Bahía Blanca vive horas de angustia y desesperación. El temporal que arrasó la ciudad dejó un saldo devastador de 16 muertos, pero la historia de c se erige como un testimonio de sacrificio y valentía. El hombre, un chofer de la empresa Andreani, perdió la vida intentando salvar a dos niñas de 1 y 5 años, quienes aún continúan desaparecidas. Las implacables lluvias convirtieron las calles en ríos furiosos. En plena Ruta 3, la familia Heker luchaba por su vida. Su vehículo, atrapado en el agua, se convirtió en una trampa mortal. Rubén Zalazar, un desconocido hasta ese momento, se transformó en ángel guardián al intentar rescatarlas.
Logró sujetar a Pilar, la mayor de las hermanas, mientras la madre, Marina, se aferraba a la más pequeña, Delfina. Pero la naturaleza fue despiadada. Una nueva correntada los separó, arrastrándolos a un destino incierto. El cuerpo de Zalazar fue hallado a 150 metros del terraplén donde, según su madre, las niñas lograron subirse al techo del vehículo.
Su camioneta, varada en medio de un paisaje desolador, fue identificada gracias a una fotografía aérea tomada por Alejandro Marengo, quien colaboró en la búsqueda. Pero de las niñas, aún no hay rastros. Las autoridades despliegan un operativo sin precedentes. Bomberos, Policía, personal de rescate y vecinos solidarios recorren cada metro de la zona anegada. Con kayaks, drones y exploraciones a pie, intentan desentrañar el enigma de su paradero.
La esperanza lucha contra la cruel realidad del desastre. Mientras tanto, la familia Hecker vive un calvario. Marina y Andrés, los padres de las niñas, se aferran a la posibilidad de un milagro. "Tenemos que tener fe", clama Noelia, su tía, mientras pide a las autoridades que no cesen en la búsqueda. "Hoy todos somos Bahía Blanca", dice, con la voz quebrada por la angustia. El vicegobernador de Río Negro, Pedro Pessatti, rindió homenaje a Zalazar, nacido en Viedma, quien dejó atrás a dos hijos pequeños. "Su gesto de heroísmo nos conmueve y nos recuerda la grandeza de quienes arriesgan todo por los demás", expresó en redes sociales.
La noticia de la muerte de Zalazar fue confirmada por el ministro de seguridad bonaerense, Javier Alonso, quien resaltó: "La camioneta se quedó, se detuvo, se empezó a llenar de agua, ellos subieron a los techos para tratar de estar lejos del agua, a resguardo, y estaban arriba del techo y vino más agua y en cuestión de segundos se fueron arrastrados". Las niñas viajaban con sus padres rumbo a Mayor Buratovich el viernes al mediodía. La familia intentaba llegar a la casa de unos parientes para resguardarse de las tormentas alertadas por el Servicio Meteorológico Nacional.
Sin embargo, en plena ruta, el auto conducido por Andrés Hecker, padre de las menores, quedó atrapado en el agua sobre la Ruta 3 y fue arrastrado. En ese momento, el conductor de una camioneta intentó auxiliarlos. Cuando la familia hacía el trasbordo de un vehículo a otro, una correntada más fuerte los arrastró a todos. Ellos hicieron el trasbordo porque dentro del auto el agua ya era mucha. Pero justo cuando se estaban subiendo a la combi, llegó una nueva correntada más fuerte y los arrastró a todos", relató Noelia, tía de las niñas, en diálogo con medios locales.
Según su testimonio, la madre de las menores fue arrastrada por la corriente y rescatada horas después por un hombre que la encontró detrás de un desarmadero. "Se comunicó con mi mamá a las 11 de la mañana y le contó lo sucedido. A las 14, mi mamá volvió a llamar al mismo número y nos dijeron que mi hermana había sido trasladada a un centro de bomberos", explicó. En ese lugar, la mujer pudo reencontrarse con su pareja, pero no hubo noticias sobre las niñas.
El drama de Bahía Blanca es el de un país que llora a sus víctimas y espera noticias que le devuelvan la fe. Las próximas horas serán cruciales. La búsqueda de Delfina y Pilar sigue en pie, mientras la ciudad, en vilo, ruega por un desenlace que desafíe la tragedia. "Tenemos que tener fe, ser positivos y pensar que vamos a tener noticias de las nenas y de todas las personas desaparecidas. Pedimos que las autoridades se muevan, que hagan algo". imploró la tía, visiblemente conmovida.