víctor Stinfale se lo señala como dueño oculto de varios boliches y sitios de “la movida nocturna”. Uno de ellos es el Complejo Pueblo Límite de Villa Gesell. En el marco de la causa FMP 33/2015 caratulada “Complejo Pueblo Límite s/infracción Ley 24.769 (Dte. AFIP)” un informe de Afip analizó documentación secuestrada que da cuenta de egresos computables a los fines impositivos, que sindican retiros por la suma de $ 4.070.000 (cuatro millones setenta mil pesos) en enero de 2013 bajo la leyenda “”Victor Stinfale Retiro”, que ni siquiera se correspondían con el caudal de facturación del negocio.
Los testimonios de personas con conocimiento acerca de la dinámica interna del ambiente resultan contundentes y no dejan margen de duda sobre la participación que -al margen de los papeles- tiene en los hechos Stinfale y explican justamente la razón por la cual él no aparece en ninguna de las sociedades: es el hombre de atrás, quien actúa a través de sus testaferros.
Felipe Solá fue claro y contundente: “En mi condición de diputado nacional, creo que existe el deber de llamar la atención sobre aquellas personas que se esconden detrás de una red de protección pero son los responsables finales de desastres como el de Costa Salguero. Varias personas me dieron el nombre de Stinfale y en una conversación con Gustavo Vera, a quien considero un investigador serio, este me ratificó lo mismo. Adicionalmente, también el diputado Sergio Massa me dijo que detrás de estas cosas hay un nombre y mencionó a Stinfale. Le dije que lo iba a hacer público y le pareció bien.
El gerente general de Red Bull Argentina, Pablo Hernán De Notta sostuvo que “en el ambiente comercial se conoce que Stinfale es el dueño de Speed. Cuando yo llego a Red Bull y me empiezan a introducir en la empresa, a la hora de hablar de la competencia, me dicen que la competencia es Speed, del abogado Stinfale. Por ende, cuando uno recibe el mismo mensaje de distintas fuentes, al final uno lo da por cierto”.