Se conocieron los mensajes que intercambió la azafata de Aerolíneas Argentinas, Daniela Carbone, y su hija minutos antes de que la detuvieran por hacer una falsa amenaza de bomba en un vuelo que iba a Miami, Estados Unidos, y que le costó a la línea aérea un millón de dólares.
El domingo pasado, la mujer tomó el teléfono de su hija, Candelaria, le puso un chip prepago y llamó para hacer la amenaza al vuelo “AR1304 Ezeiza-Miami” que llevaba a 270 pasajeros y 12 tripulantes. Toda la investigación giró en buscar el teléfono de la joven. Según Clarín, la relación entre madre e hija era de por sí ya "tensa" y se reflejó en los mensajes que intercambiaban. Por ejemplo, en el chat que mantuvieron ambas minutos antes de que Carbone fuera detenida, se puede leer el contundente mensaje que Cande le envió a su mamá: “La egoísta sos vos, que me podés cagar la vida a mí por una pendejada”. La “pendejada” tendría que ver con la amenaza y el uso del teléfono de la joven.
Despecho a bordo: la trama secreta detrás de la detención de la azafata de Aerolíneas Argentinas
Ambas venían discutiendo desde hace varios días por temas relativos al cuidado de la casa y de las mascotas de Carbone. Al llegar a Ezeiza, la azafata se comunicó con Candelaria, le dijo que estaba “muy cansada”, que el vuelo se hizo “interminable” y le pidió que la ayudara a ordenar. “Estuve trabajando y lejos de casa cinco días”, le envió la mujer, y su hija le contestó: “Llegas y no parás de dar indicaciones”.
“Si vas a estar con cara de orto cuando llegue y no se te puede hablar, andate a lo de tu novio...Todos estos días estuviste con él en casa”, respondió Carbone molesta porque la pareja le había usado la parrilla. La conversación cambió radicalmente de un momento a otro. “Hija, me llevan detenida. Hija, ni una palabra a nadie”, manifestó Daniela
Cómo fue la amenaza de bomba
“Decile al capitancito que le pusimos tres bombas en Miami. Que se deje de joder con la política y chequee el avión porque van a volar en mil pedazos”, decía la voz distorsionada del otro lado del teléfono. Al recibir ese llamado, las autoridades activaron un protocolo de seguridad para verificar que no hubiera explosivos a bordo. Para eso, la aerolínea postergó siete horas su partida, que le costó una cifra que rondó el millón de dólares.
Se cree que en el avión iba un auxiliar de cabina que había mantenido una relación sentimental de más de cinco años con Carbone. El vínculo había finalizado hace dos meses y la separación había sido impulsada por él. La Justicia investiga si Carbone hizo la amenaza de bomba con el propósito de abortar un viaje mediante el que su expareja iba a encontrarse con su nueva novia.