15 Noviembre de 2022 13:45
Casi como una ficción carcelaria. Durante todo el transcurso del sábado, un hombre de 30 años fue protagonista de un delirante y alarmante episodio en el barrio La Feria, Córdoba tras retener privada de su libertad a varios integrantes de su familia y enfrentarse con la policía.
Alrededor de las primeras horas del fin de semana, un hombre identificado como Gastón Ibarra llegó a su vivienda, la cual comparte con su mamá, en un estado de ebriedad y violencia que lo mantenía fuera de sí. A raíz de ver la furia que éste contenía, la mujer llamó a la policía local para dar aviso, pero todo terminó de la peor manera. Cuando los efectivos llegaron al lugar, el joven se atrincheró en su casa y no dejó que nadie entre ni salga.
“Si recupera la vista, lo va a perdonar”: habló la mamá del joven atacado en un boliche de Hurlingham
En ese mismo momento, al ver que habían llegado 50 uniformados, Ibarra enloqueció y comenzó a disparar con la escopeta que tenía en sus manos. Incluso, frente a los primeros intentos de negociación por parte del equipo de la policía, el hombre les respondía con recurrentes disparos y continuaba usando como escudo a su madre, a su pareja y a su hijo. Debido a la falta de colaboración del implicado, las fuerzas decidieron que tras las dos primeras horas de esperar, se iban a retirar por un rato de la zona. En el instante en el que los policías se suben a sus patrulleros, el agresor sale de su casa y al grito de "los cague a tiros a los giles estos", disparó sin cesar e hirió a un oficial al cual le efectuó dos disparos. Uno en el hombro y otro en la mano derecha. Un rato después, ya casi cerca del mediodía, el "secuestrador" liberó a sus familiares pero rápidamente se volvió a encerrar.
La situación posterior es de película. Todo lo que ocurría fuera de la casa era alarmante. Un policía ya herido y aunque la familia había sido liberada, el hombre continuaba encerrado y con un arma. Pero Ibarra, lo único que quería era que "lo dejen en paz". Cerca de las 17, y tras varias horas de no recibir comunicados de su parte, la policía decidió enviar a un grupo de asalto para verificar que todo estuviese bien, y cuando lograron visualizarlo, se llevaron una sorpresa.