29 Marzo de 2023 10:39
El juicio por el crimen de Lucas González, el joven futbolista de Barracas Central asesinado por agentes de la Policía de la Ciudad cuando salía de entrenar con tres amigos en noviembre de 2021, comenzó el 16 de marzo con 14 efectivos sentados en el banquillo de los acusados, tres de ellos imputados por homicidio y el resto por intentar encubrir el hecho y cometer torturas contra los chicos que sobrevivieron. Este martes, en la segunda audiencia del debate y ante la atenta mirada de los efectivos imputados, afirmaron que los policías que los atacaron "se bajaron del auto para disparar”, que “nunca se identificaron como policías”, “no vestían uniformes” y que no utilizaron sirenas o balizas para anunciarse.
El juicio se está desarrollando en el salón Auditórium -conocido como Sala Amia- de los tribunales federales de Comodoro Py 2002, de Retiro, sede judicial en la que se resolvió hacerlo por una cuestión de espacio. "Sinceramente me pude descargar un poco. Quería que ellos escuchen el dolor que dejaron a nuestra familia, a sus hermanos, a mi marido....el dolor que causaron y el desastre que dejaron en nuestra familia porque nada tiene sentido sin Lucas. Como siempre digo, nos mataron en vida, se llevaron todo y a lo más importante que tenía", sostuvo Cintia López, la madre de Lucas, en diálogo con Argenzuela tan sólo 24 horas después de su desgarrador relato en la segunda audiencia del juicio.Y sumó: "Me alivió un poco el saber que ellos pudieron escuchar lo que hicieron porque, en menos de cinco minutos, se llevaron todo. Para ellos capaz que no significó nada porque intentaron ocultar todo, quizás para ellos fue algo pasajero, pero detrás quedó una familia desolada, destruida y sin vida. Vivimos el día a día como podemos, yo prácticamente vivo porque tengo que vivir, porque tengo dos hijos más a los que tengo que cuidar, pero a veces no me puedo cuidar ni a mi, no puedo volver a ser la mamá que era antes. El que se encarga de todo ahora es mi marido, hasta de mi. Soy un zombie caminando por la calle porque no encuentro rumbo. No lo tengo más a mi hijo y eso me desgarra día a día".
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El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 25, integrado por los jueces Ana Dieta de Herrero, Daniel Navarro y Marcelo Bartumeu Romero, es el encargado de conducir el debate y analizar las pruebas para llegar a un veredicto, mientras que la acusación está a cargo del fiscal será Guillermo Pérez de la Fuente. "Es impresionante el dolor que se siente cuando te matan a tu hijo así. Lo espero por la ventana, sentada, cuando lo llamo a tomar unos mates, cuando venga de entrenar y me diga ´¿ma, qué hay de comer?´. Un montón de cosas vividas, son muchas cosas de chiquito....extraño verlo jugar al fútbol. Nunca, jamás en mi vida, he faltado a uno de sus partidos. Que me lo arrebaten así, me lo hayan matado así....", sostuvo Cintia.Y ante la consulta de Jorge Rial sobre la condena que espera lograr contra los responsables de asesinar a su hijo, resaltó: "Lo único que quiero es que tengan la condena que se merecen todos. Ni más, ni menos. Es lo único que quiero. Yo jamás insulté a nadie, no estoy en contra de toda la policía, estoy en contra de lo que quisieron hacer: involucrar a mi hijo como delincuente, meterle un arma de juguete, acusar a los chicos y preguntarles ´¿dónde está el arma con la que mataron al amigo?´...lo único que quiero es que, por favor, tenga la justicia y que la Justicia le dé la condena que se merecen. Es lo único que quiero y lo voy a pelear hasta el último día de mi vida porque no tuvieron piedad en matarlo. ¡Mataron a toda una familia!"
Durante la primera jornada del juicio se leyó el requerimiento de elevación a juicio y las indagatorias de los imputados, quienes podían declarar en ese momento o en cualquier otro a lo largo del debate. Ya durante la segunda jornada, Tras ello, declararon Julián Salas (19), Joaquín Zuñiga (19) y Niven Huanca (18), los tres amigos de Luca que fueron víctimas de torturas por parte de integrantes de la fuerza porteña, por lo que actúan como querellantes en la causa con representación del abogado Gregorio Dalbón, el mismo que representa a la familia González. También brindaron su testimonio los padres de Lucas.
Al respecto, Cintia fue clara y de forman contundente señaló que el despiadado homicidio de su hijo le dejó graves secuelas. "Tuve cuatro intentos de suicidio porque en ese momento, en el que tocás fondo, te decís ´¿qué hago?´. O sea, es difícil de explicar. Hay muchos que me dicen ´pero tenés dos chicos más y tenés que seguir luchando´. Yo eso lo entiendo, sé que tengo dos hijos más, los amo con toda mi alma, tengo un marido que me apoya incondicionalmente y una familia que está al pendiente, pero cuando me pongo a pensar que mi hijo no va a volver más me agarra una desesperación que le digo que me quiero ir con él", detalló.
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Y continuó: "Esa es la desesperación de saber que nunca más lo voy a volver a ver y que no puedo vivir sin él. Ahí es donde digo ´hasta acá llegué hijo, me voy con vos. Está papá para cuidar a tus hermanos´. Y hago macanas, como yo digo. Después cuando me vuelven a restablecer los médicos que me internan, me pongo a pensar y digo: mis hijos no tienen la culpa de lo que estoy haciendo, están pasando por su duelo y después lo vuelvo hacer de nuevo. Así estoy, tomando nueve pastillas por día, con psiquiatra, psicólogo, no puedo salir sola a la calle y me controlan todo el tiempo. A Lucas lo tuve a los 17 años y nos criamos juntos. Era mi hijo, mi amigo y mi compinche".La mujer sostuvo que el saber que "nunca más" va a volver a ver a su hijo la "desespera" y la "vuelve loca". "No puedo ni ir al cementerio. Una sola vez fui. Cuando cumplió 18 años, el 22 de mayo del año pasado, pude ir, le armé en mi casa una torna, le puse unos globos y el cuadro de él. Vinieron sus amigos y así le tuve que festejar el cumpleaños 18 a mi hijo. Cuando fui al cementerio y vi el nombre de mi hijo, les juro que quería tirarme arriba de esa placa, sacarlo de ahí adentro y traérmelo de nuevo. Él me tenía que enterrar a mi y no yo a él", rezó la mamá del jugador de Barracas Central asesinado el 17 de noviembre del 2021.
Durante el final de la entrevista en el ciclo de Radio 10, las desconsoladas lágrimas de Cintia se transformaron en tímidas sonrisas cuando comenzó a recordar cómo era su hijo en vida. Incluso, contó que fue Lucas la que la impulsó a estudiar la carrera de enfermería. "La voy a terminar, estoy por el segundo año", prometió, con una envidiable fortaleza, la mamá de Lucas y concluyó: "Lucas soñaba con llegar a la primera, siempre. Él estaba súper cómodo en Barracas Central, contento y planeaba ir a la cancha cuando Barracas llegó a la final. Quería llegar a primera, que mi sueño era compararnos una casa e irnos los cinco juntos. Tantos sacrificios hizo, levantarse a las 5 o 4.30 de la mañana para ir a entrenar o ir a jugar tan lejos. somos de Varela y le tocaba ir a Capital. Me conozco todas las canchas porque con él anduve por todos lados. Lucas era muy divertido con los amigos, era el gracioso del grupo y acá en casa era serio".
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Por el crimen están imputados el inspector Gabriel Alejandro Issasi (41), el oficial mayor Fabián Andrés López (48) y el oficial Juan José Nieva (37), quienes integraban la División Brigadas y Sumarios de la Comuna 4 de la Policía de la Ciudad y ahora están detenidos. A los tres se les adjudica la coautoría del delito de "homicidio agravado por haber sido cometido con alevosía, por placer, por odio racial, por el concurso premeditado de dos o más personas y por cometerse abusando de su función o cargo por un miembro de una fuerza policial". Además, los tres enfrentarán cargos por las "tentativa de homicidio agravado, falsedad ideológica y privación ilegal de la libertad agravada por abuso funcional y sin previsión de la ley".Mientras que los otros 11 policías de la Ciudad, también detenidos, son juzgados por el encubrimiento del crimen de Lucas y las torturas las que fueron sometidos los otros chicos. Se trata del comisario inspector del Departamento Comunal Vecinal 4 Daniel Alberto Santana (50); el comisario de la Comuna Vecinal 4A, Rodolfo Alejandro Ozán (54); el comisario de la Comisaría Vecinal 4D, Fabián Alberto Du Santos (51); el comisario de la Comuna 4D, Ramón Jesús Chocobar (48) y el comisario Juan Horacio Romero (51) y el subcomisario Roberto Orlando Inca (47), ambos de la División Sumarios y Brigadas de la Comuna 4.
También llegan a juicio el principal de la Comuna 4D, Héctor Claudio Cuevas (50); y los oficiales de la Comisaría Vecinal 4D Sebastián Jorge Baidón (28), Jonathan Alexis Martínez (34), Ángel Darío Arévalos (34) y Daniel Rubén Espinosa (33). Todos están acusados por "falsedad ideológica, privación ilegal de la libertad agravada por abuso funcional y sin previsión de la ley, encubrimiento agravado por la condición de funcionarios públicos y por ser el delito precedente especialmente grave e imposición de torturas" y, en el caso de Cuevas e Inca también por "falso testimonio agravado por haber sido cometido en una causa penal y en perjuicio de los imputados".