El Tribunal en lo Criminal N°1 de la Bahía Blanca dio inicio esta mañana al juicio contra el Clan Benítez, la familia acusada de haber raptado, violado y torturado a dos chicas jóvenes durante varios meses en su propia casa. Por el momento está previsto que el proceso continúe hasta el viernes, y que ese mismo día se den a conocer los alegatos de todas las partes, aunque hay chances de que se prolongue, debido a que hay más de 90 testigos citados a declarar.
Los imputados son los hermanos Fernando y Gonzalo Benítez, y su madre Nélida Llanos, quienes en marzo de 2018 comenzaron a ser investigados después de que dos chicas, una de ellas menor de edad, aseguraran que estuvieron secuestradas en la casa familiar, entre golpes, abusos, y hasta quemaduras de cigarrillos.
Aunque el principal acusado es Fernando, por los delitos de tentativa de homicidio, abuso sexual con acceso carnal gravemente ultrajante y privación ilegal de la libertad; los otros dos implicados están sospechados de ser partícipes necesarios en la acción de mantener retenidas a las jóvenes.
De este modo, tanto Llanos como su hijo Gonzalo lograron llegar al juicio en libertad, mientras que el joven de 27 años quedó detenido desde el momento en que las víctimas contaron todo, sobre todo porque ya tenía una causa previa por violencia de género en la que había sido condenado con una pena de ejecución condicional que terminará de cumplir en 2019.
Según la declaración de Andrea y Aldana, de las cuales no trascenderán detalles para su resguardo, las torturas y abusos ocurrieron en una casa ubicada en la calle Güemes al 3700, donde el agresor vivía junto a su madre y su hermano. Las dos jóvenes coincidieron en que se contactaron con Fernando por Facebook, y que después de un tiempo, se pusieron de novios. Así, llegaron hasta "la casa del horror", como la conocen en Bahía Blanca, y una vez que estuvieron dentro, ninguna pudo salir porque el agresor las amenazaba constantemente con hacerle daño a sus familiares.
En base a lo que pudieron revelar durante la etapa de instrucción de la causa, las dos víctima estuvieron encerradas durante meses al borde la desnutrición, mordidas por perros y con signos de abuso sexual, hasta que a fines de marzo del 2018, Aldana logró escaparse de la vivienda, y finalmente pudo acudir a un familiar, a quien le contó todo.
Por su complicado estado de salud, debió ser trasladada al Hospital Penna, aunque pudo hacer la denuncia, lo que permitió que la policía allanara la casa de los Benítez, y rescataran a Andrea, quien estaba en el patio, también herida.
"Aldana estuvo retenida durante tres meses en esa casa. Ella entró en diciembre de 2017, y recién en marzo de 2018 sacó fuerzas y se pudo escapar. Gracias a eso también pudieron rescatar a Andrea", contó a este portal Viviana Lozano, la abogada de la joven.
Según la letrada hay muchas pruebas en contra de los Benítez, ya que cuando se allanó la vivienda, los policías encontraron a Andrea muy lastimada en el patio, al mismo tiempo que hallaron restos de sangre de las dos chicas en la habitación donde estaban cautivas. Además, se pudieron secuestrar los objetos con que ambas eran torturadas.
"Las chicas declararon a los pocos días de salir del hospital. Ambas expusieron como las obligaban a consumir cocaína, y como las hacían morder por perros. Tuvieron lesiones con destornilladores y con cigarrillos. Incluso, a Aldana le tuvieron que poner una prótesis en uno de sus ojos porque sino podía perder la visión y a Andrea también le cuesta ver porque les daban muchos golpes en la cabeza y en la cara", indicó Lozano.
Aunque el día del allanamiento Fernando llamó a la policía para decir que había una chica que no conocía en su casa, su versión rápidamente cayó y fue detenido junto a su madre y su hermano, aun a pesar de que siempre sostuvieron que son inocentes.
Según Llanos y su hijo Gonzalo, ellos no estaban al tanto de lo que ocurría en la vivienda, y jamás vieron a ninguna de las dos chicas lastimadas. Sin embargo, las víctimas aseguran que los dos acusados sabían todo, por lo que ambos están imputados por ser partícipes necesarios.
"La casa donde vivían era de pequeñas proporciones. Tanto Nélida Llanos como Gonzalo Benítez vieron lastimadas a las chicas y no quisieron actuar. Sobre todo porque Fernando tenía una condena previa. Incluso hay dos chicas que están citadas como testigos, porque fueron ex novias que también vivieron en esa casa antes, y que van a declarar porque vivieron lo mismo. Comían una vez por semana", indicó la abogada.
Los acusados son juzgados por los magistrados Ricardo Gutiérrez, Hugo Adrián De Rosa y Claudia Fortunatti, y se espera que hasta el viernes haya audiencia todos los días, debido a que está previsto que se acerquen a declarar varios testigos, incluidas las dos víctimas y otras chicas que vivieron situaciones parecidas.
Este lunes, con la presencia de los tres implicados, uno de los primeros en exponer fue el perito psicólogo Jorge Rabadán, quien fue contundente al decir que las chicas "no fabulan", y que sus psiquis están “arrasadas” por las situaciones terribles que vivieron.
En segundo lugar declaró una psicóloga que acompañó a las jóvenes desde el primer momento, y luego finalmente habló Andrea durante tres horas, a pesar de que le costó mucho revivir el infierno al que fue sometida. "Su declaración se hizo a puertas cerradas, porque hay detalles que se prefiere que no trasciendan. A Andrea le costó mucho hablar, hubo que parar y se interrumpía cada vez que se largaba a llorar", contó la abogada Lozano, quien aclaró que este lunes se dispuso un cuarto intermedio, y que está previsto que el martes la joven continúe con su relato.
Además, declarará también Aldana y luego seguirán otros testigos, ya que hay más de 90 personas citadas a declarar. "A ambas uno las puede ver fuertes, pero tienen que contar ante muchas personas las cosas terribles que vivieron. Aunque Fernando pidió retirarse de la sala, Gonzalo y Nélida se quedaron durante la declaración de Andres, así que estuvieron en un lugar ella no pudiera verlos", sostuvo por último la letrada.